viernes, 17 de junio de 2016

953.- EUSTORGIO COLMENARES BAPTISTA




La Opinión

Raúl Colmenares Ossa, Eustorgio Colmenares Baptista, director Emérito de La Opinión, José Eustorgio Colmenares Ossa, director de La Opinión, y el ex-candidato a la presidencia de Colombia Álvaro Gómez Hurtado.


El periodismo cucuteño perdió a uno de sus mejores escuderos. Con su muerte, no solo acallaron su espíritu sino que amedrentaron a toda una sociedad que se llenó de miedo, a la que le robaron la tranquilidad.

La ciudad, por su parte, perdió a un líder, a un hombre ejemplar que la defendió siempre y que con su trabajo luchó por su desarrollo y por la formación de su gente.

El 12 de marzo de 1993, las balas apagaron la voz de Eustorgio Colmenares Baptista, fundador de este diario, en un acto criminal que marcó una época de violencia sistemática por parte de la guerrilla del Eln, responsable de muchas otras lamentables pérdidas.

Su sencillez y jovialidad lo acompañaron siempre, desde su desempeño como odontólogo hasta los cargos públicos que ocupó, de los cuales se retiró por desilusión de las dinámicas que desde entonces empezaban a vislumbrarse en la política.

Fue secretario de Gobierno, alcalde, senador y secretario general del Ministerio de Comunicaciones, durante la presidencia de Misael Pastrana Borrero.

Convencido de la necesidad del progreso, en su administración vieron la luz varias obras importantes como la terminación e inauguración de la Central de Transportes, primera estación en su género en Colombia; se construyó el Bosque Popular, donde se realizó la Primera Feria de verdad Internacional Industrial y Comercial, en compañía de Fenalco.

Dejó casi terminada la iluminación de la avenida Gran Colombia y como buen basquetbolista apoyó incondicionalmente el deporte, promoviendo la recuperación del Cúcuta Deportivo en una de sus crisis; además, intentó conseguir para la ciudad la sede de los Juegos Nacionales, aunque en esa ocasión le fue concedida a Ibagué.

Facilitó en su administración los terrenos y promovió la construcción del Inem, Universidad Francisco de Paula Santander, la Aduana Nacional, el Instituto del Niño Retardado Mental y el Colegio Nacional de Periodistas.

Una vez retirado del ámbito público, se dedicó de lleno a su otra pasión, el periodismo, el cual ejerció con empeño y objetividad, buscando siempre llevar a buen puerto esa empresa que fundó con Virgilio Barco Vargas, Alirio Sánchez, León Colmenares y Eduardo Silva y que hoy completa más de medio siglo de labores.

La honestidad y la transparencia que lo caracterizaron, las trasladó al ejercicio periodístico, donde fue combativo con la corrupción y desde donde logró consolidar una tribuna para defender los intereses de la ciudad y el departamento.

Por ello, su muerte causó gran conmoción y un repudio generalizado, pues arrebataron a la ciudad uno de sus hijos más queridos.

Fue el segundo director de un medio de comunicación en Colombia asesinado, después de Guillermo Cano, director de El Espectador.

A pesar de algunas investigaciones adelantadas al poco tiempo de su muerte, su crimen permanece impune, sin que su caso se haya movido desde varios años.

En marzo de 2013, un día antes de que su crimen prescribiera, la Fiscalía General declaró su asesinato delito de lesa humanidad, lo que evita que haya una fecha de vencimiento de la investigación, permitiendo así que  los responsables sean juzgados en cualquier momento.

Fueron varias las batallas que Eustorgio Colmenares Baptista libró desde los editoriales que escribió durante tres décadas, en los que fue combativo contra los grupos armados.

Sus enseñanzas, sin gritos ni regaños, pero sí con sus frases cortas y directas como buen hombre de dichos, marcaron la vida profesional de muchos periodistas que tuvieron la oportunidad de compartir con él, y quienes lo recuerdan como un hombre bueno, sencillo, amable, familiar, hecho  a pulso, y de sonrisa sincera.

A  los hombres como él, que con su ejemplo y legado marcaron una generación de cucuteños, vale la pena recordarlos, porque esos valores que los caracterizaron parecen estar en extinción.
  
Décadas después de su muerte, su memoria sigue viva y sus enseñanzas permanecen en el oficio diario de la casa editorial La Opinión.


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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