Gerardo Raynaud
Para afrontar una de las tantas crisis que se presentan recurrentemente en
esta región fronteriza, a comienzos de 1965, el gremio de los comerciantes
agrupados en torno a la Federación Nacional de Comerciantes –Fenalco- decidió
promover algo inusual para la época, una semana de promociones y descuentos,
acciones desconocidas entonces en una ciudad acostumbrada a vender por inercia
y sin mayores esfuerzos.
La dirección de la seccional, dirigida en ese momento por el dinámico
periodista José Neira Rey, quien simultáneamente orientaba el radioperiódico
“El Tribunal del Pueblo” y por los directivos, Carlos Rangel en su calidad de
presidente y los miembros principales Enrique Lara Hernández, Giovanni Martín,
Luis Francisco Jaimes, Eduardo Restrepo y Juan B. Cote, dieron su aprobación a
la que llamaron “La Semana de Fenalco” que se realizaría en los
días previos a la realización de su Asamblea Anual, del viernes 5 día de la
inauguración al viernes 12 de marzo, víspera de la Asamblea General.
El programa escogido contemplaba entregar varias distinciones, entre ellas
a quienes se destacaran como el mejor gerente, la mejor secretaria y se había
establecido también el concurso a la “mejor vitrina”, todo esto convencidos que
este gran esfuerzo redundaría en beneficio colectivo y que la solidaridad y la
presencia de ánimo serían esenciales para lograr el éxito y la feliz
realización del programa.
También habían coordinado con los miembros del Skal Club de Cúcuta,
quienes desarrollaban una labor similar en favor de la ciudad, para que
postergaran su tradicional “operación limpieza”, para el sábado 6 de marzo, día
en que los comerciantes harían un alto a sus labores para tomar la escoba y
propiciar junto con los miembros de los Bomberos Voluntarios y los
representantes de las distintas asociaciones y establecimientos que funcionaban
en Cúcuta, una amplia y decidida acción de civismo.
La medida causó sensación en toda la ciudad, sin embargo entre algunos
comerciantes, unos afiliados y otros no, al parecer no fue de su agrado y
comenzaron por torpedear el programa desde el mismo día de su lanzamiento.
La prensa entrevistó a mayoristas y minoristas sobre la opinión que tenían
sobre esta iniciativa y estos fueron algunos de sus comentarios: don Héctor
Ibáñez, en ese momento gerente del Almacén Tony, uno de los más
representativos de la ciudad, ubicado donde hoy queda una oficina de Davivienda
en la esquina de la avenida quinta con calle once, manifestó que:
“como comerciante y directivo de
Fenalco estimo que es una iniciativa muy buena, que despertará el espíritu
cívico que prácticamente está dormido en la ciudad. Sería satisfactorio que
todos colaboráramos y debemos hacerlo, para celebrar con bastante entusiasmo,
la Semana de Fenalco.
Es un certamen que traerá una
relación mucho más estrecha entre el comercio y su público. Además, es un
evento que beneficiará al consumidor, porque la mayoría de los negocios tenemos
proyectado dar algunos descuentos especiales por esos días.”
El propietario de otro de los almacenes tradicionales, hoy desaparecido por
la fuerza de los acontecimientos, el almacén “Mil Novedades”, don Miguel Ángel
Sánchez expresó:
“Le conviene al comercio la “Semana
de Fenalco”, indudablemente que sí. Yo he estado un poco desconectado de las
últimas campañas, pero es claro que una promoción comercial como la que se
planea, redundará en un movimiento económico mucho más acentuado de la ciudad.
Atraerá al consumidor y beneficiará a las dos partes. Soy plenamente partidario
de la “Semana de Fenalco”.
Para José Urbina Amorocho, entonces propietario del Almacén Olímpico,
también hoy desaparecido, más por voluntad de su dueño, quien visualizó otras
oportunidades más lucrativas y hoy es el magnate de la industria del gas en
Colombia, en esa ocasión manifestó:
“Me parece estupenda la idea de
promover el espíritu cívico de la ciudad; nuevas modalidades en lo que respecta
a promociones de venta ayudarán a despertar mucho el entusiasmo en el
comprador.
Que se le dé una buena organización
a la Semana de Fenalco y el comercio contribuirá a hacer de ella algo grande
poniéndole color a la cosa.”
Finalmente, el socio administrador de la mayorista más grande del momento,
la Distribuidora del Norte, don Helí Bernal le manifestó a la prensa:
“me parece muy interesante la idea
de la Semana de Fenalco, porque esas promociones traen beneficios al
detallista. Creemos que una promoción bien orientada nos va a traer buenos
resultados y ayudará a superar el estacionamiento económico que afrontó durante
mucho tiempo Cúcuta. Solamente auguro muchos éxitos a sus organizadores y
ofrezco toda mi colaboración.”
Sin embargo y a pesar de los comentarios elogiosos y optimistas, formulados
por diversos personajes, la tal ‘semana’ no fue estudiada con detenimiento ni
planificada con esmero, sino que fue una idea lanzada al aire con entusiasmo,
por algún directivo voluntarioso, que finalmente no recibió el apoyo de la
mayoría de los afiliados ni de los otros no asociados, que en ese momento se
estaban aprovechando de la nueva bonanza que comenzaba a hacer su aparición, en
buena parte debido al exitoso gobierno de Raúl Leoni, que por esos días cumplía
su primer año en la presidencia por el tradicional partido Acción Democrática.
Analizando la situación presentada, luego de varios días de discusiones y
consultas con diversos representantes del gremio y de otros sectores afines al
comercio, detectaron el problema que ha sido siempre el común denominador de la
ciudad y la región y concluyeron que había “un individualismo en su más
disolvente concepción, incrustado en la mayoría del gremio mercantil” y por
ello, después de una larga sesión de su Junta Directiva, la Federación, expidió
un comunicado en el cual enunciaba los puntos de vista respecto de su posición
con relación a la proyectada “Semana de Fenalco”.
De la lectura del texto se puede concluir que solamente unos pocos
comerciantes apoyaron el proyecto y que la mayoría hizo caso omiso de la
convocatoria a la llamada “semana especial de actividades” que los medios
denominaron “La Semana de Fenalco”. Que no obstante el favorecimiento,
organización y beneficio general de la propuesta, los comerciantes no
atendieron o bien no quisieron participar, siquiera en el estudio y valoración
del proyecto; motivo por el cual resuelven suspender de manera indefinida
la realización de la “Semana de Fenalco”, dejando constancia de que tal
determinación obedece a la indiferencia, egoísmo y desidia del gremio
mercantil de la ciudad.
A pesar de ello, la seccional de FENALCO, lamenta esta decisión y seguirá
defendiendo los intereses de la ciudad y los principios que le fueron
encomendados y que estará dispuesta a perseverar en sus propósitos de lograr
mantener al comercio como la primera actividad económica de la ciudad.
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