miércoles, 6 de julio de 2016

964.- CIERRE DE LA FRONTERA A LOS 8 MESES



Pablo Emilio Ramírez Calderón


Hace más de ocho meses, el señor presidente de Venezuela don Nicolás Maduro, decidió en forma unilateral y sorpresiva cerrar la frontera colombo venezolana, y desde entonces son múltiples los problemas que se han presentado a uno y otro lado de la línea fronteriza.

Aun cuando son muchas, las personas y algunas Entidades, que no quieren se reabra el paso divisorio de los dos países, son más quienes si lo quieren por múltiples razones, siendo de ellas la más elemental, que durante varios siglos, ese paso ha estado abierto a la inquietudes, necesidades,  problemas, conflictos, comercio minoritario, de ambos países.

Las razones que invocó el señor presidente venezolano para cerrarla, que fueron la lucha contra el contrabando de gasolina, víveres, y otros elementos de diario consumo y uso, no se han frenado a pesar del cerrojo por los puentes  de paso normal, por San Antonio y Ureña, pues queda el paso por la extensa frontera, rio de por medio, por donde sigue pasando, parte del contrabando que amparan algunas autoridades fronterizas, especialmente la guardia venezolana, según dicen muchos con quienes hemos consultado.

Las autoridades cucuteñas, han hecho muchos esfuerzos por frenar ese contrabando, pero aun cuando se ven resultados favorables al respecto, todavía se observan rastros del mismo, en pimpinas y canecas, que no pasan por los puentes, pero siguen llegando por las trochas, lo mismo que apreciables cantidades de carne en los baúles de los carros y los platones de las camionetas, sin ninguna norma sanitaria, motivo por el cual son muchas las personas, que dejaron de comer el apetitoso, pero nocivo alimento.

Pero cuales han sido los resultados de esta sorpresiva decisión del gobierno venezolano?, en primer lugar la ruina del otrora floreciente movimiento comercial de San Antonio, Ureña, y tal vez de otros de los municipios cercanos a la frontera, almacenes, tiendas, restaurantes, de estos municipios, están solos y tal vez muertos para siempre, algunos de ellos.  También dijo el presidente Maduro, que cerraba, para evitar la presencia de paramilitares en la frontera, pero la verdad, es que la criminalidad, es mucho mayor en el interior de Venezuela, especialmente en Caracas, que en la misma región fronteriza.

En cambio, Cúcuta, Pamplona, Chinácota, Ocaña, que tienen una vida relativamente propia, por hacer parte del comercio nacional, no han sentido tanto los negativos efectos, de la draconiana decisión de nuestro hermano gobernante.

Sin embargo, hay otra cantidad de negativos resultados, derivados del problema que estamos analizando. Sabido es, que en la fronteriza región de la hermana república, son muchas las dificultades que están pasando nuestros hermanos venezolanos, sin poderles aliviar en algo tan calamitosa situación, pudiendo   hacerlo. Todo el mundo sabe, que hay mucha falta de alimentos elementales allá, que aquí abundan,  pero no se pueden llevar.

También hay mucha falta de medicamentos para los enfermos graves, que aquí se les pueden administrar. Inclusive tratar por los especialistas, que aunque en Venezuela, los hay muy buenos, no pueden trabajar con la misma propiedad, con que lo hacían antes, por todas las carencias mencionadas.

Y para el campo también existe el mismo problema, porque, si para los humanos no hay medicamentos, mucho menos los hay para los animales, que nuestras veterinarias pueden suplirlos, así sean un poco más costosos, pero se consiguen, y el producto más caro es el que no se encuentra. La vacuna contra la fiebre aftosa, que es una enfermedad devastadora, que puede liquidar un hato ganadero, no la hay, y se necesita de manera regular, para aplicarla cada seis meses, no como dicen nuestros campesinos, para cuando me las topen.

Pero eso, que es bastante, no es todo, la verdad es que la realidad geográfica y étnica es que la población fronteriza está tradicionalmente, dividida entre ambos países, y la mitad de los colombianos o de los venezolanos, tiene  sangre y familiares a ambos de la frontera, y este cierre, no ha hecho sino dividir más a buena parte de las familias, que antes vivían en santa armonía y calma y ahora no.

También, es sabido, hay muchos industriales y empresarios colombianos, que tienen lícitas y legales empresas productoras en Venezuela, que no pueden dirigir en correcta forma por la imposibilidad de visitarlas, y que sin el directo control de sus propietarios, no funcionan en la forma que debieran hacerlo, en perjuicio de la misma economía venezolana.

Por todo lo anterior, y por muchas razones más,  que quedan en el tintero, es necesario y conveniente que el presidente Maduro ordene abrir la frontera, que nunca ha debido cerrarse. Señor presidente, póngase la mano en el corazón, los pies en la tierra y el cerebro en sus decisiones y ordene abrir la frontera, que no es suya únicamente, sino compartida con sus hermanos colombianos.

Abril 22 del 2016




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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