Mario
Caicedo
Tanto en las culturas mediterráneas como en las
europeas septentrionales, las
aves son mensajeras de los dioses.
Existe la creencia de que después de la muerte el alma
abandona el cuerpo en forma de pájaro.
Estas criaturas, símbolo de espíritus alegres y
coloridos, embellecen los cielos del mundo entero.
Cúcuta tiene una gran variedad de aves, entre
visitantes y propias, que han servido para celebrar el Día Mundial del
avistamiento de Aves y, al mismo tiempo, tomar conciencia sobre su
importancia en nuestro ecosistema.
Los árboles del centro de la ciudad –que dan sombra a
los transeúntes– son el hogar de decenas de pájaros.
En las ramas hacen nidos
y los silbidos son un cantico amañador que da tranquilidad en medio de la
agitada vida citadina.
Cualquiera de estas especies, de seguir cazadas y
comercializadas, solo tendrán vigencia tanto en el imaginario popular como en
su condición de fuente de inspiración para poetas y escritores de ámbitos
culturales diversos.
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