domingo, 30 de julio de 2017

1164.- CUCUTEÑO HACE PARTE DEL CIRCO FAROUCHE



La Opinión


Llegó a Cúcuta siendo uno de los cuatro colombianos que integra el gran equipo artístico del Circo Farouche, dentro de la celebración del Año Colombia-Francia 2017, para presentar el espectáculo 18 ½, un show basado en la película 8 ½, del director italiano Federico Fellini.

A 18 metros de altura, en un ejercicio de cuatro saltos mortales en el aire y con el tiempo milimétricamente contado para finalizar un acto, aparece la firme figura de un hombre que con sus movimientos mantiene todo el contexto de un espectáculo que se mueve al ritmo de las luces, la música y el teatro.

Pero, pronto, el rostro de admiración de quienes observan esta puesta en escena cambia a una expresión de miedo y preocupación: el artista salió un segundo antes del columpio que lo sostenía, perdió el sentido de orientación en el transcurso de la acrobacia; no podía ver la dirección en la que estaba su cabeza y solo podía balancear los pies en forma de arco para recuperar el control. Dio un giro y finalmente cayó en la malla de protección. Salió ileso.

Las maniobras le salvaron la vida, pero también le recordaron a Leonardo Mayorga Sánchez, el protagonista de esta historia, que el arte circense no solo se mueve en la técnica y los libretos, sino en la capacidad de crear emociones y sentimientos.

“Hay personas que son técnicos de circo, que solo lo ven un espectáculo y nada más. Para mí es una forma de vida, una visión en la que todo el tiempo estás en creación y en la que transformas tu vida cotidiana en un proyecto artístico”.

En sus primeros años de aprendizaje, en Cali (Valle del Cauca), en el teatro La Máscara, comprendió que en el circo contemporáneo estaba su futuro porque allí podía mezclar todas las artes: música, teatro, danza y acrobacia en un solo acto. Así convenció a sus padres de su talento y terminó involucrado en diferentes escuelas de formación en Inglaterra, Francia, Canadá y hasta en el Circo del Sol.

Hoy con más de 20 años de experiencia  e incontables presentaciones en la mayor parte de Europa, África, Latinoamérica y América del Norte, reconoce que para trabajar en el  arte circense se requiere no solo talento, sino un don de gente para establecer relaciones de confianza y trabajo en equipo.

“El público ve en el escenario solo un 35% del trabajo de quienes conforman el equipo técnico y artístico. Si en escena hay 25 personas, tengan la plena seguridad que detrás hay 30 o más, que hacen posible todo lo que ustedes como espectadores disfrutan”.

En el circo, explica, la confianza en el equipo es el principal ingrediente de trabajo porque “es tu seguridad y tu vida la que está en juego en medio del espectáculo; así que si discutes con alguien cinco minutos antes de empezar, debes saber que esa persona va a ser lo suficientemente profesional y que no te dejará caer. El circo está rodeado de peligros; eso permite que las relaciones humanas se desarrollen a profundidad, si se pierde la confianza pues todo el trabajo se desvanece”. 

Sin embargo, antes de iniciar el show, cada artista revisa hasta cuatro veces que los equipos necesarios para las intervenciones sean lo suficientemente seguros para resistir el peso de quienes actúan.

Trabajar alrededor del mundo también le ha dado ventajas como manejar tres idiomas: inglés, francés e italiano.  El español es su idioma nativo.

Y si de sacrificios se trata, reconoce que el mayor es estar lejos de su hija, de 12 años, pero también tiene claro que puede ofrecerle un mejor futuro en Europa cuando termine sus estudios en Colombia.

Las técnicas que utiliza

En el mundo del circo existen diferentes técnicas en las que se combinan las acrobacias, pero Leonardo Mayorga hasta ahora domina ocho que se combinan con otras representaciones de baile y teatro.

Ahora, durante su gira con el Circo Farouche que se presentó en el coliseo Toto Hernández, está presentando una técnica en la que trabaja dentro de un aro que se mueve en el mismo sentido de una moneda al caer; solo que él coadentro.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

viernes, 28 de julio de 2017

1163.- EL TRANVIA Y FERROCARRIL DE CUCUTA



Carlos  Eduardo Orduz

Escribir y hablar sobre el Ferrocarril y Tranvía de Cúcuta es transportarse a lejanos tiempos idos en la realidad, pero tremendamente presentes en la mente de quienes vivimos su esplendor y su ruidoso desenvolvimiento hace ya muchas décadas. Pablo Emilio Ramírez Calderón.

Estación Cucuta. 1910.

El Tranvía

El año de 1865, marcó el nacimiento de la vocación ferrocarrilera de Cúcuta. Después del terremoto surgió el ferrocarril de Cúcuta y dotó de un tranvía a la ciudad que revolucionó el transporte masivo en la incipiente urbe dándole al comercio una forma rápida y eficiente de sostener su crecimiento y a la gente una herramienta para su diversión y descanso una vez superado el trajín de las tareas cotidianas.

El tranvía sobrevivió a los avatares y reformas de la ciudad desde 1890 al año de 1942.

Según Virgilio Durán Martínez, la ruta de occidente iba hasta puente Espuma, recorriendo sitios y lugares de diversión, comenzaba esta travesía en la esquina del Casino Berti, calle 9 entre avenidas 7ª y 8ª, continuaba hasta la bananera, doblaba por la avenida 12, pasando por el casinito de Rafael Useche, quien era también dueño de La Tachirense en la avenida 6ª con calles 11 y 12.

Tranvía de Cúcuta

El tranvía iba de norte a sur partiendo de la estación Cúcuta (hoy central de transporte) hasta la estación Sur (frente a la curia diocesana) en San Rafael. De oriente partía de la estación Rosetal (calle 10 con avenida 1ª) hasta puente Espuma, al finalizar el camellón del cementerio.

El orgullo más grande de la ciudad de San Francisco en los Estados Unidos es su tranvía que recorre sus onduladas calles, anunciado su paso con el armonioso sonido de su campana.

El Ferrocarril

Ferrocarril de Cúcuta en vía a Puerto Santander

El proyecto del ferrocarril de Cúcuta nació en el año de 1865, al comprometer a la compañía que firmaba el contrato de apertura del camino de San Buenaventura a construir un camino de carriles de hierro.

El 12 de enero de 1878 se firmó la escritura pública en la Notaría de San José para la construcción del Ferrocarril de Cúcuta al puerto de San Buenaventura.

Se contrataron 250 obreros con un salario de $1,00 diario. El personal técnico y el dinero eran netamente colombianos.

Las condiciones establecieron que se debía empezar la construcción de Puerto Santander hacia Cúcuta y se daría al servicio cada 18 kilómetros (el total era de 55 kilómetros).

El 16 de mayo de 1880 se inauguró la primera etapa hasta el kilómetro 13 con carros de primera y segunda clase para pasajeros, 4 vagones para carga y 15 carros plataformas para acarreo de materiales.

La locomotora Cúcuta Nº 1 de 56 toneladas de arrastre, fue la precursora de nuestro bello, funcional y práctico ferrocarril.

El 30 de junio de 1888 entró el primer tren a Cúcuta,  inaugurándose oficialmente los viajes el 1º de julio.

El día 22 de julio de 1897 la compañía del Ferrocarril de Cúcuta, inauguró la línea a la frontera, que tenía 17 kilómetros, entre Cúcuta y San Antonio del Táchira.

En 1926, el 20 de julio se inauguró el empalme de los ferrocarriles de Colombia y Venezuela en las riberas del río Zulia en Puerto Santander y Puerto del Grita en Venezuela.

El 22 de diciembre de 1927 se inauguró  la línea del ferrocarril entre Cúcuta y El Diamante con 43 kilómetros.

Desde 1863 hasta el año de 1961 se presentaron 7 proyectos para conectar el ferrocarril de Cúcuta al río Magdalena y así colmar la aspiración de los cucuteños de tener una salida al mar.

Lamentablemente un genio propuso y logró que se acabara esta gran obra de nuestros antepasados para construir una carretera. Qué les parece? Para enmendar el error ahora hablan del tren binacional.

Nota del recopilador

El tren de Encontrados tenía vagones para pasajeros, productos agrícolas, materiales diversos y carga animal.

El vecino país contaba con su red ferroviaria al sur del lago de Maracaibo desde 1895, cuando la familia Roncajolo presentó un proyecto para responder a las necesidades de los productores agropecuarios  de los márgenes del río Catatumbo y agricultores de los Andes venezolanos, el cual se hizo realidad para conectar el puerto de Encontrados con el municipio Colón,  los Andes y en 1926 conectarse con Colombia a través de Boca del Grita - Puerto Santander.

Además de mover pasajeros, la importancia radicaba en el servicio a los productores para llevar sus productos a los mercados del país y al exterior, a través del puerto de Maracaibo y viceversa. Por ejemplo para 1910 el puerto de Encontrados registró un movimiento similar a la de los de Maracaibo, La Guaira y Puerto Cabello principales puertos de Venezuela.

Desde 1912 comenzaron los rumores sobre la desaparición del ferrocarril debido a los proyectos de construcción de grandes carretera como la Trasandina, Machiques-Colón y Panamericana.

El ferrocarril de Encontrados dejó de ser rentable para los años 50. Su mayor accionista Benito Roncajolo y el resto de propietarios vendieron sus acciones al Estado. El ferrocarril dejó de funcionar en 1955 a lo que le siguió la sedimentación del puerto de Encontrados, hasta el punto que ni las embarcaciones pequeñas podían navegar.

El ruido del tren ya no se escucha pero en la memoria de aquellos pasajeros no se borran las imágenes de sus viajes de negocios o familiares a Maracaibo, los Andes o a Colombia.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

miércoles, 26 de julio de 2017

1162.- QUEJAS CONTRA EL IMPUESTO PREDIAL, 1956



Gerardo Raynaud

No hay que creer que las quejas contra el impuesto predial en nuestra ciudad son recientes. Las administraciones municipales, entiéndase alcalde y concejales, siempre han tenido el ojo puesto sobre este tributo, el más importante y a la vez, el más sencillo de recaudar.

Por razones como estas, se presentan con frecuencia, disgustos y protestas entre los pobladores y aunque estas no prosperan, dejan un amargo sinsabor, especialmente porque las inversiones que deberían hacerse con su colecta, no aparecen traducidos en bienestar y prosperidad para la ciudad.

Pues bien, en 1956, la Cooperativa de Habitaciones Colsag Ltda. y las Juntas Cívicas de las urbanizaciones Colsag y Pescadero, que representaban a más de 350 familias se dirigieron al Concejo de Cúcuta con el fin de solicitarle se ampliara el plazo de la rebaja del 50% sobre el predial que se había establecido en 1953, hasta el 31 de diciembre del año 61.

Antes de comentar este evento, es bueno recordar que los dos barrios antes mencionados fueron promovidos y construidos como parte de las obras que la compañía petrolera que explotaba los yacimientos del Catatumbo, entregaría a sus funcionarios y empleados como parte de sus prerrogativas.

Las Juntas Cívicas de los barrios en mención estaban encabezadas por los párrocos respectivos, lo que nos lleva a pensar que las cooperativas habrían solicitado de los sacerdotes su apoyo, toda vez de la gran autoridad que en esas épocas ejercían sobre la administración pública en todos los niveles.

Desde el año 31, se había aprobado la Ley 134, en la cual se autorizaba a las Asambleas y Concejos para que fomentaran la creación de sociedades cooperativas, a las cuales se les decretarían subvenciones, exenciones, rebajas de impuestos y toda clase de dispensas que fomentaran la realización de proyectos en beneficio de la clase trabajadora.

Efectivamente, el Decreto-Ley 1310 de 1953, había establecido una exoneración de todos los gravámenes nacionales, departamentales y municipales, incluyendo los de valorización, para las viviendas urbanas que ocuparan un área no mayor de 150 metros cuadrados y cuyo valor de construcción, sin incluir el terreno, no excedieran la suma de $25.000.

Sin embargo, como suele suceder frecuentemente en este país, algunos funcionarios públicos, entre los que estaban los Tesoreros Municipales y los Jefes de Rentas Departamentales, no se sabe si errónea o caprichosamente, optaron por considerar que dentro de esos 150 metros cuadrados de construcción, se incluían las áreas de los antejardines y los patios, como áreas construidas, haciendo caso omiso “de las condiciones climatéricas de nuestra ciudad” quedando, de esa manera, excluidas de esas exenciones, todas las casas urbanizadas en los barrios que la Colpet había construido.

La alcaldía, habida consideración de lo anterior y para contribuir con el bienestar de los propietarios trabajadores de la petrolera, expidió el decreto municipal 253 de 1953, en el que se contemplaba una rebaja del 50% del impuesto predial para las casas del Colsag y Pescadero, siempre y cuando las viviendas no excedieran los 250 metros cuadrados construidos y su avalúo fuese inferior a los $20.000.

Esta norma no satisfizo completamente a los directivos de la Cooperativa y de las Juntas Cívicas, pues consideraban que el descuento no era suficiente en comparación con lo que pagaban los demás propietarios, con el argumento adicional que el municipio no había realizado ninguna inversión en esos sectores ya que fue la Colpet la que pagó por las obras de acueducto, alcantarillado, red eléctrica y telefónica, así como los pavimentos de las calles fuera del 33% de los terrenos cedidos para la construcción de parques y zonas verdes.

En el pliego remitido agregan que “la Cooperativa de Habitaciones Colsag, al adelantar la construcción de dos modernos barrios que redundan en beneficio del progreso urbanístico de la ciudad, tiende a elevar el nivel de vida de los trabajadores de las clases menos favorecidas, por la fortuna que a trueque de privaciones y sacrificios, logran hoy su techo propio.”

Así pues y con base en las consideraciones anteriormente consignadas, los solicitantes aspiraban a lograr la extensión del decreto municipal de exención del 50% hasta finales del año1961, tanto para las casas ya construidas sino para las que serán construidas en el futuro, en ambos barrios.

Finalmente agregaban “Que dada nuestra sensibilidad social y elevado espíritu patriótico y razonado criterio, huelga ampliarnos en mayores consideraciones. Empero, si ello fuere necesario,  pedimos cabildo abierto, a fin de que un representante nuestro lleve nuestra vocería y en exposición de fondo sobre la materia,  deje más clara nuestras ponencias, con las cuales solo buscamos una fórmula ecuánime y más ajustada al imperativo del alto costo de la vida actual que castiga despiadadamente la clase media, pobre y trabajadora, creadora de nuestra soberanía nacional.”

La nota fue firmada el 6 de diciembre de 1954, por el presidente de la Cooperativa Luis F. Arenas y todos los directivos y por los presidentes y directivos de las Juntas Cívicas, presbítero Edmundo Guerrero por la del Colsag y presbítero Ángel Ramón Clavijo por la junta de Pescadero.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

lunes, 24 de julio de 2017

1161.- KOLAS, POLAS Y CIGARRILLOS DE ANTAÑO



Carlos Eduardo Orduz

Kolas y Polas


El pueblo en su real sabiduría bautiza los elementos que utiliza y consume con nombres especiales de acuerdo a su característica en el ajetreo diario.

Desde pequeño aprendí a pedir una ´kola´ (el nombre de gaseosa poco a poco hasta generalizarse). Para refrescarme y satisfacer el gusto, pedía una Favorita, que era elaborada en Pamplona, se envasaba en botella verde.

En la esquina de la Diagonal Santander con avenida 7ª, quedaba la fábrica de Kist, con sus deliciosos sabores  de piña, uva, roja (kola) y la insuperable de limón.

En el barrio Popular, donde hoy está Telecom, se ubicaba la embotelladora de Coca-Cola, que además producía las deliciosas Club K (kola) y Club Soda (naranja). Al frente de ésta, se encontraba la famosa cancha de tierra, escenario de grandes partidos de balompié aficionado.
Por la avenida 1ª con calle 8ª, funcionó la también gustosa Ping-Pong, pero su vida fue corta, ya que los altos costos obligaron al cierre de sus instalaciones.
Tiempo después apareció, traída de Bucaramanga, la Hipinto.
Para el año 1929 se funda la cervecería Nueva de Cúcuta, que produce la Sajonia. Parte del personal administrativo y los químicos eran alemanes, famosos en producción mundial de cerveza. Además se vendía el famoso sifón.
Para rendir homenaje a la heroína Mercedes Abrego se promocionó la Cucuteña, que llevaba en la etiqueta su figura.
Hacia 1943 Bavaria compró la cervecería Nueva de Cúcuta e impulsó la producción de su marca. Más tarde promociona la Costeñita, pequeñita y gustadora.
De Floridablanca, Santander, nos trajeron la Clausen.
Como cerveza negra dulce se vendían la Favorita y la Maltina, que se empleaba como gran alimento con dos huevos crudos en el vaso lleno, para las parturientas, débiles de salud.
Lamentablemente pero es una realidad, con el paso de los años han desaparecido las cosas buenas que teníamos a nivel local en Kolas y Polas.

Los Cigarrillos


En nuestra época estudiantil, como todo muchacho que se respetara ante sus amigos, tuvimos la experiencia de fumar, eso sí a escondidas de nuestros progenitores y maestros.

Se hacía tal vez para creernos importantes, o acaso por imitación de los alumnos de los grados superiores a quienes admirábamos o quizá por rebeldía a las normas de los adultos.

Qué bueno rememorar que el más solicitado era el Pielroja, en competencia con el Río de Oro, este era producido exclusivamente para Norte de Santander, pero para abaratar el costo se podía comprar el Pierrot (tenía en la cajetilla una muchacha dentro de una media luna), el Cadete, el Virginia y el Golf Royal.

Le nació competencia al Pielroja y apareció venido de Santander, el Nacional, que nos ilusionaba con premios en el interior del paquete representados en dinero en efectivo, patines, bicicletas, balones, etc…, y se anotó un ´hit´ cuando salió con filtro para evitar las enfermedades del pulmón (tisis, enfisema pulmonar), no se sabía aún del cáncer por efectos del cigarrillo.

Otros compañeros más afortunados que tenían familiares en el ejército, se daban el lujo de comprar los cartones (10 paquetes) en el comisariato del grupo Maza a precios muy módicos del mentado ´Americano´, empezamos por el Lucky Strike, cuya primera fumada lo dejaba a uno choneto (mareado), Parliament, Kent, Camel, Viceroy, L&M, Chesterfield, Winston, Salem, para los gustos más refinados apareció el Kool mentolado, que daba ínfulas y caché a sus consumidores.

Quienes querían llamar la atención, degustaban el Mapleton, que emanaba un olor muy agradable que se esparcía en varios metros a la redonda.

Para ganar adeptos, casi todos vienen ahora en cómodas cajitas de 10 unidades.

Los mayores se deleitaban con los tabacos Villamizar de Pamplona.

Qué bueno revivir estos momentos felices de la vida estudiantil.


Notas del recopilador

-. Recuerda en Polas, la Nutrimalta distribuida por Aguila.

-. La Pola es el nombre popular de la mártir de la independencia Policarpa Salabarrieta. Bavaria produce para 1911, conmemorando el centenario de la Independencia Nacional, la cerveza ´La Pola´ dirigida a la clase obrera quien la popularizó tanto que la palabra ´Pola´ es sinónimo de cerveza.

-. Recuerda también en Cigarrillos, el President que era el cigarrillo nacional con filtro más popular en el momento (1963) en Cúcuta y también un tabaco-cigarrillo Hav-A-Tampa con boquilla, que daba también caché.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.