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Antonio José Hernández
Mora
En el hogar formado por José Antonio Hernández Alarcón, socio de la
Sociedad Mutuo Auxilio, y Ema Mora, nació en Cúcuta el 31 de julio de 1919,
Antonio José Hernández Mora, ´Toto´, como inicialmente se le llamó en el
círculo de amigos y como terminaron recordándolo sus paisanos.
Al terminar la década de los 30, era considerado el segundo aviador natural
de Cúcuta después de Camilo Daza, y que contribuyó con su vida a la conquista
de los cielos colombianos. Desde niño dejó ver sus dos grandes pasiones: el
juego por el básquet y la aviación.
Sus hermanos: Alicia, Jorge, Olivia, Virginia, Cecilia, Alfonso, Chepita y
Sergio fueron testigos de ello.
En 1939, logró el título de bachiller en el colegio Sagrado Corazón de
Jesús, donde siempre integró los equipos, siendo uno de los principales
gestores de la fama que tiene la prestigiosa institución educativa en cuanto a
excelencia académica y deportiva.
Fue a Cali por primera vez en las postrimerías de 1939. Los caleños lo
recibieron como uno más entre los deportistas que representaban el batallador
quinteto nortesantandereano y al término del campeonato lo despidieron como el
mejor jugador de las competencias.
En enero de 1940, regresó a Cali, pero esta vez como alumno en la
base-escuela Ernesto Samper, de El Guabito la mejor acondicionada del país para
la época. El 29 de marzo de 1941, logró el grado de Alférez piloto,
sobresaliendo como el bravo tipo nortesantandereno, alcanzando el derecho al
sable, el brevet y el diploma, que siempre anheló. Acababa de recibir el grado
de aviador militar, entrando a formar parte de las Fuerzas Aéreas del Ejército
Nacional.
El 1o de diciembre de 1943, días después del regreso de Estados Unidos,
donde se capacitó como instructor, acompañó en un vuelo de entrenamiento al
alférez Hugo Niño del Castillo, desafortunadamente,
en inmediaciones de la finca El Nogal, a pocos kilómetros de Cali, el avión presentó
fallas mecánicas y estrelló. La muerte de los dos tripulantes fue instantánea.
Inmediatamente fue conocida la noticia de la tragedia, el gobernador Ardila
Ordóñez se puso en comunicación con el Ministro de Guerra, el gobernador del
Valle del Cauca y el Dr. Manuel José Vargas, a fin de obtener que el cadáver de
´Toto´ fuera trasportado a esta ciudad para el homenaje póstumo.
El mandatario regional se dirigió al hogar de los atribulados esposos
Hernández Mora, para expresarles su condolencia en su nombre y en el del
gobierno nacional, registró el periódico Comentarios, en la edición 5005 del 2
de diciembre de 1943. El sepelio se cumplió en la capital del Valle del Cauca.
Cuatro años después, el 29 de noviembre de1947, el cadáver llegó a suelo cucuteño.
El avión de la Fuerza Aérea Colombiana que trasportó el cadáver a Cúcuta fue
piloteado por los pilotos nortesantandereanos teniente César Fernández Acero y
el alférez José Manuel Villalobos, acompañados por el Pbro. Jorge Pérez Gómez,
y el técnico Guillermo Ramírez.
La alcaldía de Cúcuta, por medio del Decreto 229 del 28 de noviembre de
1947, lamentó la trágica desaparición del oficial de las Fuerzas Aéreas
Nacionales y el Concejo presidido por Virgilio Barco Vargas, expidió la
Resolución 28 de 1947, exaltando la vida de ´Toto´, hijo gallardo de esta
ciudad.
Uno de sus compañeros de estudio lo describió así:
"Era ´Toto´, como cariñosamente lo llamábamos, la expresión más viva
de espiritualidad y franqueza, de valor y patriotismo, de nobleza y amistad
sincera desde muy temprana edad. Yo que tuve la dicha de ser su amigo desde los
bancos escolares, puedo decir cuánto valía esta juventud inquieta que siempre
soñara ser guardián de la patria en los aires y llevar sobre el uniforme de
militar las insignias de aviador".
El 15 de julio de 1961, como punto de partida del Primer Festival de la
Frontera, el municipio de Cúcuta, la Fuerza Aérea Colombiana y el pueblo
cucuteño, rindieron homenaje póstumo a ´Toto´, poniendo una placa en bronce en
el coliseo de básquet que en su honor lleva el nombre y que es patrimonio cultural
de los cucuteños.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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