La
Opinión
Corre por
el agua.
Araña
pollera
Araña de
jardín
Araña de
flores
El insecto
vive en poca vegetación
Araña
platanera
En las
antiguas culturas las arañas eran símbolo de creación y fertilidad. Hoy, despiertan fobia y han dado origen a
creencias populares que han contribuido a exacerbar el miedo a los artrópodos.
Una de
ellas, comúnmente dicha por los abuelos, es que al dormir deben usarse
toldillos para que las arañas no ingresen al organismo por las orejas, nariz o
boca.
Así, la
reacción del ser humano al ver una araña es matarla, convirtiéndose en una
práctica cotidiana que acaba con la vida de especies vitales para el control
biológico de insectos que son perjudiciales para la salud humana.
Los
arácnidos controlan a los
mosquitos transmisores de enfermedades como la leishmaniasis, el chikungunya,
el zika o determinados tipos de dengues.
De acuerdo
con el biólogo al servicio de la Universidad de Pamplona, Carlos Cáceres
Martínez, integrante del Grupo de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de
la Universidad Nacional de Colombia, al hacer una relación sobre el número de
insectos que pueden ingerir al año, una tonelada de arañas consume 20 toneladas
de insectos en 365 días.
“Si no fuese
por ellas, estos insectos consumirían los cultivos, acabarían con los
ecosistemas y se incrementarían las enfermedades de trasmisión por vectores,
por lo que es recomendable dejar las arañas en su sitio, en especial aquellas
que tejen dentro de las viviendas”.
Variedad regional
Los
diferentes pisos térmicos que hay en Norte de Santander facilitan la presencia
de arañas en la región. De acuerdo
con Cáceres se estima que hay 1.500 especies, desde los puntos más altos en los
páramos de Santurbán y Almorzadero, hasta los más bajos en el área
metropolitana de Cúcuta y Puerto Santander.
En la
amplia lista de arañas se destacan una pequeña viuda negra venenosa y
tarántulas que no representan peligro para los humanos.
“Es
importante que la ciudadanía entienda que no siempre la araña más grande es la
más venenosa. Si se habla de las más peligrosas en el departamento son las de
tamaño pequeño”, dijo Cáceres.
Para el
caso de la viuda negra, la picadura es peligrosa por las toxinas que actúan en
las células neuronales. “La
hembra tiene inusualmente grandes glándulas de veneno y colmillos que pueden
perforar la piel”.
El biólogo
Cáceres, integrante del Grupo de Investigación en Ecología y Biogeografía de la
Universidad de Pamplona, dijo que este tipo de araña se reconoce por el cuerpo
negro, abdomen robusto y en ocasiones tiene un reloj de arena de color rojo
debajo del abdomen. “Se le puede encontrar en diversidad de ambientes, sea
clima frío, templado o seco”.
En la
lista de arañas peligrosas está la violinista, reconocida por tener la figura
de un violín en el cefalotórax, ser de color marrón y tener seis ojos.
Su
mordedura es considerada de alta peligrosidad al generar en el ser humano
gangrena en la parte afectada y cuadros médicos severos.
La araña
violinista se puede encontrar en zonas urbanas de clima tropical y templado.
Para
quienes habitan en el campo, la araña platanera es causa de peligro. Lleva este nombre al habitar en platanales y
su veneno es neurotóxico. Las picaduras originan erecciones involuntarias.
Para el
caso de las tarántulas no representan una amenaza para los humanos. Pese a su
tamaño tienden a tener un veneno menos fuerte que no es letal.
Venenosas
o no, los animales cumplen una función vital en los ecosistemas del
departamento y merecen ser tratados con respeto. El principio básico para mantener la vida en el planeta es
comprender que los seres humanos si bien son la especie dominante, no son la
única.
Conocer la
biodiversidad de la región y comprender que la naturaleza funciona como un
complejo sistema interconectado donde cada especie cumple una función, es el
primer paso para mantener la vida.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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