martes, 26 de diciembre de 2017

1238.- PERSONAJES TIPICOS CUCUTEÑOS

Carlos Eduardo Orduz

Enrique el carbonero

Todas las ciudades o poblaciones menores han tenido y tienen sus personajes típicos y ellos hacen parte de la historia y de la cotidianidad de los seres humanos que gozan, sufren, ríen, se compadecen o se ufanan de ellos por sus peculiaridades y que los hacen perpetuarse en la memoria de sus congéneres.

A nivel nacional es bueno recordar que en los predios de la Universidad Nacional conocimos al famoso Goyeneche, eterno candidato de los estudiantes a la presidencia de la República con su programa bandera de pavimentar el río Magdalena.

La famosa figura del arriero Valdez, el símbolo del café colombiano, como promoción a nivel internacional de la calidad de la suave y aromática bebida que se consideró la mejor del mundo.

En la más bonita casa quinta de la vuelta del molino residió Ismael (el loco) Conde, matinalmente se dirigía al centro por la avenida 3ª recogiendo cuanto papel encontraba para llenarse los bolsillos de su saco.

Truman, asiduo asistente a la cancha de fútbol de las vicentinas para lanzar al viento su repertorio de vulgaridades, se rebelaba contra las monjas cuando no le daban almuerzo tempranamente.

Escorpión, la de los madrazos, recorría la ciudad con sus palabrotas y amenazante con piedra en la mano, era el terror de los choferes.

Culebro, el consorte de escorpión, igual de vulgar en el vocabulario, la gente procuraba no contradecirle y así librarse de los improperios.

Makeko, mostraba signos de retardo mental profundo, seguía a los buses corriendo detrás de ellos agitando sus brazos.

El enano Tirso, era el consentido de las damiselas que atendían los bares del Palenque (zona roja de la época), su profesión era la de embolador.

Carevieja I, Gonzalo conocido por ser el embolador oficial de la alcaldía de Cúcuta, dicen que logró la jubilación después de 30 años de servicio como mensajero.

Carevieja II, el barrendero de la calle 9 y la avenida 4ª, todos los días se ubicaba frente al despacho del alcalde y su perorata con madrazos a bordo, duraba 5 minutos durante los cuales los asistentes permanentes del parque Santander, gozaban y reían.

Abogado de las ánimas, el único oficiante de novenarios titulado, su vestimenta y las lágrimas que derramaba lo hacían imprescindible en las casas de familia que deseaban rendir 9 noches de recordación por los desaparecidos (Jacinto Hernández).

Gardel, su venta de maní y haba frita lo hizo famoso en los escenarios deportivos y en las entradas de los cines.

Comunista, su oficio la venta de emparedados que combinaba con sus discursos en la avenida 5ª con calle 11 todos los días, era versado sobre la lucha del proletariado por conseguir mejoras salariales y condiciones de vida dignas.

Tomás, cariñosamente le decían el negro, sus enormes pies necesitaban calzado Nº 46 que mandaba hacer, ya que en el comercio no los encontraba, su enorme estatura lo hacía sobresalir en el parque de Los Naranjos de la gobernación.

La loca María, su obsesión era vestir siempre de rojo, sus predios la avenida 2ª y la calle 11, donde las almas caritativas le obsequiaban alimentos. Conocí de fuente confiable que era dueña de una casa de habitación en el barrio Santander y otra en el Magdalena.

La turra Petra, marcó una etapa en Cúcuta con su restaurante ´Aquí me quedo´, en la ruta del camellón del cementerio. Sus viandas eran muy solicitadas.

Enrique el carbonero, con su burro y sus bultos andaba gritando por la ciudad su carbón y su leña, con un trotecito tun tun.

La coja Delia, la novia de los estudiantes que hacían cola y pagaban cincuenta centavos por los placeres sexuales que les prodigaba en la calle 14 con avenida 8ª.

Nancy, personaje desde hace 32 años, mujer delgada, genio sin igual, recorre las calles de La Quinta Bosch que es el entorno natural para llevar a cuestas su cuasilocura, solamente da quejas a los transeúntes sobre como los muchachos la molestan, y ella misma se responde los cuestionamientos diciendo: No les haga caso a esos chicos!

Cada mañana se dedica a prestarle ayuda a los agentes de policía del CAI, regando las matas del jardín. Existen familias que con corazón generoso diariamente le asisten con alimentos y puede subsistir.

Elisa, mucha de la gente de Cúcuta goza con el sufrimiento ajeno, y para tal fin le daban atuendos para que se vistiera a la moda y la remitían a la gobernación para que reclamara el carro que le había enviado su novio Carlos Andrés Pérez, el presidente de Venezuela.

Allí ya la conocían, la atendían, pero para tomarle del pelo, la remitían al consulado venezolano (calle 15 con avenida 5ª) con carta en mano, donde constaba un donativo presidencial.

Los pendientes, sombrero, collares y su cara pintada a la moda, la hacían resaltar, pero sus piernas todas curvas y con zapatillas, hacían que se mofaran y rieran de ella.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

1 comentario:

  1. Conocí a varios de estos personajes en especial a ENRIQUE EL CARBONERO pues en mi casa se cocinaba con carbón y a este personaje se lo compraban, que bueno recordar estos hermosos tiempos.....

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