La Opinión
Este es el barrio más pequeño de
Cúcuta, solo lo componen 44 familias.
Recorrer Brisas del Sinaí solo toma 10 minutos a pie, y eso, si se va
hablando con un par de vecinos por el camino. Aquí todos se conocen, sin
embargo, no son tan populares como otros barrios de la ciudad, tal vez porque
están asentados como un parche entre La Esmeralda, Mujeres del Futuro y Betel.
Y es que los límites de Brisas del
Sinaí, un barrio en el que su población no supera los 70 años, solo los tienen
claros Planeación Municipal, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, y parte
del vecindario.
No tienen cancha de fútbol ni salón comunal y mucho menos parques. Las 44
familias que ocupan los predios deben recrearse en los barrios vecinos. Quizás,
esto hace que el sector pase inadvertido para muchos.
Pasearse por el vecindario es el mejor plan del barrio. Hoy, dicen con
orgullo que son el único barrio de Cúcuta que tiene todas sus calles pavimentadas
y en muy buen estado.
Y es que, luego de invadir un predio privado por cuenta de la necesidad de
tener una casa propia, estas familias han optado por transitar por la
legalidad.
Recuerdan como si fuera ayer esos primeros días en los que sus ranchos
competían con la maleza por sobresalir. Encontrar ese espacio para construir
sus hogares inspiró el nombre que hoy lleva el barrio.
Brisas del Sinaí, según explican en
el lugar, es una composición entre la fuerte brisa que hace en el sector y el
lugar donde según la Biblia, Dios entregó a Moisés los Diez Mandamientos.
Pero más que por el tamaño, en Brisas del Sinaí quieren ser reconocidos por
el empeño de su gente por alcanzar la legalidad.
Pequeños y legales
Aunque hoy muchas de sus casas continúan en tablas, dicen que se pueden dar
el lujo de decir que son de los pocos barrios de la ciudadela La Libertad que
nació de una invasión y hoy tiene escrituras.
Todo, porque 15 días después de haber invadido el predio privado, los
líderes encabezaron un comité de trabajo con un único fin: encontrar al dueño
de los terrenos invadidos; tras indagar en la alcaldía y en el Igac, y en las
notarías, encontraron al propietario del lote.
Pese a que tenían una orden de
desalojo vigente, los líderes se contactaron con el dueño y tras insistirle
durante un mes que les vendiera, este accedió.
“Nos pedían 12 millones por el lote y ofrecíamos 8, finalmente quedamos en
9 y como si fuera poco le pedimos un plazo de 8 meses para pagárselo”, recordó
Ibáñez en medio de risas. “El señor entendió nuestras condiciones económicas y
nos colaboró”. De inmediato los vecinos empezaron a gestionar ante la alcaldía
su legalización.
La unión hace la fuerza
Las familias se ubicaron en lotes de 5 y 20 metros de frente por 15 metros
de fondo, y se dejaron dos áreas para el salón comunal y un parque. Se quedaron
con las ganas de la cancha de fútbol por la falta espacio.
“Ser pequeños también nos ayuda a que trabajemos mejor. Hemos podido
escalar y conseguir lo que nos proponemos en poco tiempo. A los tres años de
instalados ya teníamos redes de acueducto y alcantarillado, energía eléctrica y
alumbrado público”, cuenta José de Jesús Ibáñez, líder del barrio.
Ganas de sobresalir
Aunque no son más de 220 personas las que componen este barrio, todos se
han dado a la tarea de que, como dice el dicho: ‘haya de todo como en botica’.
En el barrio se pueden encontrar tiendas, variedades, papelerías y demás.
“Somos unidos, y aunque también tenemos nuestras peleas como cualquier
vecino, nos arreglamos rápido porque lo único que queremos es que este barrio
no solo sea noticia porque es pequeño, sino porque también tiene la capacidad
de generar buenos proyectos para nosotros y los demás”, dice Ibáñez.
Agregan que todo no es color de
rosa, pues para conseguir una ayuda estatal a veces la tienen más difícil que
los demás porque “los políticos suman y no representamos muchos votos”; sin
embargo, esto prefieren dejarlo solo como una anécdota.
Cúcuta tiene alrededor de 250 barrios divididos en 10 comunas, de los
cuales, según estadísticas de Planeación Municipal, el 55 por ciento ha nacido
de invasiones.
Sin embargo, Brisas del Sinaí es el más famoso por ser catalogado como el
más pequeño de la ciudad.
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario