Carlos
Eduardo Orduz
Al retrotraernos en el tiempo y el espacio hacia el
año 1958, 19 de noviembre, fecha de nuestro grado como bachilleres del más
prestigioso colegio de Cúcuta y el departamento por la calidad de sus
egresados, es conveniente mirar hacia atrás para hacer unas consideraciones
sobre la Quinta Teresa que ahora emerge como símbolo de ese pasado glorioso de
nuestra querida ciudad.
Este recinto guarda los mejores recuerdos en la mente
de la juventud que hoy ve resplandecer aquella casona que los albergó como
hijos predilectos en sus claustros, hace tantos años.
Hay que empezar por manifestarles a los lectores que
cada primer viernes del mes había aceleración de los corazones al entrar al
recinto central para la celebración eucarística en la capilla allí existente y
que luego se convertiría en aula máxima para la entrega de notas y menciones de
honor como premio a los éxitos estudiantiles.
Allí mismo tenía la entrada principal la rectoría,
donde el hermano Adolfo ejercía su labor de asesoría, por su gran estatura los
alumnos detallistas lo tildaron con el apodo de ´varilla´, estaba el hermano
Valentín apodado por su similitud con ´tachuela´, el hermano José con su filosofía
derechista lo hacían ser muy sectario con los adictos del partido Liberal. Su
dicho famoso que repetía a menudo era, ´…aquí hay seguidores de quienes el 9 de
abril manifestaban, maten curas y alcaldes que eso no es pecado´, El hermano
Alfredo con su recia personalidad que se ganó el respeto de la sociedad
cucuteña en sus diferentes manifestaciones, los alumnos lo llamaban ´pata
e´palo´ ya que tenía prótesis en la pierna derecha.
La instrucción y la educación era tan buena, pero tan
buena, que ante la no existencia en
nuestra ciudad de universidad para seguir carreras profesionales, tuvimos que
viajar a la capital y otras ciudades importantes para someternos a exámenes de
admisión, compitiendo para obtener un cupo y lo logramos.
Prueba contundente es la cantidad de profesionales que
han sobresalido no solo a nivel local sino también a escala nacional: Médicos,
arquitectos, ingenieros, abogados, agrónomos, odontólogos, militares, docentes,
administradores de empresas, economistas, etc…
El lema que nos inculcaron los Hermanos Cristianos, -
Ser Lasallista es un honor que cuesta´, quedó tan grabado en nuestro interior
que la invitación que se le pasó a los compañeros para la celebración del
recuerdo de los 25 y 50 años de habernos graduado, fueron un verdadero
encuentro fraternal, ya que vinieron de todo el país y del exterior, para
compartir con esposas e hijos de esta fiesta inolvidable.
Con sentimiento de amistad un recorderis para nuestros
condiscípulos a quien el Creador llamó para el más allá, muchos de ellos en
plena vida productiva y de servicio a sus semejantes, paz en la tumba de:
Carlos Urley González, Germán José Alvarez Entrena, Luis Enrique Uribe, Alvaro
Cárdenas Peña, Hernando Rodríguez García, José Trinidad Villamizar Figueroa,
Pedro Alonso Prada Jaimes, Fausto José Reyes Martínez, Herza Jesús Urbina
González, Luis Ernesto McCormick, Jaime José Unda Baena, José Albino Peña
Rodríguez, Luis Jorge Gáfaro Briceño, Ramón Moros.
Al resaltar la extraordinaria transformación visual
que se obtiene desde la avenida 4ª, no podemos menos que sorprendernos con la majestuosidad
arquitectónica de la Quinta Teresa versión año 2015.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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