Gerardo Raynaud (La Opinión)
Durante la casi totalidad del siglo XX, el poder del gobierno estuvo
distribuido entre los dos partidos tradicionales. La primera etapa de esta
repartición, a la que llamaron “la hegemonía azul” ocurrió entre 1910 y 1930,
época durante la cual, fueron elegidos cinco mandatarios. A partir de ese año,
el partido liberal asumió las riendas del gobierno hasta 1946, cuando una
división interna de esa agrupación hizo recuperar el poder al partido opositor;
a partir de entonces la llamada “república liberal” dejó de existir.
Recuperado el gobierno por parte del conservatismo, se genera un clima de
inestabilidad social y política con un marcado recrudecimiento de la violencia
partidista que en 1948 desemboca en el asesinato del líder liberal Jorge
Eliecer Gaitán, que le significa al país, el verdadero inicio de ‘la
violencia’.
La muerte de Gaitán tiene que ver con la frustración de una esperanza y
aunque es imposible saber si su gobierno hubiera llenado las expectativas, lo
que sí es cierto era que representaba a un sector de la población que había
sido excluida de la participación política del país; las masas populares, eran
en esa época importantes solamente a la hora de las votaciones, pero poco
tenidas en cuenta al momento de gobernar.
Por razones como estas, el partido liberal tomo la decisión, algunos meses
después de la desaparición de su caudillo, de iniciar un proyecto de
divulgación ideológica y doctrinaria, por lo cual creó un centro cultural de
difusión que llamó ‘Instituto Benjamín Herrera’.
Este plantel inició sus actividades en una edificación situada en la
esquina de la calle 20 con carrera sexta de la ciudad de Bogotá, bajo la
dirección del doctor Plinio Mendoza Neira, colega del líder ultimado. En el Consejo
Directivo estaban los más ilustres representantes del partido, entre ellos, los
doctores Darío Echandía, Carlos Lleras Restrepo, Alfonso López Michelsen,
Roberto García Peña, Guillermo Nanneti, Alberto Galindo, Hernando Restrepo,
Víctor Julio Silva y Luis Carlos Páez.
La misión del instituto era “llevar una intensa labor de propaganda
ideológica en todo el país mediante ciclos de conferencias, afiches, cartillas
de iniciación cultural” y la publicación de sus impresos titulados “Reconquista
y ABC del Liberalismo”, además de ofrecerle a la juventud estudiosa la
oportunidad de prepararse para las luchas políticas del futuro y por último, el
instituto se empeñaba en dotar al liberalismo de elementos de trabajo para sus
próximas campañas electorales y más tarde, para el desempeño idóneo de las
funciones de gobierno.
En su primera etapa, el objetivo primordial del instituto era formar
líderes populares, dirigentes sindicales, expertos en cuestiones electorales,
expertos en cooperativismo y periodistas políticos.
Fue precisamente por esta última condición, que propuso en primer término,
el otorgamiento de becas a los periodistas de todos los informativos de
orientación liberal de las principales ciudades del país.
En Cúcuta, una ciudad con un gran predominio liberal, se recibió con
especial agrado esta convocatoria, tomando la vocería del gremio y en
particular de la prensa liberal, el periodista José Manuel Villalobos, quien
por medio de su diario Comentarios, desarrolló una titánica labor de promoción,
logrando interesar a los reporteros de entonces, para que se inscribieran en
alguno de los planes de estudio de sus intereses.
No era fácil el proceso de selección, toda vez que solamente se ofrecía una
beca por ciudad. La beca cubría el costo de la matrícula y las pensiones, así
que los demás gastos corrían por cuenta del aspirante, razón de más para que
los candidatos de las ciudades de provincia fueran realmente muy pocos. Los
cursos eran intensivos y tenían una duración de un semestre.
A partir del 9 de junio de 1948 se iniciaron las actividades académicas de
los cursos de Cultura Política, Periodismo, Sindicalismo y Legislación
Electoral.
La matrícula tenía un valor de $5 que debía pagarse de estricto contado al
momento de la inscripción junto con el costo de la primera mensualidad, la cual
debía cancelarse durante los primeros cinco días de cada mes.
Como instituto de educación no formal que era, no se exigía el título de
bachiller a excepción del curso de Cultura Política. Quienes iban a cursar Periodismo
debían acreditar aprobación de los cuatro primeros años de bachillerato; para
estudiar Cooperativismo y Legislación Electoral se exigía tres años de
bachillerato y para los cursos sindicales era suficiente haber cursado la
primaria completa.
La pensión más alta era la de Periodismo con un valor mensual de $10 pesos,
mientras que las demás, sólo costaban $5. Los contenidos académicos, así como
el profesorado en general, eran de la más alta calidad, como veremos a
continuación:
Cultura Política: el director era Alfonso López Michelsen y los profesores
eran Indalecio Liévano Aguirre y Hugo Latorre Cabal, quienes dictaban las
cátedras de ‘El Liberalismo en la historia de Colombia’, ‘Historia
Político-social de Colombia’, ‘Filosofía del Liberalismo’, ‘Psicología de
masas’, ‘Historia del Liberalismo’, Fundamentos de economía política’,
’Sistemas electorales y democracia funcional’ y ‘Legislación del trabajo’.
También se ofrecían conferencias para grupos de ciudadanos interesados sobre
temas como Problemas económicos contemporáneos, Libertades individuales en el
Estado Moderno, Seguro Social, Tecnificación Agrícola y otros más.
Periodismo era el curso más completo, de ahí su mensualidad más alta. Se
estudiaban todos los medios disponibles en esa época, prensa escrita y radio.
El director era el conocido periodista Alberto Galindo y algunos profesores,
Gabriel Trillas y Fernando Plata Uricoechea. Todo lo concerniente a la
publicación de un periódico, era estudiado desde la redacción de las diferentes
secciones, la disposición y distribución, las corresponsalías y archivos, los
servicios extranjeros, la publicidad, fotograbado, armada, corrección y
finalmente la circulación. En radio, se estudiaba desde la organización de una
radiodifusora, la legislación que regía, la elaboración de boletines, las
tarifas, hasta la selección de locutores. También se dictaban cursos de
Literatura Periodística con énfasis en Revistas, folletos y páginas especiales.
Los cursos de Legislación Electoral eran dirigidos por nuestro coterráneo
Guillermo Peñaranda Arenas y se estudiaba la Organización Constitucional de
Colombia, Teoría y Práctica de la cedulación y la Legislación Electoral, entre
otros.
Sindicalismo, su director era Hernando Restrepo se veía Legislación del
trabajo y Secretariado, en el cual se aprendía sobre actas, pliegos de petición
y otros.
Cooperativismo, con la dirección de Gonzalo Combariza, se estudiaba básicamente
Historia, Legislación y Administración de cooperativas.
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