Sergio
Entrena López (Imágenes)
En 1995,
Monseñor Luis Madrid Merlano se posesionó como obispo de Cartago. (de izq a
der): Mons. Rubén Salazar Gómez (Obispo de Cúcuta), Mons. Rafael Sarmiento
Peralta (Arzobispo Emérito de Nueva Pamplona); Dr. Sergio Entrena López,
Gobernador de Norte de Santander; Mons. Luis Madrid Merlano; Mons. Víctor
Manuel López Forero (Arzobispo de Nueva Pamplona) y Mons. Jorge Enrique Lozano
Zafra (Obispo de Ocaña).
Perfil Biográfico
El libro de la vida de Monseñor Luis Madrid Merlano
empieza a escribirse un 27 de octubre de 1946 en medio del fuerte sol, la brisa del mar y la arena de las
playas que adornan la hermosa ciudad de Cartagena.
Nace en medio de un hogar cristiano conformado por el
matrimonio de José Fernando Madrid Blanco quien se desempeñaba como contador de
la Armada Nacional y Mercedes Merlano de Madrid también contadora, fue el tercero
de cuatro hijos; Cristóbal su hermano mayor actualmente abogado, José Fernando
quien años después se enfocó en la música y se dio a conocer en Colombia y el
mundo como Joe Madrid y su hermana menor Rita Elena, la única mujer.
Creció en el barrio Manga de Cartagena y desde su niñez
se caracterizó por ser muy piadoso y consagrado a su colegio, inicio sus estudios
de primaria en la Salle de Cartagena; pero solo estuvo allí un año ya que por
la salud de su padre la familia tuvo que desplazarse a Bogotá, sin embargo,
dejó huella en este plantel educativo lo cual se evidenció cuando recibió
méritos como uno de los 6 exalumnos ilustres en la fiesta de los 100 años de la
Institución Lasallista.
En el año 1954 a la edad de 7 años realiza su Primera
Comunión en la iglesia de Santo Domingo (Cartagena), celebración realizada en
una festividad del Corpus Christi; lo cual, lo llena de gozo por recibir a
Jesús Sacramentado en su vida.
Continuó sus estudios de primaria en Bogotá en el colegio
Santo Tomas de Aquino de los Hermanos Dominicos y terminó su bachillerato en el
Colegio de los Hermanos Maristas en el año 1963; siempre recibió su formación
académica en planteles religiosos.
Decide inscribirse a la Universidad Nacional a la carrera
de Medicina, junto a sus estudios también dedica su época Juvenil a un Grupo de
Teatro con el cual recaudaba fondos para los necesitados y trabaja con un Grupo
Apostólico en diversas Misiones lo cual le sirvió para afianzar su vocación.
Junto a sus compañeros de apostolado viaja al
departamento del Chocó para realizar una misión, allí vive de cerca la labor pastoral
y social desempeñada por la iglesia mediante los sacerdotes misioneros; al ver
su entrega, esfuerzo y trabajo desinteresado se entusiasma a tal punto que
decide cambiar su vida por completo diciéndole Sí al llamado sacerdotal que le
hace el Señor.
Ingresa al Seminario Nacional Cristo Sacerdote de La Ceja
(Antioquia), continúa sus estudios de teología como misionero en el Seminario
Intermisional de Bogotá, tristemente su padre no logra verlo convertido en
sacerdote, ya que fallece a causa de un cáncer a la edad de 55 años.
El 22 de mayo
de 1995 el gobernador Sergio Entrena López condecoró a monseñor Madrid Merlano
con la Gran Cruz Cívica Francisco de Paula Santander, en Grado Extraordinario,
antes de salir para Cartago donde había sido nombrado Obispo. (Izq. a der.)
Doña Mercedes Merlano de Madrid (qepd), Senador Jorge Cristo Sahium (qepd),
Myriam Fernández de Entrena (de rojo oculta).
El 29 de junio de 1971 recibe la Ordenación Sacerdotal y
es incardinado en el Vicariato Apostólico de Istmina – Tadó en el departamento
del Choco. Fue nombrado canciller y rector de la Normal de Varones anexa al
Seminario Mayor San Pio X de Istmina.
Sus primeros años de Sacerdocio los entregó al trabajo Pastoral,
Administrativo y la Formación de Futuros Sacerdotes. En 1977 recibe el cargo de
Rector del Seminario Mayor San Pio X de Medellín (Antioquia) y durante este
periodo también es nombrado párroco de Santa Margarita en esta misma Ciudad.
En 1985 se le delega el cargo de Director de Pastoral
Social y Ecónomo del Vicariato Apostólico de Istmina. A este lugar lleno de
folklor, tradición y hermosas riquezas naturales, tuvo la fortuna de dotarlo
con planteles educativos y brindarle su apoyo en el Hospital San Francisco de
Asís.
En medio de su gran entusiasmo y liderazgo sacerdotal el
24 de mayo de 1988 recibe la notificación de que su Santidad Juan Pablo II lo
nombra Obispo Prelado de Tibú. Viaja a Bogotá y recibe la ordenación
episcopal el 3 de Julio de 1988 en la capilla del
Convento de Santo Domingo, teniendo como consagrantes principales al
excelentísimo monseñor Angelo Acerbi, nuncio apostólico, el excelentísimo
monseñor Gustavo Posada, vicario apostólico de Itsmina y el excelentísimo
monseñor Carlos Ruiseco arzobispo de Cartagena. Dejando la labor desempeñada junto
al cariño de la comunidad que tanto amó, fruto de los 17 años de sacerdote en
Istmina, se prepara para iniciar una nueva labor como Pastor en el nororiente colombiano.
El 30 de julio de 1988 se posesiona en la prelatura de
Tibú, y empieza a descubrir una serie de problemáticas que lo animan a empezar
un trabajo pastoral y social por el desarrollo de los tibuyanos, contando con
el apoyo de las máximas autoridades religiosas, civiles y militares de la
región.
Su labor da fruto a diversas obras como la construcción
del Seminario Menor, el servicio de agentes de pastoral para la salud, el apoyo
al ancianato con la llegada de las Hermanitas de los Pobres, La Droguería
Comunitaria presente en Tibú y poblaciones aledañas; la construcción del barrio
Camilo Torres, los auxilios económicos y las ayudas para consultas médicas
especializadas e intervenciones quirúrgicas. Su protagonismo en el desarrollo social
del Catatumbo y el gran liderazgo que condujo todas sus acciones en estas tierras
tan necesitadas de un Padre y Pastor le permitieron fortalecer los procesos de
desarrollo y reconstrucción del tejido social de esta región tan azotada por la
violencia.
El gobernador
Sergio Entrena López felicita a monseñor Luis Madrid Merlano.
En medio de su trabajo pastoral el Santo Padre Juan Pablo
II lo nombra obispo de Cartago el 19 de abril de 1995. Triste por su partida,
pero con el mismo entusiasmo que lo caracteriza empieza esta nueva etapa en una
diócesis que durante 33 años solo había tenido un único obispo.
Esta Diócesis, del otro extremo del país, lo acoge por 15
años donde continúa su labor pastoral lo cual se evidencia en el gran número de
sacerdotes que ordena y por supuesto, continúa el trabajo social, esta vez
enfocado a los discapacitados de asociaciones como Discasil (Asociación de Discapacitados
en Sillas de Ruedas) o Asorcar (Asociación de Sordos de Cartago) a quienes en
un proyecto mancomunado les construye la urbanización La Cabaña; también
trabajó con los afrocolombianos quienes en agradecimiento por su labor lo condecoraron
con la medalla “el Canolette de Platino” y también dedica tiempo para los
ancianos a los cuales en un trabajo conjunto con las hermanas de los pobres construyen
el ancianato “Mi Casa”.
Después de una fructífera labor pastoral en Cartago, el
30 de marzo del 2010 es nombrado Arzobispo de Nueva Pamplona por el papa
Benedicto XVI y llega a Pamplona el 21 de mayo del 2010. Al día siguiente se
realiza la eucaristía de posesión en la Catedral Santa Clara, ante el nuncio
apostólico Aldo Cavalli, Obispos, gran número de sacerdotes concelebrantes y
una multitud de fieles; el 29 de junio del 2010 con motivo de la celebración de
San Pedro y San Pablo recibe en la Basílica de San Pedro en Roma el palio
arzobispal por manos del Papa Benedicto XVI.
Su labor pastoral se ha orientado a continuar, estimular
y orientar la marcha pastoral de la Arquidiócesis en cada una de sus parroquias
con sus esmeradas visitas pastorales, donde ha manifestado su gran celo
pastoral, su cercanía paternal y su sabia orientación eclesial; sus predicaciones
están llenas del contenido bíblico que un pastor lleno de sabiduría y entrega
sabe dar; su deseo misionero ha traspasado las fronteras de nuestro país con la
presencia pastoral de sacerdotes que ayudan en las diócesis de Comodoro y
Neuquén en Argentina y en algunas diócesis de España, junto al interés de la
formación permanente de los sacerdotes con estudios en el exterior.
Cada una de las estructuras pastorales de la
Arquidiócesis se ha fortalecido con su presencia e impulso, siendo la cercanía paternal
con sus sacerdotes y su especial amor hacia el Seminario Mayor, una de sus
mayores virtudes pastorales; el amor a los enfermos y discapacitados, la profundidad
de sus homilías y su espíritu misionero han sido el eje de su ministerio pastoral.
Con su llegada nuestra Arquidiócesis de Nueva Pamplona
recibió uno de los regalos más grandes en su historia, la ordenación episcopal
de monseñor Alberto Rolón Güepsa quien fue destinado para guiar los destinos
pastorales de la Diócesis de Montería.
El 3 de julio de 2013 se conmemoraron sus Bodas de Plata
Episcopales y con ellas toda una vida de servicio a la Iglesia Universal y
Misionera, servicio que sigue ejerciendo con amor y entrega.
Talante compatible
Monseñor Luis
Madrid Merlano, Obispo de Tibú, bautiza en la iglesia de los Carmelitas a
Juan Sebastián
Entrena Fernández.
En octubre de 1988, un mes después de haber
asumido el cargo de Obispo Prelado de la Diócesis de Tibú, como director regional
del Sena me recibió en su residencia para ofrecerle toda la colaboración y
apoyo que requiriese para su misión pastoral en tan importante y crítica región
de nuestro departamento. Porque venía
del Chocó de donde no traía los mejores recuerdos por la incapacidad y falta de
compromiso y de transparencia de algunos funcionarios en sus actuaciones
públicas, al comienzo tuvo justificada prevención. Muy poco tiempo después,
disipó cualquier duda.
Hubo tal entendimiento y fueron tan productivas
y exitosas la planeación, ejecución y evaluación conjuntas de las distintas actividades
entre monseñor Madrid y la curia, con los directivos y funcionarios de la regional
del Sena, que ningún programa de trabajo comunitario realizábamos en el
Catatumbo, sin antes consultarle su concepto al Señor obispo e informarle en
detalle después, periódicamente, de la marcha y ejecución de ellos. Ahí empecé
a conocer el compatible talante de monseñor Luis Madrid Merlano y así comenzó
nuestra amistad.
Por su conocimiento de la doctrina católica y
por su fortaleza espiritual, siempre se concentra en dar a conocer la vida y
enseñanzas de Jesucristo, anunciando el Evangelio con palabras y formas de
fácil comprensión, argumentando para invitar a la reflexión y al permanente
encuentro con Dios. Ajeno a todo afán de protagonismo, demuestra excepcional
firmeza en sus convicciones, comportándose respetuoso y tolerante con las
creencias y opiniones de sus interlocutores.
Un hombre de visión universal
En los 30 años de contar con la generosidad
de su honrosa amistad, nunca lo he visto descompuesto ni jamás le he escuchado
comentario alguno para descalificar a ninguna persona.
Estudioso e infatigable lector, como hombre
de vasta cultura y de visión universal, es también un deleite intelectual escuchar
sus prédicas en las homilías por la coherente argumentación y pertinencia en
sus disertaciones.
La principal virtud es que predica con su
constante ejemplo personal, porque tiene acendrados valores y principios, dado
su carácter, discreción, sabiduría y hermetismo, inclusive como confidente y consejero
en la penumbra.
La autoridad moral, el respeto que inspira,
el poder de persuasión y la claridad de su pensamiento, le han facilitado el
cumplimiento responsable y honesto de su incontrovertible misión pastoral, en
beneficio de la iglesia católica y de las comunidades a las que ha servido con devoción
y desvelo.
Su huella indeleble
Prueba de ello son los innumerables testimonios
de gratitud y reconocimiento espontáneos, recibidos de los sacerdotes y
religiosas con quienes ha cumplido su labor pastoral y de las personas de todas
las condiciones con las que ha interactuado en el ejercicio de su misión
evangélica en las diócesis de Tibú y de Cúcuta, actuando también como
Administrador Apostólico (encargado)
sin descuidar las propias de Arzobispo de Nueva Pamplona, de tan notable tradición
e importancia en la jerarquía católica e historia eclesiástica nacional.
Al aceptarle el papa Francisco su renuncia por razones de
salud y pasar a ser arzobispo Emérito de Nueva Pamplona, se cumplirá el refrán
popular que “la jubilación no es el ocio sino el derecho a escoger en qué
trabajar”.
Quede escrito nuestro muy sentido e imperecedero
testimonio de aprecio, admiración y gratitud hacia Monseñor Luis Madrid Merlano,
quien marcó una época de valioso servicio en nuestro departamento y dejó huella
indeleble en la vida de numerosos nortesantandereanos por siempre. Amén.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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