Rito Julio Patiño Echavarría (La Opinión)
Un título profesional en 2006, un subcampeonato en 1964, cuatro ascensos a primera división (95-96, 2005, 2015 y 2018) y una fantástica campaña en la Copa Libertadores edición 2007, son algunas de las tantas proezas que ha vivido María Dellanira Marín de Gutiérrez. Ella es hincha del Cúcuta Deportivo desde 1959, cuando llegó a la capital nortesantandereana.
De 80 años, Marín es reconocida por
una gran cantidad de hinchas cucuteños que asisten a la tribuna sur del estadio
General Santander cada fin de semana. Allí siempre se le ve con su camisa
rojinegra, su bandera, un cojín, bufanda y tenis, todo relacionado con el
equipo, alentando al once motilón de sus amores.
Gane o pierda, ella es feliz viendo al ‘doblemente glorioso’ y más este año
que el equipo volvió a la máxima categoría del fútbol colombiano y pudo obtener
su abono para no perderse ningún partido de la campaña.
El inicio de una pasión
Para esta mujer, haber nacido en Olaya, Antioquia, no fue un impedimento
para serle fiel al conjunto del cual se enamoró.
Fue hace 45 años, en 1974, cuando Marín, después de haber llegado a Cúcuta,
sintió que el equipo que la había flechado era el motilón. Desde ese entonces,
no para de ir al estadio para acompañarlo en cada fecha.
“Lo más importante de ser hincha del
Cúcuta, es que hay que serle fiel en las buenas y en las malas, y aquí nos
caracterizamos por eso”, dijo.
Añadió que, “por lo menos, yo soy una de las que nunca falta al estadio.
Allá muchos me conocen y saben que siempre estoy en primera fila, vaya bien o
vaya mal”.
Hacer presencia en el estadio desde hace cinco décadas le ha servido a
Marín para ver a muchos jugadores defender los colores del equipo. Entre los
que más recuerda son Sergio Santín, Faustino Asprilla, Arnoldo Iguarán,
Robinson Zapata, Blas Pérez, Macnelly Torres y Jhonatan Agudelo.
La hincha del 2006
Hace 13 años, esta seguidora de la
amada rojinegra tuvo un gran reconocimiento por ser la hincha más fiel del
equipo en 2006, con su llamativo atuendo.
Marín se ganó camisas, afiches, entre otros implementos del equipo, por
participar en un concurso de un almacén, con su cara pintada de rojo y negro,
su camisa, la bandera, su sudadera oscura y alpargatas, lo cual logró convencer
a los jurados y ser nombrada como la mejor de todas.
“Es que yo soy una verraca, mi
pinta, mis ganas de cantarle al equipo y mi actitud, me hicieron acreedora de
ese premio; ojalá vengan más (entre risas)”, indicó.
Además de eso, tiene un balón original firmado por todos los jugadores del
equipo que estuvieron en la campaña 2016, el cual se ganó luego de una
entrevista que le hicieron en el estadio. Todo un tesoro para cualquier
seguidor de los motilones.
De la cuna al cajón
Ser del Cúcuta Deportivo es algo con lo que se nace, se crece y se muere,
sostiene esta hincha motilona.
Por eso, cuando le llegue el
momento de partir, quiere que la entierren con una bandera de color rojo y
negro, los mismos por los que ha vibrado durante 50 años.
“Cuando yo me muera, yo quiero que mi cajón lo pinten de rojo y negro igual
que mi corazón”, indicó Marín, que además, añadió que, no quiere que la lloren
cuando parta de este mundo, pues ella nació del indio y este es felicidad.
¡Toda una motilona!
Recopilado por: Gastón
Bermúdez V.
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