La Opinión
Este espacio natural de Cúcuta es un atractivo turístico cinco
estrellas, pero la realidad es otra y triste.
El cerro Tasajero forma parte de la cordillera oriental de Los Andes. Su
temperatura media anual es de 24ºC y está cubierto por un hermoso bosque
tropical seco, más de 50 géneros y especies de flora habitan allí.
El núcleo
de la montaña es del cretáceo, es rico en mitología, de hecho, para los
aborígenes de la zona era una deidad, de ahí su nombre: ‘tasa’ significa cerro
y ‘jero’, sagrado.
La
ambición y la falta de políticas ambientales serias, dio paso a la industria
minera, a la producción artesanal de cerdos y a la instalación de antena de
televisión.
Se han
hecho talas masivas de árboles, su suelo ha sido sometido a toda clase de
vertimientos de químicos y manejos inadecuados que esterilizan el subsuelo e
impiden la revegetalización.
Recorrer
los senderos es un acto de fe, debido a los malos olores que deja la crianza
porcina y las columnas de humo contaminante que dejan las chimeneas de la
minería.
Hay un
grupo de ciudadanos que se la juega por ayudar y recuperar este monumento
natural. El Comité Ambiental de Cúcuta organiza caminatas a las que lleva hasta
extranjeros. con el fin de generar turismo ecológico.
Aunque sus
integrantes dan la batalla contra los mineros, porcicultores, la falta de
identidad, la delincuencia y la corrupción local, les hace falta apoyo.
Cuando
dirija su mirada al norte de la ciudad recuerde que está en presencia de un
'dios'.
Recuerde
que ese 'dios' tiene a unos ángeles que luchan por lograr su reserva forestal y
que sea un mirador binacional y no un mirador de chimeneas de la minería.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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