martes, 4 de junio de 2019

1503.- ENTRE DULCES Y DULCERIAS



Luis Fernando Carrillo (Imágenes)



-I

Cucuteño que se respete se caracteriza por ser un gran comedor de dulces. La ciudad estaba y está llena de sitios donde se elaboran y expenden. Las crónicas cuentan que es una tradición que nació en los fogones de los hogares para ser parte del alimento diario.

En toda casa se elaboraba semanalmente la clase de dulce que se iba a consumir. En vasijas se guardaba celosamente los sabores predilectos. Dulce de leche, de coco, durazno, higo, toronjas.

Al finalizar el almuerzo o la comida se repartían en platicos para rematar la faena. También se acostumbraba a la hora de acostarse para dormir en santa paz.

Siempre había para todos los días y para todas las horas. A las visitas se les recibía con su plato de dulce y un buen vaso de agua.

Arrastrados

Desafortunadamente ésta costumbre ha ido desapareciendo. La vida laboral en la que trabajan hombres y mujeres se llevó por delante esta práctica que decía mucho de un hogar bien alimentado.

Muy de vez en cuando, si queda un tiempito, se elabora para desaparecer rápidamente de la nevera. Todos se sienten invitados a consumirlo y si hay niños con mayor razón. La cucharita va y viene.

-II

Se dice y hay constancia que muchos que viajaban a Bogotá a estudiar le llevaban al profesor su cajita bien organizada de arrastrados, cortados, cocadas, que le hacían bajar la guardia al  profesor para un examen fácil.

Quedaban tan agradecidos y tan agradados con el manjar que encargaban para las próximas vacaciones un obsequio similar.

Superviven y se ven por las calles de Cúcuta algunos osados que a más de ser buenos estudiantes se curaban en salud y acudían a esta estrategia, que más que un soborno era una manera de crear buen ambiente en el profesor sin atreverse a pensar en algo distinto.

Así era Cúcuta y toda ésta gente buena que todo pretendía hacerlo girar con buenas maneras.

-III

Omero Guasimales en su libro primero de la historia de Cúcuta cuenta que doña Juana Rangel de Cuéllar quien vivía en el Carmen de Tonchalá, además de obsequiar los terrenos de lo que sería la muy noble, generosa, y leal Villa de San José de Cúcuta, como la llamó Carlos V en el escudo, enseñó a las mujeres de esa región a fabricar los Tonchaleros, hechos a base de leche de cabra para delicia de los que lo comían.

Los arrastrados eran fabricados por la familia Olivares, Calle 3a entre avenidas 7a y 8a. A esta familia pertenece la cantante Maria Elena Olivares. Los cortados originales se producen en Patillales más allá del Salado.


Cortados


Punto de referencia de lo que es un buen dulce. La Cita un local de propiedad de doña Rita situado en la calle 9a con avenida 6a, para más señas frente al Bar Florida, tertuliadero de amenos recuerdos. Doña Rita expendía dulces de toda clase. Se recuerda que el agua se recogía de un aguamanil previa entrega del vaso por la dueña.

Como se dijo la ciudad fue creciendo. Los menesteres diarios de los hogares ya no daban lugar para la fabricación cacera. Se estableció una producción casi industrial como también en muchos sitios se come dulce de platico y en barritas.

Por la avenida 3a frente a la puerta principal del estadio General Santander se encuentran todavía recuerdos de  aquellos lugares y en general por toda la ciudad se ofrece un manjar que hace parte de la vida de los pueblos y que los cucuteños recuerdan como parte de una vida amable que se fue diluyendo entre tanta ramplonería, vulgaridad, poblada por gentes que vinieron no a engrandecerla sino a derrumbarla.

En todo caso ahí está la ciudad con sus Tonchaleros, con sus arrastrados, con sus cortados y algunos locales que invitan a vivir el pasado en el presente.


Hay que luchar para que San José de Cúcuta sea una ciudad dulce. Como las cocadas y toronjas que hacia los setenta vendía la familia Rueda frente a Comfanorte. Como los dulces de platico que vendía el señor Corona en la calle 11 con avenida 9a y 10a, cerca del hotel Rosedal de propiedad de doña María, la mamá de los Cardozo.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

2 comentarios:

  1. que me dice del dulce de icaco y de las desaparecidas grocellas, el famoso circo, el dulce de huevo, zapote mamey con su aroma

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  2. Ahh y el "Cabello de ángel", las combinaciones de dulces de guayaba con natilla de maizena o de mora con la misma natilla...y las deliciosas toronjas en cascos glaseados, secos y a su vez jugosos, una técnica ancestral de la tecnología de los alimentos de humedad intermedia, los cuales ni se fermentan, ni se mohosean, debido a ese equilibrio entre humedad vs sólidos de la fruta y el azúcar.

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