César Obando (La Opinión)
La ciudad posee varios monumentos
dignos de admiración por lo que representan para la cultura y la arquitectura
misma de la región. Muchos de ellos se encuentran a una altura que impide observar desde el
suelo algunas de sus características.
Pero si acercamos la lente, se puede ver que estas
obras, con el paso de los años, han cambiado su aspecto y de la misma manera
han perdido brillo y colorido; a pesar
de que han sido pintadas, no se ha hecho con el rigor profesional y artístico
que se amerita para esta clase de esculturas y piezas arquitectónicas.
Se llama Cristo Rey y está ubicado
en el barrio La Cabrera. Es patrimonio cultural de la ciudad. Obra del escultor
boyacense Marco León Mariño, fue inaugurado en 1947. Ahora que se construye un
parque turístico a su alrededor, bueno sería una refacción, que por lo visto,
la necesita.
Esta es la singular cúpula, de
arquitectura moderna, de la parroquia San Juan María Vianney del barrio Cuberos
Niño. Se dice que es escueta y sencilla como lo fue su promotor, el padre
Martín Parada. Para la construcción de este templo se necesitaron 20 años.
La parroquia San Luis Gonzaga, en el
barrio que lleva su nombre, es la más antigua de Cúcuta, reconstruida después
del terremoto de 1875. De arquitectura neogótica, sobresalen sus agujas,
especialmente el chapitel estrecho y alto de la torre principal.
A una altura de 40 metros en la
parte alta del barrio San Miguel, se encuentra la Virgen de Fátima. Se dice que
fue traída de Europa y erigida en 1947 por la Diócesis de Cúcuta. Se cree que
es el único monumento que tiene su propio cuidador en la persona de Gregorio
Castellanos, quien cada seis meses sube para hacerle mantenimiento y los
resultados saltan a la vista.
Se le decía parque de La Victoria.
Allí se encuentra la escultura del artista cucuteño Olinto Marcucci. Hoy se le
conoce como parque Colón. Dicha obra fue inaugurada en agosto de 1919 como
homenaje al centenario de la Batalla de Boyacá. A 200 años de tan magna fecha,
qué bueno sería que le echaran una mano.
En la
Circunvalar con calle 11, del barrio El Contento, está la Columna Padilla,
inaugurada en 1923 como homenaje al centenario del triunfo naval en la batalla
del Lago de Maracaibo, que encabezó el marino colombiano José Prudencio
Padilla. Una histórica ancla en la punta de la estructura, es el mejor recuerdo
de la epopeya.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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