Luis
Fernando Carrillo (Imágenes)
Padre Jordán
I.-
Daniel Jordán Contreras el párroco de la
catedral de San José de Cúcuta, no obstante, la solidez de sus principios y de
su austeridad, mantuvo con los comerciantes y dirigentes de la ciudad buenas
relaciones personales y sociales.
Se dice que para enaltecer la catedral que
regentó durante muchos años, aprovechaba de esa amistad para obtener los
dineros necesarios para tal fin.
Anecdóticamente se comentaba en su tiempo,
de la inauguración de un botiquín llamado la Zapatilla Roja, al que asistió lo más
selecto de los varones de la ciudad.
Jordán fue a las oficinas y comercios de estos
ciudadanos, charlaba con ellos amistosamente. En determinado momento hacía
referencia a la inauguración del prostíbulo, citando con nombre propio, en
lista previa elaborada de las personas presentes en la inauguración.
No los criticaba, pero hacía referencia a
unas donaciones que necesitaba para bien de la parroquia y de la catedral. Lo
que era cierto. Atolondrados y asustados por la lista, cariñosamente le dicen
al levita que cuenten con su colaboración.
Todo esto, porque a la misa de once
dominical es en la Catedral de San José de Cúcuta, asistían estos mismos
personajes con sus respectivas esposas. Temían que en sus discursos sermones
sobre la moral de la ciudad, se diera a conocer esta lista.
Obviamente algo impensable en la
personalidad de Jordán, pero que sirve para mostrar la recia personalidad y la
vocación de este Pamplonés, nacido en 1899 y que fue por los Santanderes y
Europa en plan de conquistador y mensajero de principios que defendió
vehementemente.
-II
Es que a propósito de las misas y los
sermones, se dice que se colmaba la iglesia y muchas señoras aprovechaban, cuando
sabían que sus esposos tenían algún amante, si estaban dentro de ella la
“sacaban de las mechas” gritándoles la injuria que cometían, quedando
satisfechas con el juicio y los comentarios de los muchos asistentes.
Era tal la fama de la rigidez moral de
Jordán que en el hogar, Madre en determinados momentos ordenaba a sus hijos acudir
a la iglesia San José a confesarse con el padre Jordán.
Efectivamente así se hacía y algunas veces
cuando “el pecado” del muchacho era grande, ordenaba el sacerdote ponerse por
delante del confesionario para recibir el regaño y la penitencia impuesta. Gran
susto cuando daba la orden.
Al final se encontraba al ser humano en la grandeza
de su vocación. Daniel Jordán un hombre convencido de sus ideas y sus lealtades,
siempre estuvo con aquellos que defendieron principios vigentes a través de los
tiempos.
-III
Daba gusto verlo pasearse por su iglesia en
avenida 5a con sus calles 10 y 11. Metido en su impecable sotana y por eso me
causó mucho asombro verlo un día en la oficina de José Luis Villamizar Melo.
Vestido de civil ropa color caqui con su estatura de soldado que incursionó por
su tierra, por sus parroquias, llevando lo que él creyó siempre era la
civilización.
-IV
La grandeza del sacerdote Daniel Jordán
Contreras se resume a la perfección en el ensayo que sobre él escribiera Eduardo
Cote Lamus y que en este escrito en parte se trascribe para sintetizar mejor el
mundo de su sabiduría y de su anécdota.
“Detrás de su nombre se echa a andar una
leyenda porque su nombre corresponde exactamente a su cuerpo, a su alma, a sus
ejecutorias en el mundo, y aún más: a lo que el rumor de armas de su historia
ha dejado entre las gentes. Daniel Jordán es una fortaleza”…
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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