miércoles, 13 de mayo de 2020

1678.- LANSA Y SU AEROPUERTO



Gerardo Raynaud (La Opinión)

Era la época en que las aerolíneas debían participar en la construcción de los aeropuertos para tener la oportunidad de ofrecer el servicio a esos destinos. 

Por esta razón, cuando el aeropuerto de Los Patios tuvo que cerrarse por razones de seguridad en 1948, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cúcuta le propuso a la empresa Líneas Aéreas Nacionales S.A. conocida por la sigla LANSA, participar en la construcción de un nuevo aeropuerto para la ciudad de Cúcuta, con lo cual contribuiría a incrementar su cobertura, que para entonces abarcaba buena parte del territorio nacional, en franca competencia con su rival recién reorganizado, Avianca.

La Sociedad de Mejoras Públicas que entonces presidía el doctor Rodrigo Peñaranda Yáñez, había convencido a varios de los más connotados ciudadanos de organizar una junta promotora que se llamó ‘Comisión pro Aeródromo de San Luis’, entre quienes se contaban Víctor Pérez Peñaranda, don León Drolet, Luis Alberto Villalobos y una gran parte del empresariado con el interés manifiesto de materializar esta ambiciosa idea.

El 2 de junio de 1948, LANSA, conocedora del proyecto que se estaba gestando en la ciudad, envió el siguiente telegrama a los promotores:

“la Compañía Lansa, altamente interesada en vincularse a la progresista ciudad de Cúcuta, ha determinado suscribir la cuota que le corresponde para la construcción del aeródromo proyectado por esa honorable sociedad. En tal virtud me es grato comunicar a ustedes que en los primeros días del mes entrante se trasladará a esa una comisión con amplias  autorizaciones para efectuar las gestiones que sean del caso y suscribir los actos y documentos que se requieran y las condiciones en que se pacten. Consideramos motivo de orgullo para la compañía, su vinculación a esa obra del progreso nacional que interesa notablemente a Cúcuta y a las empresas de aviación del país. Servidor y amigo, Luis Hernando Padilla Saravia”.

La respuesta al gerente general de la aerolínea solo tardó dos días y se hizo en los términos que se leen a continuación:

“…la Sociedad de Mejoras Públicas, los suscritos y la ciudadanía en general, han recibido con enorme entusiasmo la noticia de la vinculación de la compañía Lansa a nuestra empresa del aeródromo de Cúcuta. El esfuerzo hecho por esta sociedad para la redención de este puerto  y para propiciar el intercambio libre, tendrá resonancia no solo en toda la región, sino en el país en general, el futuro comercial y grandioso de Cúcuta necesita un movimiento sin trabas. Estamos satisfechos de poder ofrecer a las empresas de aviación un campo amigo, de magníficas condiciones geográficas y comerciales. Esperamos la comisión de Lansa, para verificar negociaciones de mutuo provecho. Cúcuta será para Lansa un nuevo surco y Lansa será para Cúcuta una nueva arteria vivificadora. Le regamos avisar salida. Atentamente, Rodrigo Peñaranda Yáñez, Víctor Pérez Peñaranda y Comisión pro-aeropuerto de San Luis, sociedad anónima”.

A estas alturas puede verse que la ‘Comisión’ había avanzado lo suficiente para proponer la constitución de una ‘sociedad anónima’, con la que efectivamente se continuó el proceso.

Llegada la comisión de Lansa, investida con plenos poderes de negociación, se reunieron inicialmente en la sede de la Sociedad de Mejoras Públicas, donde se trataron detenidamente los distintos puntos de la cuestión, en medio de la mayor amplitud. Vinieron desde Barranquilla, con la misión de convertir en realidad el proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto, los señores Braulio Donado, Lucio Duzán y Alfonso Villalobos.

La visita de los señores de Lansa fue recibida con gran simpatía y el hecho de su apreciable cooperación, ha causado la más grata impresión en todos los círculos de la ciudad. Posteriormente se efectuó una reunión con otros miembros de la sociedad económica de la ciudad, como la Cámara de Comercio y Fenalco, también fueron invitados personajes interesados en la suscripción de las acciones de la nueva empresa.

Después de las reuniones preliminares se acordó constituir la sociedad “Aeródromo de Cúcuta S.A.” con un capital de $200.000 de los cuales, LANSA suscribió $50.000, el municipio de Cúcuta $50.000 y $100.000 entre comerciantes y público en general. Las acciones tenían cada una, un valor nominal de $10 y todas las personas que quisieran adquirirlas podían hacerlo sin ninguna restricción, característica de una oferta pública de acciones abierta.

A las pocas horas de la puesta en oferta, fueron adquiridas por los inversionistas particulares acciones por la suma de sesenta mil pesos. En los días siguientes se vendieron la totalidad de las acciones remanentes, con lo cual, los administradores aseguraron que las obras civiles quedarían completamente financiadas.

Terminada la fase de colocación y recaudo, la Asamblea Constitutiva nombró la Junta Directiva que orientaría las actividades preliminares, así como los administradores y ejecutivos al mando de las operaciones de arranque del proyecto.

En la Notaría primera del circuito de Cúcuta, se firmó la escritura correspondiente; fue designado como primer gerente, el ingeniero Víctor Pérez Peñaranda y en la Junta Directiva, como miembros principales, los doctores Hernando Padilla Saravia, gerente general de LANSA, el Personero Municipal de Cúcuta, Luis Abbo Fontana, representante de la firma Tito Abbo, Efraín Vásquez y León Drolet. En los puestos de la suplencia, José Faccini como gerente suplente y los señores Francisco Díaz, J.P. Lizarazo y Miguel Saikali como representante de Fenalco.

El proyecto tuvo tal receptividad que la demanda sobrepasó la cantidad de acciones en $25.000, razón por la cual, la Junta Directiva, autorizó el aumento del capital de la sociedad para que los interesados pudieran invertir en el proyecto.

La construcción duró dos años y fue dirigida por el ingeniero Víctor Pérez, quien además, era el dueño de los terrenos.

Como es característica local, por los vientos cruzados, se trazaron dos pistas y la primera prueba se realizó el 8 de octubre de 1949, a partir de entonces entró en servicio, por una corta temporada, pues a partir del 1º de diciembre de 1951, Avianca adquirió el control de LANSA y trasladó a Cazadero, el aeropuerto que había construido para sus operaciones de la ciudad de Cúcuta, el año anterior.





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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