Los bustos fueron en la antigüedad una manera de mantener la memoria viva de personajes importantes, por eso eran construidos en materiales tales como mármol, bronce, cobre o granito, para asegurar que fueran duraderos.
En Cúcuta, ocurre lo contrario, salvo contadas excepciones, han usado materiales más baratos y algunos están abandonados.
La ciudad cuenta con una pléyade de homenajeados con esta clase de monumentos.
Aunque no es propiamente un busto, en el
jardín de la antigua casa de Bellas Artes, en el barrio Latino, está en alto
relieve de mármol la cara del poeta y exgobernador Eduardo Cote Lamus.
Debajo del intercambiador de Atalaya, en
la redoma, se encuentra Jorge Cristo Sahium, político y exsenador liberal,
asesinado en 1997
En la redoma debajo del nuevo puente de
San Rafael, está quien fuera líder cívico y espiritual del sector, el
presbítero Eduardo Trujillo Gutiérrez (1915-1982).
En el barrio La Playa, en el antejardín
de la quinta Jezmín, sobre la Av. 4, está quien fuera director de La Opinión,
Eustorgio Colmenares Baptista, víctima de un magnicidio en 1993.
Autor de las Brisas del Pamplonita, su
busto se encuentra ubicado entre la diagonal Santander y el Malecón, a un lado
del puente que lleva su nombre.
En el amplio separador de la
Libertadores con calle 15, se encuentra Augusto Martínez (1903-1954), quien
fuera médico, académico, concejal y hombre cívico.
En el parque adyacente al puente de la
Cero que lleva su nombre, sobre la Av. Libertadores, está el ingeniero
Francisco de Paula Andrade Troconis, creador del trazado urbano de Cúcuta.
Sobre la avenida que lleva su nombre, en
el atrio de la iglesia San Luis Gonzaga, está su precursor, el padre Demetrio
Mendoza, en el barrio San Luis.
El pionero de la aviación colombiana,
Camilo Daza, se encuentra en una redoma frente a la terminal de carga del
aeropuerto que lleva su nombre.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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