La Opinión
Alrededor de 300 mil espectadores
asistieron al concierto Venezuela Aid Live que reunió
a unos 32 artistas de talla
internacional en torno a la crisis en el país vecino.
Sin duda el
Venezuela Aid Live, concierto liderado por el magnate británico Richard
Branson, fundador del grupo Virgin, fue uno de los acontecimientos más sonados en 2019, no solo por el
espectáculo musical que reunió a 32 artistas y que fue presenciado por más de
300.000 espectadores, sino por todas las reacciones que esto
desencadenó.
Aunque el fin
inicial del concierto, que se llevó a cabo hace un año sobre el puente
internacional de la Unidad (Tienditas), en los límites entre Colombia y
Venezuela, era recaudar 100
millones de dólares para paliar la crisis fronteriza, a la postre solo se
recolectaron 2,3 millones.
El trasfondo
político que se desató desde el siguiente día puso nuevamente a Norte de
Santander a mojar los titulares de la prensa nacional e internacional.
El 23 de
febrero de 2019 se profundizó la grieta, que desde hace cuatro años ha
permanecido abierta desde el cierre de la frontera con Venezuela, ordenado por
el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, luego de que 285 personas resultaran lesionadas por la represión que ordenó
el mandatario en tres puentes internacionales para impedir el ingreso de los
suministros alimentarios a Venezuela.
Por lo menos
40 toneladas de ayudas humanitarias (alimentos y medicinas) donados por Usaid
fueron reducidos a cenizas, en las inmediaciones del puente Internacional
Francisco de Paula Santander, en medio del caos y la confusión.
A esto se le
sumó la deserción de 60 militares venezolanos que dejaron las filas y pasaron
hacia Cúcuta en busca de asilo.
El bloqueo
del paso vehicular en la frontera agudizó la crisis en varios sectores
económicos,
entre ellos
el de transporte.
Al finalizar
la jornada, Caracas endureció su cerco diplomático, decidió romper relaciones
bilaterales con Bogotá y expulsó al cuerpo diplomático colombiano, una decisión
radical que sacudió los fantasmas de la crisis fronteriza de 2015.
Cierre de consulados en Venezuela
Esta
situación también desató el cierre de las oficinas consulares de Colombia en
el vecino país, por lo que, a mediados de abril, el Ministerio de Relaciones
Exteriores dio apertura a los Puntos de Atención Consular en Frontera, con el
propósito de salvaguardar los derechos de los colombianos en Venezuela y
brindar la atención y el debido acompañamiento a la población.
En Norte de
Santander se habilitó uno de estos puntos en el puente internacional Simón
Bolívar, que comunica a Villa del Rosario con San Antonio del Táchira.
Sigue flujo migratorio
Pese a este
complicado panorama la migración de venezolanos hacia territorio colombiano
sigue creciendo a diario, pues mientras que en febrero de 2019 había
167.958 venezolanos en Norte de Santander, el último informe de Migración
Colombia, a corte del 31 de octubre de 2019, indica que el departamento alberga
a 183.215 migrantes siendo el segundo departamento colombiano con el mayor
registro de ciudadanos venezolanos.
Alrededor de
135.000 de estos migrantes están en el área metropolitana de Cúcuta según
cifras del Dane. Además, se calcula que alrededor de 400.000 colombianos han
retornado al departamento desde Venezuela.
Víctor
Bautista, Secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de
Santander, aseguró que por cada 10 migrantes se estima que hay 4 retornados en
Norte de Santander. “Tenemos unos 800 mil retornados en toda Colombia y solo 20
mil registrados en el Registro Único de Retornados”, dijo.
La afectación
llegó a los diferentes gremios
La crisis en
la frontera venezolana, impactó dramáticamente la economía cucuteña y
nortesantandereana en el último año. Entre los gremios que más registró
afectación fue el de transporte, tanto el de carga pesada como el de servicio a
pasajeros.
El anterior
gerente de la Terminal de Transporte de Cúcuta, José Flórez, explicó que la
baja en las empresas fue un tema que preocupó, pues hace 5 años, antes de que
se diera el cierre vehicular en la frontera, habían registradas 44 empresas de
transporte en la terminal. Ahora solo quedan 26.
“Fueron 18
empresas que por una u otra razón salieron de la Terminal de Transporte y que
muchas de ellas cubrían transporte al estado de Táchira entre otras zonas del
vecino país, que evidentemente hoy ya no se cubren”, comentó Flórez.
Los
terminales informales que se dieron con la necesidad de que migrantes llegaran
a diferentes ciudades al interior del país, fue otro golpe a la economía de los
transportadores que legalmente cumplían sus rutas en la terminal.
El gremio de
transporte de carga pesada, también registró millonarias pérdidas, así lo dio a
conocer Leonardo Méndez, gerente de Pronorco.
Las
exportaciones en 2018 recibieron 42 millones de dólares en ingresos anuales, y
esta cifra disminuyó dramáticamente en 2019, en donde solo se registraron unos
ingresos por 6 millones de dólares. Sin contar que estos números han ido
decreciendo en la última década. Lo mismo pasó con las importaciones.
Después del
23F (Editorial
La Opinión 23 de febrero 2020)
Lo único
cierto es que pasaron los minutos, las horas, los días, las semanas y los meses
y Maduro da la impresión de estar más atornillado que antes al solio en
Miraflores.
Hace un año
estaban en tierras cucuteñas los presidentes Miguel Piñera, de Chile; Mario
Abdo, de Paraguay; Iván Duque, de Colombia, y el líder opositor de venezolano,
Juan Guaidó, con ocasión de la jornada que en ese entonces contempló el
Concierto Aid Live, el intento fallido de ingresar ayudas para el pueblo del
vecino país y de acelerar el cambio del régimen que preside Nicolás Maduro.
Hoy están
viviendo en Cúcuta 135.000 migrantes de los 185.000 asentados en Norte de
Santander, todos ellos del total 1’630.000 que han llegado a Colombia, en el
mayor éxodo nunca antes registrado.
La presión
sobre los diversos servicios ha sido enorme, como lo muestra la deuda de
$55.790 millones que el Gobierno Nacional tiene pendiente de pago con el
Hospital Erasmo Meoz, por brindarles atención de salud a los migrantes.
En medio de
todo esto resulta muy diciente lo expuesto por el alcalde de Villa
del Rosario, Eugenio Rangel Manrique: “Somos el municipio de Colombia más
afectado por la crisis migratoria, pero también el más olvidado”.
Mientras el
sector educativo departamental y municipal, igualmente, registra una ascendente
matrícula de estudiantes venezolanos en primaria y bachillerato, el alto flujo
de personas por los puentes internacionales fronterizos es la constante diaria,
la mayoría de ellos para hacer mercado y compras de otros productos básicos y
medicamentos en Cúcuta, mientras que otros toman a la ciudad como punto final
de su largo periplo para escapar de los problemas que los agobian en su patria,
producto de un coctel de factores internos y externos.
Un año
después del 23F de 2019, lo único cierto es que pasaron los minutos, las horas,
los días, las semanas y los meses y Maduro da la impresión de estar más
atornillado que antes al solio en Miraflores.
Por
algo será que hace pocos días el Grupo de Lima, una de las organizaciones
más activas en el continente americano contra el régimen imperante, decidió darle un
volantazo a las estrategias para buscar el cambio en las estructuras
democráticas del otrora boyante vecino petrolero.
Se habla de
convocar a la comunidad internacional para llevar a cabo los esfuerzos sin
exclusión alguna, razón por la cual se ha convocado a Cuba para que ayude a la
búsqueda de la ruta que permita solucionar la grave crisis en Venezuela.
Por la
siguiente declaración entregada por el coordinador de este bloque de países
americanos, Hugo De Zela: “Creemos que cada país puede ayudar. De hecho, hay
tres miembros del Grupo de Lima hablando actualmente con los cubanos para ver
si están dispuestos a ayudar”, se ve que hay un importante avance.
El papel de
Cuba en la consolidación de una estrategia que permita ponerle fin a la
tragedia venezolana es trascendental por su cercanía ideológica con el gobierno
de Caracas, con el que además tiene lazos de diversa índole.
Es imperativo el trabajo conjunto de toda América Latina y el Caribe en buscar una “salida pacífica y democrática” al problema venezolano que a todos toca, por la gigantesca oleada migratoria que no cesa.
Hay que dejar
de lado las posiciones ideológicas y las excesivas muestras de guerrerismo y
las posiciones irreconciliables, puesto que, en nuestro caso, lo más importante
sería, pensar en cómo empezar a restablecer relaciones, y buscar ese punto en
el que se pueda hallar la fórmula para iniciar la transformación y la
recuperación venezolana, alejada, por supuesto, del intervencionismo o la
solución armada.
Recopilado por:
Gastón Bermúdez V.
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