miércoles, 29 de abril de 2020

1670.- EL CICLISMO NORTESANTANDEREANO TOMA IMPULSO



La Opinión

El ciclista Jeison Peña, categoría prejuvenil, fue campeón en la reciente clásica
Estrellas del Futuro en Cúcuta.

Los logros alcanzados por el ciclismo colombiano en los últimos años ha revivido la pasión por este deporte en Norte de Santander, tanto a nivel competitivo como a nivel recreativo. A pesar de ser una tierra de buenos ciclistas, ya acumula varios años sin subirse a un podio nacional.

Desde hace unos siete años, la Liga ha emprendido la tarea de rescatar esa cultura ciclista. Se organizaron y hoy tienen siete clubes que reúnen a quienes siempre han estado vinculados al ciclismo, así como a esos aficionados que se han animado a emprender la aventura de crear un club y comenzar a fomentar el ciclismo.

Orlando Serrano, entrenador de la Liga, dijo que mucho ha servido la visibilización que se le ha dado al deporte, ahora son muchos más los que lo quieren practicar, sin embargo, hizo énfasis en lo difícil que es conseguir un apoyo para estas iniciativas.

“El ciclismo es un deporte costoso y la mayoría los deportistas que lo practican son personas de escasos recursos, por eso hay mucha deserción. A determinada edad, los papás, que son los principales patrocinadores, empiezan a pedirle a sus hijos que decidan entre el deporte o el estudio y como no tenemos como ayudarlos, perdemos muchos ciclistas”, cuenta Solano.

Hoy, 2019, Norte de Santander solo tiene a un ciclista en un equipo profesional. Se trata de Rossbert Rojas, que hace parte del club AV Villas. Aunque hay talento y prospectos es difícil pensar que la región tenga un equipo profesional.

Trabajo constante  

Miguel Madariaga, presidente de la Liga de ciclismo de Norte de Santander, dijo que se trabaja para que la mayoría de los corredores vayan a alguna competencia, pero que es difícil cuando el presupuesto que se tiene es menor a lo que puede costar una salida. Recordó que llevar a los deportistas al terreno competitivo es muy importante. “Ellos se cansan de entrenar y entrenar, sin tener la motivación de asistir a competencias”.

Actualmente, hay 12 clubes (Ruta, MTV y  BMX) afiliados a la Liga y unos 280 ciclistas en todas las categorías, de manera competitiva. Sin embargo, en la región cientos de personas practican el ciclismo de manera recreativa y semanalmente hacen los ya clásicos ciclo-paseos por la ciudad o por algunas rutas establecidas.

El logro más reciente para Norte de Santander fue la participación en la Clásica del Caribe y Clásica del César, donde se alcanzaron podios en las diferentes categorías.

“Talento hay, pero necesitamos más apoyo y compromiso por parte de los entes estatales.  Por ahora contamos con dos patrocinadores que, sin ellos, sería imposible lograr lo que hemos alcanzado”, dijo Madariaga.

Jhon Cocunubo, ciclista nortesantanderano, a quien le ha tocado competir con bicicleta prestada, dijo que el apoyo es una de las falencias con las que se encuentran los deportistas y aseguró que si se mejora eso los resultados deportivos serán mejores.

Roosbelth Rojas (Av Villas), es el único ciclista masculino de norte
que está en un equipo profesional.

Tres retos importantes

El calendario para el segundo semestre comprende la Vuelta a la Juventud y la Vuelta al Porvenir y los Juegos Nacionales.

Las expectativas son altas aunque todavía no alcanzan para pensar en ser campeones, pero sí con acercarnos un poco más a lo que se tiene presupuestado.

“Llevamos un buen proceso y de seguir así en unos dos años podremos pensar en tener algún campeón en una vuelta importe”, afirmó Solano, quien lleva varios años como entrenador en la región.

Madariaga señaló que hay sangre nueva en el ciclismo de la región y que en las tres competencias importantes que hay por disputar buscarán quedar en la mejor ubicación posible, pues se ha hecho un trabajo a conciencia y con mucho compromiso por parte de los deportistas y los papás.

Recordó también que se trabaja para mantener la Clásica estrellas del futuro, una competencia que en los últimos dos años ha servido como preparación para los ciclistas locales y se ha hecho atractiva para otras regiones.  A lo largo del año, Cúcuta tiene un par de carreras tradicionales (Clásica Raúl Saavedra y la de la Virgen del Carmen) que han ayudado a impulsar el deporte en la región.

El propósito, según el directivo, es seguir potencializando el deporte y seguir con la gestión para encontrar más patrocinados y alcanzar un podio nacional o internacional con un corredor nortesantandereano.

Los prospectos de la Liga

Categoría prejuvenil

Jeison Peña (Team R.), Sebastián Galvis (Nevado Calzado Power), Johanson Estupiñan (Guerreros del Norte), Johnny Salas (Águilas del Norte) vuelta al futuro

Categoría juvenil

Michael Martínez (Team R), Sebastián Pedraza (Team R.), Camilo Fiallo (Guerreros del Norte), David Vera (águilas de Norte), Freddy Uzcategui (Águilas de Norte), Juan Andrés González (Nevado Calzado Power)

Categoría sub-23

Franklin Rincón (Águilas de Norte),  Roosbelth Rojas (Av Villas), Ferney Matilla (Correcaminos), Sebastián Saavedra (Team R.) y  Jhon Cocunubo (Águilas de Norte).

Femenino 

Daniela Carrero (Guerreras del Norte) quien fue campeona en la clásica estrellas del futuro y también en la clásica del César y ha mostrado grandes habilidades  al igual que Camila Pacheco (Guerreras de Norte ) Estefanía Gómez (Team R.), Manuela Amaya (Guerreras del Norte), Silvia Romero (Nevado Calzado Power), Niyireth Villamizar (Nevado Calzado Power).



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

martes, 28 de abril de 2020

1669.- LAS PARTERAS, ESPECIE EN VIA DE EXTINCION



Eduardo Bautista  (La Opinión)


Edilsa Antonia Pacheco ayudó a nacer con sus manos a varios niños.

Muchos de los padres de familia, abuelos y bisabuelos de hoy llegaron a este mundo de la mano de una partera o comadrona, nacidos en esos apartados lugares donde un médico era una rareza y el trabajo de atender a una mujer en el alumbramiento le era encomendado a esa viejita de noble aspecto, que llegaba a ser la abuela de muchas generaciones.

Esas comadronas han ido desapareciendo y son raros los casos de mujeres que se atreven a parir en casa. La mayoría acude a clínicas y hospitales cuando llegada la fecha empiezan las contracciones, rompen fuente y saben que están listas para dar vida.

Son atendidas en salas con mucha asepsia, mediante un trabajo de parto a cargo de un  obstetra, la asistencia de varias enfermeras si de un parto normal se trata y un anestesiólogo y otros profesionales de la medicina si es por cesárea.

Sin embargo, no todo el tiempo fue así y a las mujeres de antes que vivían en la zona rural, en pueblos apartados y aún en ciudades donde por razones económicas no tenía acceso a un centro de salud, las atendió una comadrona.

En esas situaciones les correspondía ponerse en las manos de matronas, quienes sin ningún interés económico o de otra naturaleza ponían sus conocimientos y saberes, que pasaban de generación en generación, en función de salvar vidas.

Saber que se hereda

Edilsa Antonia Pacheco es una de esas parteras, que aprendió el oficio de su mamá Alicia del Valle, del que dice sentirse orgullosa porque en sus manos muchos niños y niñas vieron por primera vez la luz del mundo y tuvieron su primer llanto.

Su historia se remonta a la época en que vivía con sus padres administradores de finca ganadera en Ciénaga (Magdalena), donde Alicia, quien vivió 93 años, era el referente de todo el pueblo cuando las mujeres iban a dar a luz.

“Tía abuela le traigo aquí a mi mujer para que me la atienda del parto. Usted me cortó el ombligo a mí, ahora córteselo a mi hijo, le decían frecuentemente quienes llegaban a buscarla a la casa donde vivíamos". 

Edilsa siendo una niña miraba por entre las rendijas de la puerta de la habitación cuando la mamá asistía a un alumbramiento, alarmada por los gritos de las parturientas, pero al crecer se convirtió en su ayudante y así fue aprendiendo el oficio hasta que se formó también como partera.

En su casa del barrio Gaitán de Cúcuta, hasta donde llegó a vivir con su esposo Alfonso Ballesteros después de casarse en La Guajira, tuvo la suerte de atender a varias vecinas que una noche cualquiera llegaron a su puerta en trabajo de parto, ya sin tiempo para ir al hospital.

El último de esos niños atendidos ya tiene 18 años, quien nació un 15 de diciembre, el tiempo que ella lleva retirada del oficio, dedicada a sus nietos y al trabajo de oficios varios en la iglesia Santísima Trinidad del barrio Cundinamarca. 

Ayudar a la embarazada

Edilsa Pacheco, quien es madre de tres hijos y una hija, dice que su mamá le enseñó a asistir a las mujeres para un parto sin dolor y con el menor riesgo posible.

"A la mujer se le ponen las manos en la barriga a la altura de las costillas para ayudar a bajar al niño y no se suelta hasta que asome y cuando ya está saliendo tiene uno que rotar la vagina de la mujer para ayudarlo a nacer", dice. 

Las pacientes se preparaban antes de iniciar el proceso con baños de asiento con manzanilla, se les daba agua de canela y otras hierbas aromáticas para ayudar al trabajo de parto.

Edilsa contó que una mujer que atendía su mama en la finca donde vivían, cada vez que le daba una contracción se tomaba una copa de aguardiente  y cuando por fin tuvo a su hijo ya se había acabado el litro, lo que según decía era su costumbre, repitiendo esa especie de ritual en cinco oportunidades.

Destreza y sabiduría 

Es tal la destreza que adquieren las parteras que con solo ver, escuchar y tocar a la paridora saben cómo viene el  niño, si está en buena o mala posición y cómo hay que voltearlo. Así sacan adelante el trabajo sin importar que se trate de primerizas, mellizos, si el bebé viene sentado o de pie.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

sábado, 25 de abril de 2020

1668.- UNA BIBLIOTECA CENTENARIA



Juan Manuel Ramírez (La Opinión)


El 7 de agosto de 1919, el Secretario de Instrucción Pública de Norte de Santander, don Julio Pérez Ferrero, abrió la Biblioteca creada por Ordenanza Nº 45 del 14 de abril de ese año con el nombre de Batalla del Puente de Boyacá. 

Bajo su orientación, con el reglamento que dictó y con la destinación de los elementos necesarios para su funcionamiento, el Secretario de Instrucción Pública dio inicio a las actividades de la biblioteca en un salón del primer piso del edificio de la Gobernación. 

A la sazón era Gobernador del Departamento el doctor Fructuoso Calderón. 

El investigador Luis Eduardo Suárez relata que en un comienzo la biblioteca estaba dotada, entre otras cosas, de un estante con vidriera, una mesa grande con 12 sillas, 350 libros y numerosos periódicos y revistas. 

El horario que se estableció para la atención de los visitantes era de 7 a 9 de la noche los días jueves, y de 1:00 a 4:00 de la tarde y 7:00 a 9:00 de la noche los domingos. 

Suárez encontró que en 1921 ya se contaba con nuevos estantes, mesas y sillas, y una lista de donantes que contribuyeron con 440 volúmenes. 

También le fue anexado el museo que empezaba a formar el sacerdote eudista Enrique Rochereau. El bibliotecario del museo fue don Neftalí Serpa.

A la muerte de don Julio ocurrida el 22 de abril de 1927, el gobernador del Departamento, Don Luis Febres Cordero, decretó el cambio del nombre de la biblioteca para que llevara el del ilustre desaparecido, razón por la cual desde ese año se llama Biblioteca Julio Pérez Ferrero.

Como ocurre con frecuencia con las instituciones dedicadas a la cultura, la biblioteca no tuvo siempre el apoyo gubernamental y fue desalojada varias veces de sus instalaciones. 

Entre 1930 y 1940 funcionó en los salones de la Escuela de Artes y Oficios de Cúcuta, luego en el edificio Rudesindo Soto junto a la Escuela Industrial y, finalmente, sus libros fueron depositados en una instalación oficial esperando mejor destino.

En 1952, principalmente por gestión del presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas, Miguel García-Herreros Unda, se consiguieron recursos para construir un edificio que albergara la Sociedad de Mejoras Públicas, el Centro de Historia de Norte de Santander y la Biblioteca Julio Pérez Ferrero. El 7 de enero de 1954 se inauguró el edificio.

En 1977, la biblioteca pasó a formar parte del recién creado Instituto de Cultura y Bellas Artes de Norte de Santander, y en 1978 fue convertida en organismo adscrito con autonomía administrativa. Pero no cesaron los cambios de sede de la biblioteca y en agosto de 1987 la gobernación del departamento ordenó su traslado a un local de la calle quinta con avenida segunda.

En 1998, la administración departamental de Sergio Entrena López sugirió la dotación de una sede permanente para la biblioteca en las antiguas instalaciones del Hospital San Juan de Dios. Y, luego, por convenio entre el Ministerio de Cultura y la Gobernación del Departamento durante la administración de Jorge García Herreros Cabrera se hizo la magnífica restauración del viejo hospital.

Su inauguración se efectuó el 21 de diciembre del 2000, y el Ministerio de Cultura lo catalogó como Bien de Interés Cultural Nacional encargando a la Corporación Cultural Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero” su custodia y administración.

En junio del 2001 la biblioteca abrió sus puertas al público, y desde entonces presta sus grandes servicios a la comunidad norte santandereana y fronteriza bajo la Dirección de Julio García Herreros Prada quien ha adelantado una extraordinaria labor, llevándola a ser considerada como una de las cinco mejores bibliotecas de Colombia. 





Recopilado por: Gastón Bermúdez V.