Gerardo Raynaud (La Opinión)
El día 18 de julio de 1942 salió en el periódico El Comentario, las
expectativas de lo programado para el desfile olímpico del Día de la Juventud
Colombiana (19 de julio) y festejos del Día de la Patria (20 de julio).
A mediados
del siglo pasado y durante mucho tiempo, antes y después de esa fecha, la
fiesta patria por excelencia en Colombia, el día de su independencia se
celebraba de manera diferente a como la presenciamos en la actualidad.
Comenzando
el siglo y hasta los años del llamado Frente Nacional, en la conmemoración del
20 de Julio, no se realizaban desfiles militares ni se hacía ostentación de
poder exhibiendo su armamento y menos su capacidad de reacción ante las
posibles agresiones, internas o externas, todo ello porque no se presentían o
no se esperaban o tal vez, por la actitud pacifista derivada de las lecciones
que dejaron en el viejo mundo las consecuencias de las confrontaciones que dejaron
en la ruina, tanto a vencidos como a vencedores.
Por la
época de los años cuarenta, según se desprende de las crónicas de entonces, se
programaban actos solemnes en las diferentes instituciones, las más
representativas de nuestra nacionalidad. En esta ocasión, en nuestra ciudad,
tuvieron lugar festejos en el recientemente construido Stadium Santander, en la
Escuela Departamental de Música y en la Penitenciaría y Cárcel Modelo, en donde
mostraron su agradecimiento patriótico quienes todos aquellos que de una u otra
forma tenía relación con estos establecimientos.
Comenzaremos
por narrarles que entonces los gobernantes liberales, en el poder desde el año
treinta, habían decretado una serie de reformas en el sector de la educación,
para desagregarla de la férrea orientación que venía dándole la iglesia
católica y darle una visión más laical, entre las cuales se contempló la
creación del “Día de la Juventud Colombiana” que se celebraría la víspera del
día de la Independencia.
Por esta
razón, el domingo 19 de julio de 1942, la Dirección de Educación Pública del
Departamento organizó un desfile olímpico, como se llamaba entonces la marcha
que efectuaban los estudiantes, que dicho sea de paso, causó honda emoción
entre el público que asistió al “Stadium” y que fue calificado de “brillante”
por la magnífica presentación y disciplina y por la nota colorida y vistosa que
los escuadrones de colegios y escuelas pusieron en la celebración.
Los
uniformes que portaban y la impecable marcha que imprimían en el desfile, los
colegios de los Hermanos Cristianos, Gremios Unidos, la Escuela Industrial, el
Colegio Cúcuta de Señoritas, así como el Reformatorio de Menores, todos ellos
acompañados con las bandas marciales de los tres primeros, fue lo que más llamó
la atención de los espectadores.
Ubicados ya
en el campo, se presentó una revista de gimnasia, atletismo y danzas por parte
de los colegios de bachillerato y la jornada se clausuró con una marcha
realizada por un grupo de soldados y suboficiales del Batallón Santander, por
esos días acantonados en la ciudad.
Muchas
felicitaciones comunicó la ciudadanía por intermedio del director de la Escuela
No. 4, Adolfo Paz, a los organizadores del acto, el doctor Félix Enrique
Villamizar, Director de Educación y el señor Luis Adolfo Bermúdez
Hernández, Director de Cultura Física, en un elocuente discurso y con las notas
de la Banda del Departamento despidieron el magno acontecimiento.
Mientras
tanto, en la Escuela Departamental de Música, los profesores y alumnos,
orientados por su director, el maestro Fausto Pérez, organizaron como homenaje
al Día de la Patria, un programa cultural que se llevó a efecto en su salón de
actos, en las horas de la mañana, evento al cual asistieron el señor gobernador
del Departamento, sus secretarios de Gobierno, Hacienda y Educación Pública, el
Alcalde de la ciudad, el comandante de la Policía Nacional, los representantes
del clero y del colegio Sagrado Corazón de Jesús, quienes ocuparon los puestos
de honor.
Acompañando
a estos dignatarios se congregó un selecto grupo de damas y caballeros de la
alta sociedad y algunos elementos de la prensa. El patriótico acto abrió con
los discursos de bienvenida pronunciados por el doctor José Manuel Villalobos y
el profesor español De Valera.
En desarrollo
de esta función cultural fueron recitadas bellísimas poesías por parte de la
señorita Eumelia Duarte y la niña Julieta Prada; trozos de música selecta en el
piano y a cuatro manos ejecutaron las niñas Cecilia Hernández Mora y Merceditas
Cortés, también presentaron sus actos musicales las señoritas Lolita Jácome y
Teodosila Morales y en la ejecución de las Sonatinas número I y III de
Clementi, las estudiantes Laura Blanco y Haydée Margarita Gil deleitaron a los
asistentes.
Sin
embargo, el número que más llamó la atención y el considerado más estupendo y
ovacionado fue el conjunto formado por los estudiantes de la Escuela, quienes
interpretaron como final del acto, el bellísimo y fino vals “Ohio”, y cerrando
la presentación, las notas del Himno Nacional.
En las
postrimerías de esta celebración, entre las tres y las cuatro de la
tarde, se verificó en la Penitenciaría y Cárcel Modelo, acto que no podía
dejar por fuera a quienes se hallaban privados de la libertad. En el solemne
episodio, los presos entonaron el Himno Nacional en coro con la orquesta
dirigida por el maestro Benjamín Herrera en el salón cultural de la
Penitenciaría, adornado para la ocasión con los cuadros de Bolívar y Santander,
la bandera tricolor y algunas flores que engalanaban el ambiente.
Asistieron
los comandantes de la Policía y el Ejército, el maestro Aurelio Martínez Mutis,
la poetisa “Alma Luz”, el director del periódico “El Norte” y un grupo de damas
y caballeros invitados especialmente para la ocasión.
La
intervención de algunos reclusos se limitó a quienes recitaron sentidos poemas,
todos alusivos a las tristes situaciones que padecen los que están
sufriendo las duras condiciones de reclusión y a canciones esperanzadoras por
recuperar las libertades perdidas.
Una bella
improvisación de la poetisa fue delirantemente aplaudida por los asistentes
pero especialmente a los reclusos a quienes sus palabras les llegó alma.
Con la
presentación sucinta de los gloriosos sucesos de la Independencia, hecha por el
maestro de la escuela del Penal, señor Silva Navarro, al terminar la tarde,
finalizó el corto ejercicio de observancia patriótica en nuestra Cúcuta de
mitad de siglo.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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