viernes, 5 de noviembre de 2021

1964.- EL PALACIO NACIONAL (Edificio Santander) Y PARQUE NACIONAL

Gastón Bermúdez Vargas


A todo el terreno obtenido en 1913 por el municipio, conformado por la adquisición de varias propiedades (las de César Calderón, Genaro Rojas y Paulino Torres comprada el 5 de agosto; la de María de la O. Martínez comprada el 6 de agosto; las de Juana Tamayo, Camilo Moreno y Pedro Mora el 18 de agosto; la de Carmen Rangel el 16 de agosto; otra de Pedro León el 8 de septiembre; posteriormente se adquirieron las propiedades de Francisco de Paula Andrade, Silvio Trillo, Magdalena Bracho, Jorge Soto y Carmela Rangel. Además, el señor César Castro cedió al municipio su lote), por medio del Acuerdo 40 del Concejo de Cúcuta, se le denominó la ‘Plaza del Libertador’, ubicado entre las avenidas 3 y 4 y las calles 8 y 9, pero los cucuteños optaron por llamarla Plazuela.

A partir de entonces, luego de que en la Plaza Deportiva de Carora los señores David Maduro (dominicano) y Federico Williams (venezolano), enseñaran e implantaran en Cúcuta los juegos del fútbol y béisbol, se convirtió esta Plazuela en una especie de estadio, donde se jugaban los aguerridos torneos locales, regionales y los grandes desafíos con equipos venidos de otras latitudes.

En esta plaza fue donde por primera vez en Colombia se jugó el fútbol organizado; fundado el Cúcuta Deportivo a principios de 1928, acá se consagró Campeón Municipal Cucuteño de Fútbol, por lo que por derecho otorgado por la Asociación Cucuteña de Fútbol, de allí partió como delegación para representar a Cúcuta en los I Juegos Olímpicos Nacionales que se celebraron en Cali en ese mismo año, y donde en el desfile inaugural, en homenaje póstumo de los deportistas a don Ciro Cogollo por su asesinato, crearon y flamearon por primera vez la bandera negra y roja, la que a la postre se reconoció como la bandera del equipo, de los deportistas, de Cúcuta y de nuestro departamento, esta última con los colores invertidos.

También se celebraron corridas de toros, para lo cual, se encerraba el área respectiva, como se hacía en el Parque de El Llano o Mercedes Abrego, Parque Santander y el Parque Colón o La Victoria, durante las famosas y tradicionales Fiestas Julianas que anualmente programaba el honorable Concejo de la ciudad, para conmemorar el Grito de la Independencia.
 
Corrida de toro

Para el centenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander y en su homenaje, el municipio cede a la nación ese terreno en 1938 para que allí se construyera un edificio con el propósito de instalar varias de las oficinas nacionales, que para entonces no tenían lugar propio en la ciudad.

La construcción fue uno de los primeros edificios modernos de Colombia del siglo XX, el cual tiene influencias de la arquitectura expresionistas europea y del art deco. El diseño del edificio estuvo a cargo del arquitecto Alberto Wills Ferro, quien había sido el artífice de varias obras de renombre de la época, como la sede de la Biblioteca Nacional y la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional en Bogotá, mientras que la construcción fue llevada a cabo por la firma Trujillo Gómez & Martínez Cárdenas Ltda. Desde entonces se instalaron la Dirección de Impuestos Nacionales (DIAN), los Correos y Telégrafos Nacionales llamado posteriormente ADPOSTAL, algunos juzgados y oficinas de la Registraduría y el Distrito Militar. Se le cedió espacio también a la Academia de Historia de Norte de Santander, donde se conserva el archivo histórico de la región desde el siglo XVI hasta la actualidad (2021).

Además del renombre del diseñador y constructores del edificio, destacan tres obras de arte del pintor y muralista bogotano Santiago Martínez Delgado (1906 – Cajicá, 1954) que se encuentran en la fachada, encima de la entrada principal al recinto. Son tallas en piedra bogotana en relieve con motivos de la vida del general Santander.

El presidente Eduardo Santos, tío abuelo de Juan Manuel Santos Calderón, inauguró la nueva construcción el 06 de mayo de 1940 como Edificio Santander, también colocó la primera piedra para un monumento a Bolívar en el área que había quedado y pidió mantener el nombre de Plaza del Libertador (en el tiempo la primera piedra desapareció y no se erigió el monumento); esto es lo más cercano que estuvo la ciudad en tener más temprano un parque o plaza en honor a Bolívar.

Proyecto de la Plaza del Libertador.

La Plaza del Libertador fue diseñado por la Sociedad de Mejoras Públicas con la firma de José Faccini Andrade, Víctor Pérez Peñaranda y el arquitecto alemán Herbert Rauprich Jung.

Sin embargo, la plaza fue renombrada por el pueblo como Parque Nacional y el Edificio Santander inaugurado se conoció como Palacio Nacional, debido a que pertenecía a un programa de construcción de edificios nacionales en Colombia, dentro del marco de ‘La Revolución en Marcha’ del presidente Alfonso López Pumarejo.

El italiano Jorge Fossi con tres de sus hijas sobre la primera piedra colocada por el presidente Santos, para el monumento en homenaje a Bolívar. Al fondo se observa la casa de la familia Gaitán Durán

El 05 de junio de 1940, en el mismo festejo del centenario, la colonia italiana le dona a Cúcuta una fuente en forma de esfera de mármol blanco de Carrara, del mismo tipo en la que adornan las plazas de Italia; esta esfera está circundada por una franja de bronce que señala que fue dada por la colectividad italiana y el motivo del obsequio. En los espacios libres de la fuente de agua se inscribieron los apellidos de los grandes navegantes italianos que tocaron costas colombianas y americanas, como Cristóforo Colombo (Cristóbal Colón), Américo Vespucio, Giovanni y Sebastián Caboto y Giovanni Da Verrazzano. La fuente la financió la casa comercial Rívoli Abbo & Cía., y fue montada bajo el cuidado del arquitecto italiano Vicente Nasi, el mismo que diseñó el famoso Hotel Continental de Bogotá y trabajaba para los italianos de Maracaibo y Caracas.

Artística fuente de mármol obsequiada a la ciudad por la colonia italiana el 5 de junio de 1940.

El sitio es también popularmente conocido como el Parque de la Bola, precisamente porque en ese mismo punto que no se había hecho nada al respecto, la colonia italiana aprovechó para colocar como adorno esa fuente en forma de ‘Globo Terráqueo’, que dicen fue luminosa en algún momento, dedicada a los navegantes italianos que descubrieron el Nuevo Mundo, y que en honor de uno de ellos se bautizó nuestro país. Sin embargo, como siempre ha existido el buen humor del cucuteño, en la época no faltaron quienes se referían como ´la bola de don Tito´ en mención a don Tito Abbo, reconocido personaje, empresario italiano e impulsador de la iniciativa.

Es curioso como los cucuteños a manera de describir más rápido y mejor los sitios o referencias de la ciudad, o de manera jocosa, bautizan o cambian los nombres oficiales, este es un ejemplo de lo mencionado. Gracias a los historiadores se logran conocer también otros nombres: Miguel Palacios nos enseñó que antes de ser la Plazuela del Libertador la llamaron Plazuela del Samán por la presencia de un gran árbol de esta especie en el mismo; y don Alfredo Díaz Calderón comenta que, en algún momento, mediante ordenanza, se trató de cambiar el nombre a Plaza de La Fundadora, nombre que no caló por algún motivo. Quizás esto venga ligado a nuestra historia, en donde había la necesidad de exaltar a Juana Rangel de Cuéllar como la fundadora de la ciudad llamada San José de Guasimales (asumió el nombre de Cúcuta mucho después, a pesar de la ya existencia de un pueblo con el nombre de Cúcuta).

Independientemente de esta realidad, la historia de la fundación de Cúcuta basada en ese testimonio, fue ampliamente reconocida por las autoridades del momento, llegando a ser la figura de Juana Rangel, la del personaje “fundador” que hacía falta para la región. Así que era prioritario la creación de un parque en algún sitio de Cúcuta por la Junta de Mejoras Publicas de Cúcuta en el año de 1932, el cual fue proyectado darle el nombre de “Plaza de La Fundadora”, que ya había sido contemplado desde la resolución número 14 del 8 de julio de 1926, proyectada inaugurar el 17 de junio de 1933, fecha que coincidía con los 200 años de la fecha de la donación.

Heladería y lonchería El Palacio. Calle 9 No. 4-01. Telf. 31-34

Como recuerdo dejado por el lugar principalmente en la década de los años 60s del siglo XX, no se pueden olvidar tres negocios prósperos en las esquinas del cruce de la avenida 4 con calle 9, todos muy concurridos por turista venezolanos, familias cucuteñas con sus niños, jóvenes ´cocacolos’ de la época con amigos o novia, durante los días y noches de nuestra ciudad: en la esquina sur-este, el bar El Cordobés, excelente lugar para tener tertulias con amigos acompañados de la bebida preferida, donde en su rockola se podía seleccionar música variada, para disfrutarla; y en el lado oeste, esquina sur, existió El Palacio de don Arturo Mesa, empresario barranquillero, que comenzó con una Fuente de Soda muy moderna para la época, y comida rápida que, luego extendió con un bar-restaurante; y posteriormente, en la parte norte de ese lado, montó el Auto Lunch que ofrecía el servicio en el automóvil o en una terraza. Ninguna persona de ese tiempo podrá olvidar las famosas hamburguesas y las malteadas de El Palacio, verdaderamente deliciosas.

    

 





1 comentario: