En la época de los 70, la urbanización Portachuelo se fundó en el momento que el terreno fue comprado por el ingeniero Sergio Delgado, quien encargó a la constructora Versalles edificar las primeras 40 viviendas, que se distribuyeron en dos cuadras.
Los primeros fundadores que llegaron a habitar en Portachuelo fueron las familias Ortega Cudris, Molinares Blanco, Ramírez, Laguado Sanabria, Lozada Ortiz y Grimaldos Oliveros.
Una vecina explicó que el significado del nombre de ‘Portachuelo’ hace referencia a un “portal establecido en un espacio pequeño”, tal como fue pensado el diseño inicial de la urbanización.
Mientras crecían como comunidad a través de los años, se creó una ruta de transporte público que ayudó a atraer nuevos interesados.
Hoy, Portachuelo lo conforman cinco cuadras y una vasta cantidad de locales comerciales, que son beneficiados por la gran afluencia de estudiantes de la Universidad Libre.
Alrededor del año 2010, se construyeron los apartamentos del Conjunto Residencial Portachuelo, destinados para los empleados del sector público, pero por la poca demanda en las viviendas, se decidió que cualquier persona podría comprar en el conjunto.
Comprometidos con los espacios comunes
Después de construir las primeras casas, se destinaron dos espacios de tierra con árboles, que existían en el terreno, para una futura adecuación de un parque infantil y una cancha deportiva.
Este primer espacio ha sido constantemente transformado por la comunidad en coordinación con los anteriores alcaldes de Cúcuta mediante la ejecución de proyectos.
“Cuando estuvo la administración de Donamaris Ramírez se instalaron las máquinas biosaludables; con César Rojas se gestionó el mantenimiento de los juegos, pero el ex-gobernador William Villamizar le construyó a la comunidad el actual parque infantil”, manifestó Eduardo Molinares, presidente de la Junta de Acción Comunal.
A pesar de la transformación del parque, la cancha aún no es intervenida y se mantiene tal cual fue construida en el inicio: de tierra.
Los vecinos implementan jornadas de limpieza y poda para mantener el espacio en buenas condiciones, pero todavía esperan a que un futuro se logre convertir en una cancha de tableta o polideportivo.
Según manifestó uno de los fundadores, tuvieron la iniciativa de construir una capilla en esa zona, pero no fue posible la ejecución porque estaba destinado para la construcción de un espacio social o recreativo. Además, en alusión al significado del nombre de la urbanización, prefirieron mantener a Portachuelo como un barrio pequeño.
Los problemas se huelen en Portachuelo
Desde su fundación, los vecinos han tenido problemas con un caño ubicado a un costado de la urbanización que ha provocado inundaciones en las temporadas de lluvias, y en la actualidad, aún sigue ocurriendo, pero se adicionaron los malos olores que genera.
La comunidad cuenta que, en sus inicios, los niños debían subirse a la reja de la universidad para llegar limpios a la escuela debido a que el agua sobresalía del caño y su abundancia no le permitía ser filtrada por las alcantarillas.
Jesús Escalante, vecino del sector, comentó que es constante la expulsión de estos olores dado que la estructura del canal está bastante dañada y obstaculiza la circulación del agua, también, agregó que la población que vive a metros del caño arroja basuras y empeora la situación.
En la actualidad, la comunidad ha denunciado y solicitado ante las autoridades competentes la canalización y arreglo de la estructura del caño para darle fin a esta realidad.
Además, el canal antes era blanco de la inseguridad por los continuos robos, pero, con la ausencia de los estudiantes y los toques de queda, disminuyó.
La comunidad y la Policía han implementado acciones para reducir los robos en las tiendas, viviendas y peatones que transitan por la urbanización.
“Normalmente les recomiendo a mis últimos clientes que esperen su transporte dentro del negocio y así evitar cualquier situación de peligro debido a la soledad y oscuridad que abunda por el parque”, dijo una comerciante del sector.
Sector Corral de Piedra
En la época de los 50 surgió un terreno denominado ‘Corral de Piedra’, que hoy muy pocos conocen o recuerdan, por la división que sufrió con los años y la creación de las nuevas urbanizaciones.
Al comprar una gran parte del terreno para construir el barrio El Bosque, a través de los años se dividió a Corral de Piedra para conformar tres sectores llamados Paraíso, Nápoles y Portachuelo.
Sin embargo, Portachuelo fue comprado y pudo independizarse, aunque todavía algunos lo referencian como un sector de El Bosque.
En la actualidad, Corral de Piedra cuenta con lugares destacados en la ciudad como el Coliseo Menor Eustorgio Colmenares Baptista, el Instituto de Medicina Legal seccional Cúcuta y las instalaciones pertenecientes a la Policía Nacional, como la Estación Centro, Sijín y su centro recreativo.
Estas instalaciones fueron construidas para mejorar las condiciones laborares de sus trabajadores, quienes señalaron que habían sido infringidas en las anteriores locaciones en las que reposaba Medicina Legal.
“Primero contó con la llegada de Medicina Legal en el 2005, después comenzaron a situar al Coliseo y la Policía. Aunque estos sean reconocidos como sector Corral de Piedra, le pertenecen a nuestra urbanización”, recordó Molinares.
En el Coliseo han surgido grandes gimnastas nortesantandereanos como Jossimar Calvo, Javier Sandoval, Didier Lugo y Jesús Romero, entro otros atletas en desarrollo.
Por otro lado, la Policía ha implementado cambios en sus instalaciones como la adecuación en la infraestructura de la Sijín, la remodelación de la piscina, kioscos del centro recreativo y la construcción de la Estación Centro junto al Coliseo.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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