sábado, 28 de mayo de 2022

2066.- PANAMERICANO, CADA LOGRO ES UNA LUCHA

Ronaldo Medina (La Opinión)


Antes conocido por ser un territorio de chircales artesanales, los primeros habitantes que llegaron al asentamiento Panamericano eran, en su mayoría, empleados dedicados a la construcción, quienes sustentaron a sus familias durante 20 años con este oficio hasta que se reglamentó el cierre de las fábricas por políticas ambientales.

El terreno se caracterizaba por la afluencia de cabras, debido a las montañas de maleza y espinos que con esfuerzo fueron niveladas por los fundadores. Entre ellos, las familias Archila, Contreras, Delgado y Romelios. Una de las matriarcas, con 82 años, aún vive.

“Durante la invasión, cada casa era como una quinta, porque abarcaba casi una cuadra completa, pero con los años redondearon los lotes y el barrio fue poblándose”, relató Maria del Carmen Quintero, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC).

Más antiguo que el barrio Aeropuerto, adquirieron la personería jurídica en el año 1971. Hoy Panamericano está compuesto por ocho cuadras, y de los antiguos chircales no queda nada más que un rezago en la diagonal 13 con 9 en recuerdo de las raíces comunales.

De la anterior unidad comunitaria, tampoco queda mucho, pero sí un deseo de emprender, evidente en los talleres de costura, fábricas de plástico y tiendas.


“Por aquí nadie viene”

“Aquí en el barrio Panamericano no hay nada. No tenemos un parque, ni iglesia, sino una cancha llena de barro. Somos un barrio muy abandonado por el gobierno municipal y departamental”, expresó la presidente de la JAC.

La comunidad fue ilusionada con la intervención de la cancha de tierra para convertirla en un campo deportivo moderno, pero sus sueños fueron rotos por el olvido municipal.

Aunque la cancha tiene arcos, están oxidados y podridos por el agua, sin malla y cubiertos de maleza alrededor. Con frecuencia, la tierra permanece convertida en barro, un peligro para los adultos mayores que viven alrededor.

Quintero señaló que desde la JAC se pasó un proyecto a la Gobernación de William Villamizar para la adecuación de la cancha de tierra en una polideportiva, con biosaludables, parque para los niños, zonas verdes, parqueadero y espacios para el esparcimiento social, pero aunque el proyecto fue aprobado, para la comunidad quedó en palabras y papel.

“Vinieron, visitaron, cotizaron un presupuesto por mil millones, pero nada sucedió. Nos quedamos con el diseño hecho y las expectativas por el suelo”.


La lucha por la escuela

“La escuela fue construida a mano y pulso de los primeros padres de familia del barrio. Los ladrillos se traían de los chircales uno a uno para construirla”, contó Quintero.

Ahora, tras una serie de adecuaciones al lugar, la comunidad expresa su inconformidad por la edificación de salones en donde antes quedaba el patio. Señalan que, una vez los niños puedan regresar a clases presenciales, las opciones para recrearse serán nulas.

Sumado a esto, un gran porcentaje de ellos fueron trasladados de allí a una sede en el barrio La Ínsula. Quintero agregó que, además de tener que caminar largos trayectos teniendo un colegio en su mismo barrio, se ven expuestos a una avenida peligrosa por donde circula tráfico de carga pesada.


La odisea de la salud

El salón comunal, antes de convertirse en lo que es hoy, era un puesto de salud que, por circunstancias desconocidas para la comunidad, fue clausurado en el momento menos esperado.

“Ahora tenemos que trasladarnos hasta El Salado, donde se presenta una gran multitud de pacientes porque allí atienden a muchos barrios, y solo reparten un máximo de treinta turnos, un gran complique cuando se necesita atención rápida y urgente”, dijo la presidenta de la JAC.


Nueva invasión

Uno de los pocos lugares que se alzaban en Panamericano y hacían sentir orgullosos a los habitantes, era la Parroquia Cristo Sacerdote, fundada también con el sudor de su gente, pero ya hoy no los acompaña más.

“Era una iglesia muy bonita, pero con los años el terreno empezó a ceder y se cayó una parte. Llegaron otros padres mientras el derrumbe estaba ahí, hasta que demolieron el poquito que quedaba”, manifestó la lideresa.

El terreno, por considerarse de alto riesgo, no volvió a ser usado por la comunidad, aunque en ellos aún persiste la idea de aprovechar el espacio y algún día poder recuperarlo con alguna obra de menor peso como un mirador.

El proyecto del corredor turístico fue pasado a la administración, pero luego de eso no volvieron a saber nada más.

Desde hace unos meses, la zona está invadida con casas de tabla, en su mayoría, por migrantes que encontraron refugio en este sector.


Con más de 50 años de fundados

Como todos los sectores de ‘La Perla del Norte’, en el barrio Panamericano de la Comuna 6, existen cosas positivas y negativas entre las que se destacan el desarrollo que se ha logrado a través de los años en cuanto a pavimentación de vías y cambios de redes de acueducto y alcantarillado.

Sin embargo, sí hay muchas cosas que tienen a la comunidad solicitando atención de parte de la administración municipal, pues según María Quintero, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio, el actual alcalde, Jairo Yáñez, no ha hecho nada por su gente.

“Con esta administración no recibimos absolutamente nada de ayuda, ni siquiera para afiliar a alguien al Sisbén, pero seguimos insistiendo a ver cómo nos pueden ayudar con las distintas necesidades que tenemos”, dijo Quintero.

Una de las solicitudes en las que más se centra la líder comunal, es en la de la pavimentación de vías que faltan y de algunas que ya requieren mantenimiento, entre esas, la vía principal pues iniciaron los trabajos, pero no los terminaron.

“De esa vía, que es la entrada al barrio, falta un pedazo todavía, que es por la avenida principal de El Salado. Este barrio tiene 53 años de creado y aun así hay calles que están como trochas, que son aproximadamente unas cinco. De las pavimentadas hay un 30% que ya necesita recuperación y de verdad se requiere urgente”, precisó la presidenta de la JAC.

Entre las que ha identificado que necesitan asfalto desde cero están la calle 2 entre avenidas 7 y 8, la avenida 10 entre calle 2 y 5, la calle 6 hasta la calle 11, la calle 4 entre la avenida 9 del barrio y la avenida 1 del barrio Aeropuerto, la calle 8 y 9 con avenida 10, y entre las que están dañadas y requieren mejoramiento están las calles 11, 12 y 13.


En este barrio hay vías sin pavimentar y otras que tienen pavimento el cual está en pésimo estado.

La Opinión consultó con la oficina de prensa de la Secretaría de Infraestructura si hay en marcha alguna inversión para el barrio Panamericano y la respuesta obtenida fue que desde el programa ‘Ruta del Asfalto’, se realizarán obras de mantenimiento sobre la avenida 7 con calle 6, beneficiando la vía principal.

Esta vía fue priorizada por su utilidad como ruta del transporte público y por el alto tráfico vehicular que recibe, por lo tanto, las obras de infraestructura vial se estarán realizando entre el 21 y el 30 de junio de 2022.

En cuanto a la inseguridad, la líder comunal señaló que, aunque hay robos esporádicos, se sienten tranquilos en el barrio y destaca que la Policía constantemente está realizando los controles para mantener la tranquilidad, por lo que se sienten seguros y apoyados.

Más iluminación

Desde el 2016, la JAC venía solicitando la instalación de lámparas en algunas zonas que permanecían oscuras, y aunque fueron reemplazadas y se instalaron nuevos postes, solicitan más iluminación, pues la inseguridad que se vive a diario les genera una incertidumbre comunal.

“Ya han muerto algunas personas por robarlas. En esa misma calle, es un vecino el que prende la luz de su casa para iluminar un poco hacia afuera, pero el kilovatio está costoso y no puede seguir haciéndose cargo de iluminar la calle”, dijo Quintero.

Antes, veían seguido el patrullaje del cuadrante número siete por el barrio, pero señalan que desde hace un tiempo solo se les ve en contadas ocasiones. Como refuerzo y apoyo para sentirse más tranquilos al salir por las noches, solicitan mayor vigilancia.

La lideresa manifestó que la inseguridad en el barrio ha escalado a tal punto que, antes de la pandemia, incluso los niños eran robados al salir de la escuela.

Cuentan con una buena cobertura de alumbrado público, pero según Quintero, desde el año 2017 solicitó una sola lámpara que quedó faltando, ya que es una zona oscura que se torna peligrosa en la calle 11 entre la avenida 10 del barrio y la avenida 1 del barrio Aeropuerto.

Sobre eso, desde la subdirección de Servicios Públicos del Departamento Administrativo de Planeación Municipal (DAPM), informaron que hasta el momento no se ha recibido una solicitud formal del requerimiento ante el municipio y que “en el caso de ser radicada, se procederá a adelantar las acciones pertinentes para atender la petición de la comunidad”.

Sin embargo, Quintero expresó que sí hizo el requerimiento en varias oportunidades e, incluso, mostró los oficios radicados, uno en enero de 2020 y otro en mayo de 2022.

Las calles fueron recuperadas


Antes de la pandemia, 11 vías críticas del barrio fueron intervenidas tras un proyecto de pavimentación, y aunque aún quedan algunas calles destapadas que necesitan ser intervenidas, la comunidad agradece que, en cierta medida, su dolor de cabeza haya disminuido.

“No había acueducto ni alcantarillado, solo el que la misma comunidad había construido años atrás, incluso una calle principal parecía calle de riesgo. En ese sentido, estamos agradecidos con el trabajo de Aguas Kpital”.

No siempre las cosas malas son las que tienen que prevalecer, allá también hay personas amables que quieren salir adelante y que, aunque no tengan cómo salir de sus casas para conseguir el pan diario, se lo rebuscan todos los días mediante sus puestos de pasteles, arepas y tiendas, panaderías, lo que les permiten seguir estando en sus hogares y atender a sus familias.

“Acá pavimentaron una vía y empezaron todos a montar tiendas, ventas de pasteles, no había ni una sola panadería y ya hay varias, hay ventas de comidas rápidas, se nota la mejoría en cuanto al nivel de vida gracias al comercio. También hay personas que cosen, la gente realmente se la rebusca, una parte del barrio es de personas muy colaboradoras, pero aquí hay de todo”, precisó la líder comunal.

La presidenta de la JAC además recalcó que no tienen parques, no tienen servicio de transporte público en la parte alta, se quedaron sin iglesia pues la estructura se derrumbó y en el terreno ya levantaron varias viviendas, no hay un salón comunal digno y lo único que tienen para entretenimiento y deporte es una cancha de tierra.

“Queremos que nos miren aquí en el Panamericano, somos comunidad, necesitamos apoyo y colaboración para mejorar cada día más”, puntualizó Quintero.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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