martes, 21 de junio de 2022

2078.- EL PADRE BOTELLO, UNA VIDA CONSAGRADA AL SACERDOCIO

La Opinión


El 17 de enero de 2018 la Diócesis de Cúcuta anunció que el padre Pedro Alejandrino Botello Ortega había sido nombrado capellán de su Santidad Francisco y sorprendido en ese entonces dijo “mi vida seguirá siendo la misma que elegí, sirviendo a las personas que me necesitan”.

Y nada lo hizo cambiar. Había hecho un largo recorrido en sus 63 años de vida sacerdotal después que salió de Gramalote donde nació el 26 de noviembre de 1931.

Fue vicario de San Antonio de Padua, párroco del Carmen de Nazareth, de San Antonio de Padua (El Zulia), de San Cayetano, de Nuestra Señora de Belén, vicario de San José Catedral, formador del Seminario Mayor San José, párroco de Nuestra Señora de Torcoroma, de Nuestra Señora del Rosario, del Divino Niño, miembro del Consejo Presbiteral, miembro del Consejo de Órdenes, vicario general de la Diócesis de Cúcuta, decano de Villa del Rosario y rector de la Capilla Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma.

Pero su fama traspasó frontera por ser el único sacerdote autorizado para practicar el exorcismo. Y en una entrevista concedida a La Opinión en 2017 reconoció que uno de los casos más difíciles fue el de un soldado “que lo llevaron en la madrugada ocho personas porque era alto y robusto y no podían controlarlo. Tuve que ser prudente y no me le medí de inmediato. Cuando llegó el momento propicio, oramos por casi cuatro horas… Cuando se liberó del demonio, este hombre se desplomó: no fue capaz de salir caminando y terminaron sacándolo en camilla”.

Monseñor Botello apoyó de manera incondicional al Movimiento Reparador Mariano, especialmente en las Vigilias de los primeros viernes. “No había cansancio a pesar de su edad y de las jornadas intensas que tenía en las catequesis de la mañana, en la tarde y largas filas de confesiones”, reconoció el grupo que dijo que el capellán “inicia este camino hacia la vida eterna. Siempre estará en nuestros corazones”.

Sus estudios de secundaria los hizo en el Seminario Menor Santo Tomás de Aquino de Pamplona. Ingresó al Seminario Arquidiocesano Santo Tomás de Aquino de Pamplona a cursar Teología y Filosofía. Después se graduó como Teólogo de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma (Italia).

Estando en Roma, recibió la ordenación sacerdotal de manos de monseñor Antonio Zamora, el 27 de octubre de 1957, en el Colegio Pío Latinoamericano; desde entonces desempeñó diversos encargos pastorales, impulsando obras en pro de la evangelización y llevando la palabra de Dios en cada comunidad que acompañaba.

Entre algunos de sus servicios más destacados, se recuerda en los años 70 su impulso en la construcción del templo parroquial Nuestra Señora de Belén, en el barrio Belén, donde servía de párroco. También guió durante muchos años al movimiento apostólico Renovación Carismática Católica, donde afirmaba que tuvo la oportunidad en gracia del Espíritu Santo y tomar toda su fuerza, para enriquecer su ministerio.

En la celebración de sus 60 años de sacerdocio, en el 2017, aseguró que el reto más grande de ser sacerdote era el de poder corresponder y cumplir con una vida de santidad: “cumplí con orar, evitar el pecado y responder el gran reto de tratar de vivir la gracia de Dios. Poder transmitir la vida espiritual y la vida pastoral, transformando y renovando; si uno dice la homilía o cualquier palabra con la fuerza y la presencia del Espíritu Santo, hace mucho bien en las personas, pero si dices palabras por decirlas no haces ningún efecto”.

En la entrevista de hace cuatro años a La Opinión confesó que no se había retirado del sacerdocio porque “era una predilección de Dios que me da plena felicidad y gracia a pesar de mis debilidades o deficiencias”.

Su fallecimiento


Por medio de un comunicado, la Diócesis de Cúcuta confirmó que Monseñor Pedro Alejandrino Botello Ortega, Capellán de su Santidad el papa Francisco y quien acompañaba pastoral y espiritualmente la Capilla Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma del barrio El Rosal, falleció el 16 de junio de 2021 en la clínica San José, después de luchar durante varios días contra los quebrantos de salud ocasionados por el contagio de COVID-19. El 24 de mayo se conoció, fue internado en la Unidad de Cuidado Intermedios, pero a las pocas horas logró una mejoría, lo que le permitió seguir con los cuidados de la enfermedad desde su casa.

La Diócesis de Cúcuta invitó a los fieles a unirse en oración por el eterno descanso de todos los fieles difuntos, especialmente por Monseñor Pedro Botello. Lamentó su muerte y recordó que “ofreció permanentemente su vida y carisma a través de una densa labor espiritual, asistiendo a aquellos que sufrían tribulaciones siendo el único sacerdote a quien se le había encomendado el ministerio de practicar exorcismos”.

Los restos mortales del padre, fueron velados en la Catedral San José donde se celebraron las exequias.


En Cúcuta hay un exorcista oficial

La feligresía cucuteña sabía que en la ciudad había un religioso designado por la Diócesis para atender asuntos relacionados con la posesión maligna y con licencia para practicar exorcismos.

El nombre de Pedro Alejandrino Botello Ortega era muy popular y la esperanza de muchas familias tocadas por el infortunio de que uno de sus integrantes, sin razón aparente, un buen día empezaron a escuchar voces, tener visiones y comportamientos extraños, que la medicina no podía explicar ni curar.

La muerte de monseñor Botello, capellán de su santidad, el Papa Francisco, el 16 de junio de 2021, dejó un enorme vacío entre los católicos y una desazón entre quienes se sintieron a merced del poder de satanás, por lo que encarnaba este líder espiritual, quien era un experto y con larga trayectoria expulsando a espíritus burlones y la pléyade demoniaca residente en el averno (infierno) que tomaban posesión de sus víctimas, en esta zona fronteriza.

Buscando llenar ese vacío y como respuesta a la necesidad de la gente, la Diócesis de Cúcuta decidió nombrar al padre Rafael Humberto Cárdenas Leal, párroco de San Martín de Sardinata, como el nuevo sacerdote con licencia para practicar exorcismos.

Los delegados

Por Derecho Canónico, al Obispo le corresponde pedir en el nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sean protegidos contra las asechanzas del Maligno, es decir, realizar exorcismos. En vista de las múltiples ocupaciones de un prelado, puede delegar y darle licencia a un presbítero de su Diócesis, para que atienda estos casos.

Entre las consideraciones de la Diócesis para delegar esta responsabilidad estuvieron “su rectitud de vida y madurez en su ministerio sacerdotal, el Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, ha nombrado al padre Rafael Humberto Cárdenas Leal, párroco de San Martín de Sardinata, como el nuevo sacerdote con licencia para practicar exorcismos en esta Iglesia Particular”, según el medio de comunicación.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


No hay comentarios:

Publicar un comentario