Una gruta de color blanco con una Virgen en la cúspide le da la bienvenida a las personas que entran a El Oasis, un barrio de la Comuna 7 que, por sus calles agrietadas, obliga a todos los conductores a bajar la velocidad de sus vehículos.
“Se pasa la Loma de Bolívar, se sigue por los tanques de Nidia, llega a la Virgen del Desierto, avanza otro poco más y encuentra el letrero que dice bienvenido a El Oasis”, son las indicaciones que entregan los residentes para llegar a este sector que tiene más de 20 años de historia.
Luis Alfonso Parra, un hombre que supera los 60 años, de baja estatura y cabello canoso -uno de los primeros habitantes del asentamiento- cuenta que, años atrás, El Oasis solo estaba compuesto por un gigantesco tejar artesanal y una que otra casa a sus alrededores.
“En el centro había un chircal; al lado, la casa del dueño de la fábrica, y de resto era un lote vacío con puras tunas (plantas espinosas), también estaba la única calle, que era un camino real por el que uno llegaba al centro de la ciudad”, relató Parra.
El hombre cuenta con emoción que, debido a que no contaban con los recursos suficientes para pagar un arriendo, junto a otras familias llegaron al terreno en 1994, y allí encontraron el espacio ideal para construir sus viviendas.
“También había un lago pequeño, a los alrededores fue que empezamos a construir las casas. Cuando eso, apenas estaban llegando los primeros habitantes a Nidia, todos fuimos creciendo, y ahora pueden venir a mirar cómo estamos”, dijo Luis Alfonso Parra.
Parra no oculta su orgullo cuando habla del avance del barrio, que dejó de ser una tierra inhabitada y pasó a ser un sector urbanizado con zonas de esparcimiento.
Esfuerzos para mantener la tradición
En el corazón del barrio permanecía el terreno en el que antes estaba el chircal. En él no había nada, solo tierra y polvo, que, cuando soplaba el viento, se levantaba y llegaba a las viviendas aledañas.
Alexander Barrios, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), señaló que fue por petición de la comunidad que empezaron a adelantar gestiones para construir un parque y una cancha para la recreación de niños y adultos.
Luego de varias solicitudes, lograron que la Gobernación de Norte de Santander, liderada en ese entonces por William Villamizar, adecuara el lugar y empezara a construir el espacio de esparcimiento.
“Tuvimos los papeles que certificaban que el terreno era del municipio y así logramos que vinieran a hacer esas obras”, precisó Barrios.
Día a día, decenas de niños de El Oasis dejan a un lado los aparatos electrónicos que tienen en sus viviendas y prefieren salir a jugar en el parque.
Al recorrer las calles y el parque de este asentamiento humano de la Comuna 7, es frecuente encontrar a niños y jóvenes haciendo competencias de trompo y de metras.
En la visita que hizo La Opinión, se evidenció la competencia de trompo que adelantaban los menores, que no superan los 10 años, mientras un grupo de adultos los miraba con nostalgia.
El sueño del salón comunal
Alexander Barrios comentó que en los más de seis años que ha estado como presidente de la JAC, siempre ha anhelado que se construya un salón comunal en el que se puedan hacer distintas actividades para los residentes del sector.
Según el líder comunal, pueden adecuar el espacio y, con ayuda de la administración municipal, empezar a cimentar un lugar que sea propicio para hacer capacitaciones, formar grupos juveniles y asociaciones de adultos mayores.
“Aquí los jóvenes no tienen donde formarse, nosotros podemos ayudar en ese tema, pero necesitamos el espacio para hacerlo”, precisó.
No todo es perfecto
A pesar de que la JAC ha venido adelantando gestiones, este asentamiento humano aún tiene varios problemas por resolver. Uno de ellos es el mal estado en el que se encuentran las calles, la mayoría están agrietadas o presentan baches.
Según el líder comunal, la Secretaría de Infraestructura ya hizo una visita en el barrio y les aseguró que se harían los estudios para poder efectuar los arreglos.
Sin embargo, Luis Parra manifestó que el problema va más allá de la pavimentación, pues las tuberías ya están obsoletas y necesitan un cambio para que las calles puedan estar en buen estado.
Pero es el asunto de la legalización como barrio lo que más anhelan. La comunidad espera ser tenida en cuenta dentro de la próxima lista de asentamientos a certificar que adelantará la Alcaldía de Cúcuta. Así mismo, las luminarias de las zonas de recreación no funcionan en su totalidad; después de que se va la luz del sol, los menores deben volver a sus viviendas.
“Lo hemos gestionado desde hace tiempo, la cancha queda casi que a oscuras, prácticamente desde que la entregaron es así, necesitamos que le pongan atención a ese tema”, concluyó el presidente de la JAC.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario