martes, 22 de noviembre de 2022

2155.- CUCUTEÑO VISTIO A MIRABEL PARA 'ENCANTO'


La Opinión

Algunas de sus obras están expuestas en Londres, Singapur, New York, Panamá y Miami.

Samir Alberto Quintero Mendoza es un amante del arte que lleva más de 16 años aprendiendo e involucrado en este mundo. Orgulloso cuenta que algunas de sus obras se han expuesto en diferentes ciudades y países, gracias al apoyo que ha recibido por varios artistas reconocidos en el medio.

Fue presidente de la Asociación de Artistas Plásticos de Cúcuta y Norte de Santander en el año 2019.

Hace dos años abrió las puertas de su propio taller para formar a niños, jóvenes y adultos interesados por la pintura. Actualmente cuenta con 30 alumnos a los que recibe diariamente en su casa, donde tiene su lugar de trabajo en el barrio Guaimaral. A través del arte ayuda a que sus estudiantes aprendan valores con su equipo de trabajo compuesto por ocho personas, con las que comparte un mismo sentimiento.

A Lizeth Lorena Guerrero, la define como su esposa, administradora y socia. Juntos se dedican a sacar adelante el taller que con tanto sacrificio construyeron.

Inicialmente sus obras no salían de Cúcuta, pero siempre tuvo el acompañamiento de su maestro Luis Miguel Brahím, quién lo ayudó a formarse y días antes de morir le dijo al oído, “mijo usted ya tiene que salir de Cúcuta con sus obras artísticas, ya es hora de que lo conozcan”. Fue entonces cuando en el año 2018 lo contactó por Instagram el señor Gabriel Ortega, artista reconocido de Medellín, diciéndole que le gustaba su trabajo y quería que hiciera parte de un proyecto con una galería de la capital antioqueña.

“Mi primera exposición fue con artistas que admiraba, fui el único artista cucuteño en ese evento, todo el mundo quería tomarse fotos conmigo y yo no entendía por qué, hasta que se me acercó un señor y me dijo que mi visita a la galería fue algo novedoso porque muy pocos cucuteños son los que realmente se arriesgan a mostrar su talento”, sostuvo Quintero.

Gracias a esta exposición conoció a personas y artistas que lo ayudaron a mostrar su trabajo en diferentes partes.

Fue así como logró que una de sus obras se encuentre en la embajada de Colombia en Singapur.

Durante su recorrido ha trabajado con la Fundación Corazón Verde de Bogotá a través de exposiciones para subastas con la galería Darte Social. Gracias a su participación en este espacio fue contactado por Disney, al igual que otros artistas colombianos para ser parte de un proyecto social junto a la fundación, con el objetivo de dar vivienda a familias y policías con discapacidad por combate.

A cada artista le enviaron una figura en cerámica de Mirabel, personaje principal de la película Encanto al que tenían que pintar según su estilo.


“Trabajé sobre la fauna de nuestro territorio, por eso pinté el oso de anteojos, el guardián del páramo, el jaguar que es el protector espiritual de los indígenas, la palma de cera porque es símbolo nacional, montañas por la diversidad que tenemos de cordilleras, un árbol porque Cúcuta es la ciudad de los árboles, la guacamaya, el tucán y el drogón por la cantidad de aves que tenemos”, contó Samir sobre el significado de su obra artística.

También dibujó una franja azul claro y oscuro en el cabello del personaje, representando los dos mares que nos bañan, aretes en oro, en el cuello figuras rectas que significan en el arte hombre y agregó colores para resaltar la variedad de razas que hay en Colombia.


De mensajero a artista

Samir estudió Arquitectura, pero se dio cuenta que no era su pasión, entonces se trasladó a Bucaramanga donde se formó como artista. “Mi padre quería que estudiara una carrera que me diera un título y no arte porque tienden a pensar que no se puede vivir de esto”, mencionó.

Desde el principio sabía que la arquitectura no era lo que él quería, pero escogió ese programa porque vio en el pénsum materias como teoría del color y eso le llamó la atención.

Más tarde, cuando inició estudiando artes, varios profesores halagaban su trabajo y siempre tuvo buen desempeño en la universidad. Al terminar la carrera, emprendió rumbo hacía Bogotá, donde vivió ocho años trabajando y tocando puertas para mostrar su talento, pero no pasó nada y decidió devolverse a Cúcuta.

“Aquí llegué a trabajar en lo que saliera porque tenía que sobrevivir mientras me hacía conocer en el mundo del arte, entonces empecé como mensajero de bicicleta en un depósito de medicina”, dijo Samir. Alguno que otro amigo le mandaba a hacer cuadros y se lo pagaban a cuotas, en ese tiempo el joven se refugiaba en sus escasas pero significativas pinturas.

“Mi sueño siempre fue vivir del arte, cuando salía en bicicleta me imaginaba en vender mis obras, viajar y que me reconocieran por lo que hago, pero me sentía estancado”.

Cierto día un amigo de su mamá le dijo que se presentara a una convocatoria de artistas que se iba a hacer en la torre de reloj de la ciudad, entonces Quintero, en su deseo por salir adelante, se presentó y quedó seleccionado entre varias personas para exponer su obra ‘La Trascendencia del beso’ en la expocisión llamada ‘Arte Erótico’.

Al pedir permiso en su trabajo, los compañeros le dijeron que esa era la oportunidad para que todo el mundo pudiera ver de qué estaba hecho el cucuteño. Fue así como un viernes en la tarde agarró su bicicleta y se fue camino a casa con la ilusión de cumplir sus sueños.

“Ese día bañándome me puse a llorar y le pedí al de arriba que me mandara una señal para saber si yo podía vivir del arte porque ya estaba cansado de trabajar en otra cosa”.

Cuando entró a la exposición vio que en cada cuadro había varias personas mirando y en el suyo sólo encontró a un hombre, sin saber que más adelante ese mismo señor se convertiría en su maestro. “Me estiró la mano y dijo soy Luis Miguel Brahím, mañana lo espero en mi taller, renuncie que lo voy a ayudar”. Desde entonces Samir no ha parado de trabajar, vive por el arte y agradece a Dios haber enviado esa señal aquella noche de su primera exposición.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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