jueves, 8 de diciembre de 2022

2163.- MUJERES LIBERTARIAS

Pedro María Fuentes (Efemérides Cucuteñas) /Luis A. Medina (Cita Histórica)


Quedaron recuerdos dolorosos, episodios conmovedores con el más sentido dolor patrio, en los anales de la historia, de la crueldad de los sanguinarios realistas, Matute, el coronel Ildelfonso Casas conocido como la ''hiena de los valles de Cúcuta'', así como como Bartolomé Lizón; el mismo que ordenó el sacrificio o fusilamiento de Mercedes Abrego de Reyes, conducida al cadalso desde su residencia en Urimaco a pie limpio, bajo el calcinante sol hasta llegar a Cúcuta donde fue ajusticiada el 19 de octubre de 1813.

El día antes la habían precedido las cucuteñas Florentina Salas y Carmen Serrano, fusiladas por el bárbaro Lizón.

El 11 de enero de 1814 fueron fusiladas en esta Villa de San José de Cúcuta su tierra natal, las señoras Susana Cote y Eulalia Galvis, por orden de los sanguinarios realistas Matute y Casas, por ser partidarias de las ideas republicanas.

Los nombres de estas dos mártires cucuteñas, muertas en aras de la libertad de Colombia, hacen parte de ‘Mujeres Heroicas’ del historiador J. Restrepo Laverde.

Cabe ahora hacer las siguientes deducciones históricas:

¿Las heroínas cucuteñas Susana Cote y Eulalia Galvis, no serían aquellas dos mujeres del pueblo que cita don Luis Febres Cordero que, acompañaron a las hermanas Trinidad, María Inés, Josefa de Jesús y María Modesta Ramírez Ceballos, cuyos nombres son ignorados, que han quedado para hacer de ellas venganza satánica del Boves regional nuestro, ultimándolas gota a gota en su dolor…?

La historia de estas dos mujeres del pueblo que, Febres Cordero narra en el ‘Antiguo Cúcuta’, de un apunte histórico que le suministró Luis Salas Peralta, es la siguiente:

‘’Por orden de Bartolomé Lizón se conducen a las desgraciadas víctimas, a un trapiche de las inmediaciones del Rosario, donde fueron desnudadas a la fuerza para embadurnar sus cuerpos con miel de caña y sobre aquella untura pegajosa, adhirieron plumas de ave, después de sufrir con heroica paciencia tan licenciosa brutalidad.

En tal estado y atrayendo la pública con miseración, con tal grotesco martirio, nuevamente las regresaron a San José, siempre custodiadas y para fusilarlas, fue necesario hacer antes, la carnicería del látigo’’.

La suposición nuestra puede tener alguna analogía entre las dos hermanas que destaca Restrepo Laverde y las dos mujeres del pueblo, cuyos nombres han sido olvidados.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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