Algunas personas dicen que el alimento fue traído a Cúcuta desde Europa, otros que proviene desde África.
Como una tradición arraigada a la cultura de la ciudad, el pastel de garbanzo se ha convertido por generaciones en uno de los alimentos preferidos de los cucuteños que hoy lo preparan con orgullo para eventos, celebraciones o simplemente para acompañar su alimentación diaria.
“¿Estuvo en Cúcuta y no comió pastel de garbanzo?” Para los habitantes, llegar a la ciudad y no consumir este alimento es como si no la hubieran visitado. El pastel es compartido como un pequeño detalle que reúne la identidad cultural, la historia y el trabajo de los cucuteños.
Algunos habitantes sostienen que este alimento llegó a Cúcuta gracias a los europeos, otros que proviene desde el noroeste africano, pero lo cierto es que existen diferentes versiones que con el paso del tiempo han ido tomando fuerza, aunque ninguna ha sido comprobada ni está registrada de manera oficial.
La primera versión se remonta a la época de 1733 cuando Juana Rangel de Cuellar donó los terrenos que darían comienzo a la fundación de Cúcuta. “Dicen que ella tenía unos esclavos en su hacienda del Carmen de Tonchalá y les pedía que molieran el garbanzo traído desde Europa. Ellos utilizaban piedras de molino y un mazo. Los granos se cocinaban y con eso hacían los pasteles”, cuenta el historiador Gustavo Gómez Ardila.
Ardila recalca que esta es una de las versiones que más ha ido tomando fuerza, debido a la participación histórica que tuvo esta mujer pamplonesa para la creación de lo que hoy se conoce como San José de Cúcuta.
Es así como la costumbre fue creciendo y cada vez que había invitados en su hacienda, ella los atendía con los famosos pasteles, su alimento preferido.
¿Los trajeron los alemanes?
El historiador cuenta que otra versión que se ha escuchado en la región, es que los pasteles llegaron gracias a los conquistadores alemanes, especialmente a Ambrosio Alfinger, un hombre que recorrió Ocaña, Chinácota y otros municipios en busca de riquezas.
“Dicen que fueron ellos porque era un alimento que se consumía allá y traían los garbanzos para prepararlos en la región, pero esto no tiene mucho asidero en la realidad, pues Alfinger no estuvo en Cúcuta, y algunos de sus hombres pasaron por Pamplona”, indicó.
Al parecer, los pasteles eran consumidos en las altas cortes de España y Alemania, por lo que no se descarta que ellos los hayan traído a la región.
La tradición sigue viva
En Cúcuta es común encontrar lugares en los que se comercializa este alimento, desde puestos de venta en las calles hasta locales especializados en prepararlos para mantener viva esta tradición.
Hace más de 40 años, la familia Montañez se ha encargado de mantener el legado de la señora Ovidia Montañez, la mujer que dio paso a la fundación del restaurante La Dacha en 1974, uno de los lugares más representativos donde se vende este alimento.
Según cuenta su nieta, Gabriela Montañez, la mujer aprendió a elaborarlos mientras trabajaba de auxiliar de cocina en un hotel de la ciudad. Para la época, uno de los clientes extranjeros que llegó a hospedarse, le pidió que lo preparara y le explicó cómo hacerlo.
“Mi tía dice que desde muy pequeña vio a mi abuela hacer pasteles, ella vendía mute y la gente hacía fila afuera de la casa para comprar. La receta ha pasado de generación en generación, y creo que mi abuela no se imaginó todo lo que lograría con un solo pastel”, indicó.
Es así como empezaron su punto de venta en una casa antigua, ubicada en la calle 16 con la avenida 5 del centro.
El pastel más grande del mundo
Cinco años han pasado desde el 29 de julio de 2017 cuando la familia aceptó el reto de un grupo de jóvenes que les pidió elaborar un pastel de garbanzo fuera del tamaño habitual.
Hoy recuerdan con orgullo aquel día en el que se levantaron muy temprano para cumplir con esta meta. Prepararon una paila de 1.50 metros y obtuvieron un pastel que llegó a pesar 80 kilos.
“Ver que nuestro pastel salió en televisión, hicieron una caravana y todo el mundo hablaba de él, fue gratificante. Nosotros nunca le vimos esa importancia, pero ese día nos dimos cuenta que para la gente tiene un mayor significado”, indicó Montañez.
El pastel no llegó al libro de los Guinness Record de manera oficial, pues para ello debía contar con la supervisión de unos delegados que estuvieran durante todo el proceso.
Hoy en día ‘La Dacha’ ha llegado a producir una cifra aproximada de mil pasteles diarios y se han dado cuenta que muchos los compran para llevarlos a otros lugares del mundo o como ellos los llaman “pasteles viajeros”, pues desde Cúcuta han llegado a Estados Unidos, Francia y Australia.
Un legado para la ciudad
Otro de los lugares que se ha convertido en un referente para la comunidad es Don Garbanzo, un emprendimiento familiar que toma el nombre de este alimento.
“Hace 12 años empezamos a elaborar los pasteles, es difícil calcular cuántos se producen a diario, pero hemos ido creciendo, vemos como los padres llevan a sus hijos de dos o tres años a probar este alimento, una tradición que se va transmitiendo”, indicó Manuel Guillermo Bello Mantilla, quien se ha encargado de impulsar su negocio.
Bello cuenta que la elaboración de estos alimentos viene desde casa, pues es una costumbre inculcada por sus padres que hoy se convierte en una oportunidad para generar empleo y seguir construyendo identidad cultural.
Su aporte nutricional
Según la nutricionista Anyul Mayerly Iscalá Bautista el pastel de garbanzo es consumido por las personas al menos una vez por semana para cubrir un tiempo de comida, ya sea como media mañana o para la media tarde.
“Este es un alimento de alto valor nutricional por sus ingredientes, ya que su masa es elaborada con harina de trigo y esta deberá estar fortificada con las vitaminas B1 y B2, importantes para el funcionamiento del organismo”, indicó.
En cuanto al ingrediente principal, la especialista señala que el garbanzo es una alta fuente de proteínas, carbohidratos, potasio, sodio y vitamina B6, lo que hace de este grano, un alimento de gran aporte nutricional para las personas que lo consumen.
En Cúcuta el pastel de garbanzo es acompañado de otras preparaciones tradicionales como el ají, mute y masato.
¿Qué representa este alimento para la región?
Jairo Yáñez, alcalde de Cúcuta
“El pastel de garbanzo es, quizás, el alimento con el que más nos identifican en el país a los cucuteños. Es común que nuestros amigos quieran probarlo cuando llegan a la ciudad o que nos pidan que les llevemos cuando salimos de viaje a visitarlos. Sin embargo, con el paso de los años, ha sido cada vez más frecuente que el pastel de garbanzo se convierta en el pastel de arveja. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que en la ciudad no producimos la materia prima que se requiere para preparar este manjar.
¿Podemos ver esto cómo una oportunidad? Sí, sin duda. Una que nos permita apalancarnos en los estudios que sean necesarios, para que contemplemos la posibilidad de producir este alimento en la región. Sería muy difícil de aceptar que, con el paso de los años, nuestro plato típico e insignia a nivel nacional tienda a desaparecer por la imposibilidad de acceder a su materia prima”
Olga Patricia Omaña, secretaria de Cultura y Turismo de Cúcuta
“El pastel de garbanzo transporta su peculiar sabor impregnado de tradición al hogar, al colegio, al barrio, a la cocina de mamá; a todos aquellos lugares donde construimos nuestra identidad y que nos distinguen como cucuteños”.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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