Villas del Tejar es uno de los barrios más pequeños de la Comuna 6.
En Villas del Tejar predomina la frase ‘la oportunidad hace al ladrón’, debido a que es –según vecinos- de los barrios más peligrosos de la Comuna 6 de Cúcuta, por los habitantes de calle que se roban objetos de las viviendas o a la gente.
Y es que allí las personas viven con desconfianza cuando alguien toca a su puerta para preguntar por una dirección o pasa frente a sus casas, debido a los atracos de los que han sido víctimas muchos vecinos.
¿Por qué sucede eso? Al parecer, la falta de policías que patrullen la zona, cámaras vigiladas por la Policía Metropolitana y alarmas comunitarias provocarían que Villas del Tejar sea todo un paraíso para los ‘amigos de lo ajeno’.
“Usted deja un matero en el andén y se lo llevan. Los habitantes de calle pasan de día y analizan qué pueden venir a robarse, durante la madrugada. Son unas ‘limas’ para llevarse contadores, pedazos de ventanas y otros elementos que cambian por vicio”, comentó una vecina.
Leydi Johana Acevedo Tarazona, presidenta comunal de Villas del Tejar, indicó que este pequeño barrio es peligroso, pero la gente es alegre, trabajadora y no le gusta meterse en problemas.
Lamentablemente, la pasividad de los vecinos sería una debilidad frente a los ‘avispados’ delincuentes que los tienen azotados.
¡Un barrio muy pequeño!
Acevedo Tarazona explicó que el barrio tiene apenas 10 manzanas, no cuenta con un parque o cancha de fútbol.
La razón es porque en la pequeña zona no hay lotes para construir esos espacios deportivos y de recreación.
La falta de esos espacios haría que los jóvenes y niños deban desplazarse hasta otros barrios, como Trigal del Norte, Molinos o Aeropuerto, para jugar o pasar un rato agradable en los juegos infantiles.
“Eso es peligroso porque no sabemos si en esas zonas atraquen y más porque es lejos. A uno como padre de familia le da miedo que salgan a la calle, pudiendo haber un parque acá mismo en Villas del Tejar”, dijo Ingrid Méndez, vecina.
Pero no solamente la falta de esos espacios tiene preocupados a los vecinos, cuestiones como la salud son complejas de solucionar, pues los puestos de salud más cercanos están en Carlos Toledo Plata, El Salado y Aeropuerto, dos sectores ubicados a varios kilómetros de distancia.
La Opinión denunció anteriormente que, en el caso de El Salado, el puesto de salud tiene una falencia en sillas para odontología, y los profesionales estaban a tope con las citas médicas de vecinos de ese barrio.
“Es duro porque si la atención de mucha gente, que vive en esas zonas es precaria, como será con uno que no es de allá. Uno lo único que hace es encomendarse a Dios para que no le pase nada malo, para no sufrir más enfermo”, comentó una paciente.
Las vías
Las calles de Villas del Tejar son para muchos un orgullo, pues han buscado que las alcaldías de turno les pavimenten, pero el paso de vehículos pesados y la humedad ha provocado que el manto asfáltico de algunas se deteriore.
Es el caso de algunas calles llevan años con huecos y cráteres que podrían hasta provocar accidentes de tránsito.
“Acá pasan camiones, por lo que hay una ferretería y llegan los automotores a descargar materiales. Le pedimos a la Alcaldía que mande una pisca de pavimento para este sector”, comentó un comerciante.
Un poco de historia
Villas del Tejar se fundó en enero de 1996, luego que docenas de familias invadieron lotes sin propietarios y formaron una comunidad unida en pro de subsistir en medio de las dificultades propias de una invasión.
Las humildes familias se las ingeniaban para pasarse la electricidad con extensiones, que eran riesgosas porque un cable pelado podría electrocutar a una persona, además de la falta de alcantarillado y acueducto.
Para 1999 la Alcaldía de Cúcuta les otorgó el estatus de barrio, por lo que la ‘locomotora del progreso’ llegó a esa pequeña zona con alumbrado público, electricidad, agua potable y alcantarillado.
Desde hace 23 años los vecinos han luchado por mantenerse unidos y preservar la ‘chispa’ de humildad que los ha caracterizado siempre.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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