lunes, 5 de febrero de 2024

2377.- EL FERROCARRIL CUCUTA-PAMPLONA

Gerardo Raynaud (La Opinión)


El ferrocarril de Cúcuta, fue la empresa más grande de la región a finales del siglo XIX. Su historia inicia en 1876 cuando empezó a construirse la primera línea que se dirigía al norte y que se dio al servicio en 1888 y tal como hemos venido diciendo fue la segunda empresa ferroviaria del país, después del ferrocarril de Panamá, en aquel momento departamento colombiano.

Esta primera línea férrea estuvo vigente hasta 1960, cuando la compañía fue liquidada. En el intermedio se construyó la línea a la frontera, dada al servicio en 1893, con la cual se atendían las poblaciones de San Luis, Escobal, Boconó, Lomitas, Villa del Rosario y llegaba al pie del río Táchira, en esta misma línea la primera estación estaba ubicada en el sector de Rosetal que era la entrada a la ciudad desde el vecino país. Estas dos rutas salían de la Estación Cúcuta, edificación que fue derribada posteriormente para instalar la Terminal de transportes de la ciudad.

En el proyecto original de la Empresa del Ferrocarril de Cúcuta, se había planificado abrir cuatro rutas en el mismo sentido de los puntos cardinales, de manera que, iniciado el nuevo siglo, las intenciones seguían siendo las mismas y por ello, los dos proyectos restantes eran la línea sur que se dirigiría a la ciudad de Pamplona y de allí hacia el interior del país y la línea occidental o Ferrocarril del Magdalena que inicialmente se proyectó hasta la población de Tamalameque.

De esta última ruta al rio Magdalena, los sucesos acaecidos después de la Guerra de los Mil Días, impidieron su realización.

También es necesario anotar que dada la gran actividad comercial que se expandió poco tiempo después de la reconstrucción de la ciudad, especialmente con las exportaciones de café y cacao, la compañía del ferrocarril amplió sus servicios al construir las líneas urbanas que permitieron el desplazamiento de carga y pasajeros por las principales vías de la ciudad.

Una primera ruta se abrió en 1887 y en 1889 se amplió a toda la ciudad, desde la Estación Cúcuta hasta el puente San Rafael y también hasta la Estación Rosetal, que sería el punto de partida para la línea a la frontera, antes mencionada.

Ahora bien, enfoquémonos en nuestra crónica de hoy y veamos lo sucedido con la línea sur. A comienzos de los años veinte del siglo pasado, se hicieron los primeros estudios para construir una línea férrea que tuviera como destino inicial Pamplona, razón por la cual, se comenzó a colocar los rieles desde la estación San Rafael al sur, pasando por San Pedro y siguiendo los márgenes del rio Pamplonita hasta el corregimiento El Diamante.

Corría el año 1925 y la falta de apoyo gubernamental a la proyectada ruta a Pamplona había agotado recursos de la Compañía del Ferrocarril de Cúcuta y la empresa decidió solicitar al Ministerio de Obras Públicas en cabeza del doctor Aquilino Villegas, la firma de un contrato de construcción que le permitiera avanzar hasta donde se había proyectado.

La ciudadanía de Pamplona, al conocer la situación en que había caído su anhelado proyecto se dio a la tarea de socializar el problema con el ánimo de buscarle solución y fue así como el 20 de mayo de 1925 se constituyó en esa ciudad la Junta Defensora del Ferrocarril, conformada por los ciudadanos Julio Pérez Ferrero, Ciro A. Gómez, Timoleón Moncada, Rafael Olaya y Francisco Lamus Lamus, quienes le dirigieron al gobernador de Norte de Santander y cablegrama, informándole su decisión en los siguientes términos:

“… opinión general expresada numerosísima reunión caballeros acorde ideas acordadas telegramas ustedes. Fin proceder activamente, designó suscritos para constituir Junta Defensora obra ferrocarril. Proponémonos levantar plebiscitos pueblos provincia, recaben gobierno pronta celebración anhelamos. Agradecerésmoles mantenernos corriente sucesos. Necesitamos conferencias telefónicamente ustedes”. Transcrito textualmente según usanza mensajes telegráficos de la época.

El problema radicaba en un desacuerdo de precios de obra por los kilómetros construidos ya que el Ministerio ofrecía la suma de $420.000 y la empresa del Ferrocarril estimaba este valor en $450.000.

El general Jorge Ferrero, a la sazón gerente del Ferrocarril, mantenía informada a la ciudadanía de Pamplona a través de la Junta Defensora del desarrollo de las conversaciones. El ministro Villegas había delegado en el Secretario General del Ministerio, Luis Carlos Corral, quien por enfermedad tuvo que retirarse, inicialmente del cargo, pero finalmente tuvo que renunciar no sin antes firmar el contrato con la empresa cucuteña.

Sin embargo, las conversaciones no fueron del todo fáciles pues el Ministerio no dio su brazo a torcer, a pesar de todas las presiones que recibió.

La gente de Pamplona le escribió una nota a la empresa del ferrocarril haciéndoles ver la importancia del proyecto para que cedieran en su empeño de mantenerse en sus precios, así:

”…nosotros estamos vivamente interesados en que la Compañía contrate y al efecto hemos hecho toda clase de gestiones, pero si creemos necesaria la elasticidad patriótica de la progresista empresa del ferrocarril de Cúcuta en pro de la redención de estas comarcas. Esa elasticidad patriótica debe ser mutua y el gobierno quizá con un poquito más de obligación. Nosotros confiamos en que todo se arreglará satisfactoriamente y que los brazos de acero unirán estrechamente las dos ciudades amadas”.

Finalmente, el 26 de mayo, el ministro Aquilino Villegas remitió al gobernador del Norte de Santander el siguiente telegrama:

” … regocijado anúnciole que último acto mío al salir Ministerio fue dejar pactado definitivamente hoy contrato para la construcción Ferrocarril Cúcuta – Pamplona con Compañía Ferrocarril de Cúcuta en condiciones excelentes. Póliza está en estudio abogado compañía. Como sigo mañana Manizales, con licencia, firmará en representación gobierno Secretario encargado”.

Cabe agregar que el precio pactado fue el establecido por el gobierno con la anuencia de la ferrocarrilera que lo aceptó a regañadientes presionada por la población de la provincia de Pamplona, quienes, al conocer la decisión, estallaron en júbilo; se dice que fueron más de tres (¿?) personas las que se congregaron en el parque principal gritando “Viva el ferrocarril”.

Hoy (2023) sabemos que el ferrocarril no se hizo y la línea sur sólo llegó hasta El Diamante, liquidándose finalmente en 1936 y esperando que no suceda lo mismo con la doble calzada a Pamplona que aún no llega hasta el mismo punto donde sucumbió el Ferrocarril Cúcuta Pamplona.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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