Mi aporte al cumpleaños de Cúcuta:
El 17 de junio de 1733, Doña Juana Rangel de Cuellar, firma en su hacienda del Carmen de Tonchalá, la escritura de donación de los terrenos para que los vecinos del Valle de Cúcuta establezcan sus viviendas. Nace así nuestra Cúcuta de hoy bajo una vocación de generosidad que marcó el destino, el carácter y el temperamento a la Cúcuta de hoy.
En este cumpleaños de nuestra Cúcuta (2023) creo oportuno recordar a personas y entidades que dejan huella de generosidad con la ciudad. Veamos esas historias:
-En la colonia, Don Francisco Fernández de Novoa funda el Hospital y le regala doce casas para sostenerlo con sus rentas.
-En el siglo XIX, Don Juan Atalaya dona extensas tierras “para que los pobres tuvieran donde construir sus casas, recoger leña y apacentar su ganado menor”.
-Don Rudesindo Soto, y doña Amelia Meoz de Soto, fundan: asilo de ancianos, el hospital Amelia, la correccional de menores, y otras obras.
-El alemán Kurt August Bert dona 5.000 marcos oro, para reconstruir el hospital después del terremoto. Igualmente, la reina Victoria envía su donación para la ciudad que produce su chocolate favorito.
-El doctor Erasmo Meoz, derrocha bondad y servicios.
-Doña Teresa Briceño de Andressen, funda el Asilo de niños, y dona (venta subsidiada) su bella Quinta para un colegio.
-El general Virgilio Barco, crea la Fundación Barco para atender el parto de las madres pobres.
-La colonia italiana dona el llamado “Parque de la Bola”.
-El Concejo Municipal patrocina al pintor Salvador Moreno y lo envía a estudiar a Europa. Y el pintor regala al Municipio dos magníficos óleos.
-La señora de Cuervo Márquez dona más terrenos en el sector de La Cabrera para incorporarlo a los ejidos municipales.
-Don Marco Fidel Suárez dona a Cúcuta un invaluable incunable.
-Don Aziz Abrajim dona tierras en la periferia.
Igualmente, el pueblo cucuteño ha sido alegremente generoso con su ciudad:
-En un gesto único, para reconstruirla en 1875 todo el mundo aceptó reducir sus lotes y reubicarlos, para tener avenidas y calles más amplias que las de ninguna otra ciudad.
-Mediante suscripción pública se erigieron las estatuas del General Santander y de Mercedes Abrego.
-A base de donaciones tiene Cúcuta una de las más hermosas y ricas catedrales de Colombia.
-Sus gentes son generosas con la naturaleza y mantienen la ciudad arborizada como ninguna otra.
-Y ahora en el presente, son muchas las personas que silenciosamente hacen posible el rescate de las zonas verdes, las redomas, el Malecón, la Avenida Cero.
-Otros más sin ostentaciones apoyan obras de beneficio común. Ellos bien saben que la mejor recompensa de la generosidad es la alegría íntima de ser generoso.
Ese espíritu de espontánea generosidad con nuestra tierra debemos cultivarlo, y no dejarlo languidecer.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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