domingo, 6 de abril de 2025

2591.- BARRIO BUENOS AIRES ENTRE EL DEPORTE Y LAS DROGAS

Nicolás Mojica (La Opinión)


Años atrás de 2024, se empezaron a forjar los cimientos de un barrio tradicional para la ciudadela Juan Atalaya, cuando varios invasores llegaron a un terreno baldío.

Con tablas, latas de zinc, palos y material de plástico, los habitantes de aquella invasión fueron construyendo sus viviendas, a la par de que fueron cortando la maleza y abriendo las primeras vías de acceso al sector.

Al no ser un barrio legalizado, las familias hacían travesías enteras para conseguir los servicios públicos, pues se desplazaban a una laguna cercana para conseguir agua, y sacaban energía de los postes de luz que rodeaban la malla del Aeropuerto Internacional Camilo Daza.

Aunque la obtención del líquido vital era peligrosa, los habitantes no tenían otra alternativa y por nueve años tuvieron que correr ese riesgo, para mejorar su calidad de vida.

Fue así, como gradualmente más personas llegaron a la invasión y a mediados de 1983, la Alcaldía de Cúcuta le otorgó la personería jurídica, y finalmente se convirtió en el barrio Buenos Aires. El sector lleva 41 años de su fundación y residen al menos 2 mil familias.

Con esta noticia, el júbilo y el gozo se apoderó de la comunidad, pero no fue sino hasta seis años después, que llegaron los servicios públicos, cuando las empresas de acueducto, alcantarillado y energía instalaron las redes.




Desde sus inicios, la comunidad de Buenos Aires se ha encargado de que el deporte sea una manera de salir adelante. Por ello, varios escenarios rodean a ese barrio de la Comuna 7.

“La formación de los jóvenes a través del deporte es algo de lo que nos hemos encargado, con el objetivo de crear personas disciplinadas, con el fin de que tomen un buen camino para sus vidas” señaló un residente de este sector.

Las entidades municipales atendieron las necesidades de la comunidad y hace algunos años, en lo que antes era una de las mayores canchas de arena en la ciudadela Juan Atalaya, se construyó un polideportivo para seguir con esta tradición en Buenos Aires.

La obra contó con la construcción de una cancha sintética, una cancha multipropósito, un parque para niños, graderías y otros espacios donde practica otros deportes, algo que alegró a los habitantes.

De acuerdo a Aldair Buitrago, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), en la cancha sintética practican tres escuelas de fútbol, Atlético Rojo y Negro, Real Buenos Aires y el club Juan campos.

Además del fútbol, en el barrio también les apuestan a otras disciplinas como patinaje, baloncesto, microfútbol entre otros más.

Educación, complemento del deporte

Según el líder comunal, pese a que el deporte se convirtió en un factor importante para los jóvenes, la educación es el complemento idóneo en el proceso de formación de los jóvenes.

Es por eso que, en las inmediaciones de Buenos Aires, hay tres instituciones educativas, que albergan a los más de mil niños, niñas y adolescentes.


Son varios los retos que afronta la comunidad de Buenos Aires, como la inseguridad y el mal estado de la capa asfáltica entre otros, pero hay una problemática que desde hace algunos años ha aquejado a los 4 mil habitantes que allí residen y es el elevado costo del servicio de aseo.

“Mucha gente ha venido a darme quejas sobre este problema, y nos vemos cortos de dinero para pagar”, informó Aldair Buitrago.

Incluso, -según un habitante-, el recibo por la limpieza de las calles y la recolección de basura ha llegado más caro que los servicios públicos normales como el agua, gas o incluso la luz.

En diálogo con Rubén García, gerente de operaciones de Veolia, se conoció que la tarifa por el servicio es igual al de los barrios aledaños a Buenos Aires, como Mariano Ospina Pérez o La Ermita.

“La tarifa es una sola para todos, lo que hace la diferencia es el estrato y el porcentaje de subsidio o de contribución que este aprobado para cada estrato”, afirmó García.

Consumo activo de drogas

El consumo de drogas en las calles, al igual que en otros barrios, se apoderó de esa zona, y ante los esfuerzos por la comunidad de remediar la situación, no han logrado nada.

El líder comunal sostuvo que la comunidad perdió la confianza en la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), en vista de que, a pesar de los patrullajes activos, no han podido erradicar este cáncer para la comunidad.

“Cada vez que los policías llegan a inspeccionar a personas sospechosas, estas se van a las calles contiguas para seguir consumiendo, y así ha sido durante años”, precisó Buitrago.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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