Coliseo de Cúcuta
A pesar del cariño y el amor que los jóvenes deportistas le tienen al coliseo, no son tímidos para enfatizar que el espacio se quedó pequeño y que por momentos es difícil la práctica simultánea de diferentes disciplinas deportivas como judo, tenis de mesa, boccia y gimnasia artística.
El escenario durante la última década empezó a mostrar signos de deterioro, daños que pasan invisibles ante la mirada de los entes territoriales. Los escasos aguaceros en la capital nortesantandereana se convertían en dolores de cabeza y en pérdidas millonarias para algunas de las ligas que entrenan aquí.
Cúcuta fue sede de los Juegos Nacionales y Paranacionales en el 2012, y a pesar de la magnitud del evento, la inversión en este histórico coliseo no fue la esperada.
Las brillantes actuaciones internacionales del gimnasta Jossimar Calvo convirtieron al coliseo en un lugar turístico, al que cucuteños, turistas y cientos de periodistas acudían para ver sus entrenamientos y pedirle una fotografía.
Mientras Calvo estaba en su mejor momento, un pequeño Ángel le seguía los pasos. La disciplina del mismo entrenador, Jairo Ruiz, los mantenía concentrados, con metas fijas.
Jossimar en Río 2016 fue el segundo gimnasta colombiano en clasificar a unos Juegos Olímpicos y hoy, Barajas, en París 2024, es el deportista colombiano y sudamericano más joven en ganar una medalla olímpica.
En mayo de 2022 el Ministerio del Deporte realizó una visita técnica al Eustorgio Colmenares, y constató lo que para muchos era un secreto a voces: el deterioro de la cubierta, las nulas condiciones de accesibilidad a deportistas con movilidad reducida y otros daños en baños, pisos, entre otros.
“Desde Mindeporte hacemos un llamado respetuoso a las entidades territoriales de Cúcuta, Norte de Santander y de todo el país, para que se realice una verificación del estado de los escenarios deportivos”, concluyó el Ministerio.
Este llamado fue atendido por los gobernantes locales, quienes destinaron recursos para cambiar la cubierta del coliseo. Las obras de mantenimiento obligaron una mudanza masiva de todos los deportistas.
En diciembre de 2023 mientras se adelantaban los arreglos, una chispa de soldadura cayó sobre la fosa usada para practicar gimnasia, provocando un voraz incendio que causó daños parciales y totales en los equipos de entrenamiento de la liga de gimnasia.
Ángel no pudo volver a entrenar al coliseo menor, a su casa habitual, y tuvo que radicarse en Medellín para ajustar todos los detalles de su preparación para los campeonatos del 2024, incluidos los Juegos Olímpicos.
En mayo de ese año todos los deportistas pudieron retornar al Eustorgio Colmenares. La nueva cubierta garantiza un espacio más fresco que reduce la alta sensación térmica que suele tener la ciudad.
Los padres y madres de los deportistas, sus entrenadores y la misma ciudadanía claman la construcción de más escenarios deportivos, y se acondicionen centros de alto rendimiento que permitan una exitosa preparación para traer nuevas medallas en los siguientes Juegos Panamericanos y los olímpicos de Los Ángeles 2028.
Un coliseo exclusivo para la gimnasia artística es el objetivo de los directivos y varios terrenos en Cúcuta podrían albergarlo. Ángel Barajas fue recibido en una caravana que atravesó la ciudad hasta llegar al Palacio de la Gobernación.
Un hombre formador, académico y disciplinado Gustavo Contreras Sabogal (La Opinión)
Jairo Ruiz es un tipo audaz, inteligente y con la capacidad de ofrecer resultados en su trabajo. Es el seleccionador nacional de Colombia en la gimnasia artística y líder de esta disciplina en Norte de Santander, desde hace más de cuatro décadas.
Nació en Bogotá, pero a los tres años llegó a Cúcuta, donde se convertiría en una leyenda del deporte rojinegro. Se define como un hijo de esta tierra fronteriza.
Recuerda que no fue un buen gimnasta, pero si un líder disciplinado y con ganas de aprender. Ya cumplió 43 años al servicio de la formación de gimnastas y por sus filas han figurado los dos máximos exponentes de la gimnasia artística en Colombia: Jossimar Calvo (olímpico en Río 2016) y Ángel Barajas (medallista en París 2024).
Justamente con Barajas alcanzó un hito histórico para el deporte nacional: ser plata olímpica en la final de barra fija. "Jairo es como mi papá, es un aprecio muy grande el que le tengo. Queríamos hacer la rutina completa, lo hice, no como estaba pronosticado, pero si la hacíamos completa, el resultado se daba. Estamos felices”, comentó Barajas, de tan solo 17 años, tras su inmenso logro.
Ruiz Casas es entrenador con alma de formador. En diferentes entrevistas con este medio reiteró que su misión, más allá de forjar grandes gimnastas, era la de formar buenas personas para la sociedad. No la ha tenido fácil al encontrarse con pequeños deportistas provenientes de familias disfuncionales y de muy bajos recursos con carencias de todo tipo.
“Para mí es más importante formar personas que le sean útiles a la sociedad. He pensado en mi retiro, no sé cómo me he mantenido luchando contra muchas adversidades de todo tipo. Los triunfos son efímeros respecto al trabajo y proceso que conllevan”, dijo a La Opinión el pasado marzo, antes de partir a Europa para prepararse a las justas.
Esa misión es valorada por las decenas de gimnastas que tiene a su cargo. Algunos lo llaman papá.
“Sé que entre ellos me dicen papá, pero a mí no me lo dicen. Me deja muy feliz porque yo en la formación de ellos soy alguien importante. Consigo almuerzos, peleo por ellos. Para que vivir sin servir, uno tiene que servir para que la gente se sienta contenta con la presencia de uno, eso es importante para mí. Me fascina esta profesión, si volviera a nacer, volvería a estudiar esto”, señaló en 2023, justo después del Mundial Juvenil, donde fue multimedallista con Ángel.
Ruiz tiene las credenciales para, además de formar personas, crear gigantescos gimnastas. Es licenciado en educación física y cuenta con cuatro maestrías: Fisiología del Ejercicio, Rendimiento, Alto Rendimiento y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Actualmente cursa un doctorado en Ciencias de la Actividad Física, en Cuba.
“Quiero dedicarme a la academia al terminar mi doctorado y poder servirle a la comunidad desde otro punto de vista. Quiero mejorar deportistas desde lo psico-socio-biológico”, comentó.
Cuando está en Cúcuta, despierta a las 4:00 a.m., ejerce la docencia y después dedica toda su jornada a los gimnastas en el coliseo menor Eustorgio Colmenares. Lo hace acompañado de un grupo interdisciplinar y sus siete asistentes. “Sinceramente me apasiona estar en un gimnasio, yo no me canso”, dijo.
“Hemos demostrado ante muchas personas, que los objetivos se pueden lograr con disciplina. La disciplina no la negocio, ese es mi eslogan”, afirmó el estratega de 67 años. Y a punta de disciplina ha logrado, con diferentes gimnastas, reinar en Colombia y brillar en Juegos Panamericanos, Suramericanos y ahora Olímpicos.
“Soy fuerte, disciplinado, metódico, no les paso nada durante el entrenamiento, pero cuando terminan hablo con mis gimnastas y los felicito”, resaltó.
Un hecho histórico
Con Ángel lleva trabajando cerca de 12 años. Consumó su máximo logro este 5 de agosto 2024 al ser medallista olímpico.
“No voy a pasear nunca. Quiero dejar el listón bien arriba, quiero dejarlo muy arriba y para hacerlo quiero cumplir un sueño que se puede hacer. Haciendo la rutina completa como la tenemos planificada tendremos resultado”, subrayó previo a su participación en París 2024.
En las justas francesas, acompañado del fisioterapeuta José Orlando Arias, compitió con Ángel en barras paralelas y fija. En las rondas clasificatorias, disputadas el sábado 27 de julio 2024, Barajas fue 14 en paralelas y quedó privado de ir a final, mientras que fija fue sexto.
Tras el esquema, Ruiz estalló en llanto y abrazó a su pupilo quien le hizo realidad un sueño luchado desde hace más de 40 años, cuando empezó la formación en las instalaciones del colegio Inem.
No fueron las primeras justas de Jairo, pues inició en 2010 con Jhonny Muñoz en los Juegos Olímpicos de la Juventud celebrados en Singapur; prosiguió en 2016 con Jossimar Calvo en los Juegos Olímpicos de Río y en 2024 con Ángel Barajas en los Juegos Olímpicos de París.
Jairo Ruiz es profesor de gimnasia Iván Gallo
Jairo Ruiz
Jairo Ruiz es profesor de gimnasia en el INEM desde hace más de 30 años. En Cúcuta el INEM ha competido de tú a tú con colegios de gente de billete como el Calasanz y muchas veces les ganan. En gimnasia llevan décadas arrasando.
Todo comenzó con Jesús Romero en los noventa. Era un fenómeno al que una lesión lo postró en una silla de ruedas. La posta la tomó Jossimar Calvo.
En Rio 2016 consiguió una hazaña que ahora "el club de señores del sofá" le sabe a poco: un diploma olímpico en gimnasia. En una disciplina en donde las grandes potencias invierten millones en su cada ciclo olímpico, se colaba este cucuteño entre los ocho mejores. Fue un triunfo de Jairo.
Sin apoyo económico alguna vez me contó que alcanzó a tener en su casa hasta a 9 muchachos alimentándolos a falta de un lugar de concentración. Todo de su bolsillo. Jairo recibía un sueldo magro cuando ya Jossimar era estrella mundial. Tocó todas las puertas y a pesar de sus logros todas permanecieron cerradas. Muchas veces pensó en mandarlo todo al carajo.
Jairo es serio, un tipo estricto por el que sus gimnastas dan la vida. Es un papá para ellos. Y entonces su método vuelve a funcionar.
Desde hace dos años Angel Barajas despuntó. El primero en creer en él fue Jairo, por supuesto. Pero nadie esperaba que toda una vida de sacrificio fuera a terminar con la gloria que consiguió hoy. Plata en unos olímpicos, la medalla más importante en la historia de este país teniendo en cuenta la disciplina y dificultad.
Los periodistas lloraron por Ángel, este fenómeno cucuteño, pero también por su entrenador aguerrido, veterano y entrañable como el de Rocky Balboa. Acá no hay un trabajo ni estatal, ni de federación, sino es un esfuerzo personal de Jairo y de su familia. En este momento en Cúcuta el coliseo donde entrenaban se cayó.
Este es un triunfo de los olvidados, de los cucuteños y, sobre todo, del INEM y su comunidad. A veces los que no tienen nada lo toman todo.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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