lunes, 10 de octubre de 2011

11.- LA CUCUTA DE ANTAÑO V

PARTE V/VI

Gerardo Raynaud

Continúo mi crónica en la Cúcuta de finales de los años cincuenta. Además de los restaurantes mencionados se empezaron a  desarrollar otras opciones gastronómicas de ofertas limitadas que hoy llamamos de comidas rápidas.

Resaltaremos las más conocidas y frecuentadas, aunque no dudo que existieran muchas más. Posiblemente la más popular fue la Lonchería El Palacio situada en la esquina de la avenida cuarta con calle novena en una de las intersecciones del Parque Nacional. Aunque no era propiamente una cafetería al estilo de las actuales puesto que ofrecía una variedad de platos bastante amplia, como cualquier restaurante pero no cena, es decir, sólo desayunos y almuerzos. Era de propiedad de un barranquillero afincado por muchos años en la ciudad: don Arturo Meza. Era famoso un platillo ofrecido, más por la rareza de su nombre que por sus características culinarias, “Espaguetis al burro”. En italiano se le llama “burro” a la mantequilla así que ya entenderán a qué se refería el mencionado plato.

Fue tal el éxito que tuvo su negocio que no tardó en expandirse. Adquirió la esquina del frente y construyó lo que para la época era el último grito de la moda en atención a comensales: el ´Drive in El Palacio´. No le fue difícil encontrar quien lo diseñara y construyera, toda vez que recientemente se había establecido uno en la ciudad de Bogotá y fue el mismo constructor quien lo levantó con las mismas especificaciones y equipos importados de los Estados Unidos. A pesar de la novedad el resultado no fue el esperado. Las condiciones tanto económicas como climáticas no favorecieron mucho esta inversión y terminó cerrando sus puertas pocos años más tarde.

Y aunque sirvió de modelo para otros similares como el establecido en la esquina de la calle 13 con Avenida Cero, por razones similares fueron languideciendo hasta desaparecer. A pesar que en otros lugares tanto del país como del exterior el modelo sigue utilizándose  no ha prosperado en Cúcuta.

Otro establecimiento, este sí cafetería, fue ´La Araña de Oro´, la original que aún hoy se mantiene en el mismo lugar después de más de cincuenta años, calle novena pasos antes de la avenida quinta o después, según a donde uno vaya. Sus propietarios iniciales fueron unos españoles, de los tantos que emigraron, la mayoría huyéndole a la violencia de la guerra civil española. Eran pasteleros, en el sentido estricto que el término impone. Especialistas en elaboración de postres, bizcochos, pasteles, ponqués y similares.

A comienzos de los sesenta, ya fortalecidos en el mercado y con mayor conocimiento de las posibilidades que se les presentaba decidieron abrir un nuevo local, más grande y confortable en la avenida quinta frente al Banco de la República y junto al Almacén Tony en lo que en esa época era el “centro centro” de la ciudad. Para ilustrar este concepto, les quiero recordar a mis lectores que el programa de los jóvenes, los “cocacolos” de ese tiempo, era pararse en la esquina del Ley o del Banco de República a ejercer la actividad más reconocida de Don Abundio: observar las mujeres que pasaban.

Con el tiempo esta sucursal de la ´Araña de Oro´ se volvió el tertuliadero más famoso de Cúcuta. Pero la tertulia del “vaso de agua”, también muy reconocida, fue su ruina; creo innecesario extenderme sobre el caso.

La ´Araña de Oro´ pionera se ha mantenido, hoy en día, fiel a su esquema de oferta y de mercadeo. Los mismos postres, más los de la actual demanda siguen ofreciéndose; la atención, similar a la de sus dueños primigenios igual de seca y agria, pero con estilo cucuteño.

Ya para finalizar voy a referirme a la cafetería del Almacén Ley. Adquirido el local de Tito Abbo Jr. por la cadena de Almacenes Ley, y remodelado a la usanza de los supermercados de ese tiempo, se presentó a la clientela su cafetería con su oferta de comidas rápidas que satisfacían los gustos de los paladares más exigentes de la época. Como hoy, esa cafetería sigue siendo el centro de encuentro para quienes el tiempo apremia y requieren salir del paso con un bocadillo cualquiera de bajo precio y buena calidad. Hoy lo ofrece con idéntica característica su nuevo propietario, Almacenes Éxito.



Recopilado por : Gastón Bermúdez V.



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