PARTE III/III
Camilo Daza aterriza en Pamplona
Camilo sobrevuela su ciudad natal, Pamplona, y aterriza no obstante que la ciudad carecía de un campo de aterrizaje por estar circundada por montañas y cerros elevados.
Con grande entusiasmo salió Camilo de Cúcuta con rumbo a Pamplona, donde la gente lo esperaba. De pronto, aparece el avión entre las nubes buscando la pista improvisada para aterrizar, el avión giraba y Camilo observaba para aprovechar un claro mediante, ya de la única botella de gasolina que le quedaba porque el público enloquecido había invadido el campo y obstaculizaba el aterrizaje y podía ocasionar una tragedia. Camilo, para evitar una desgracia, estrelló el avión contra un cerezo que afortunadamente a nadie se le ocurrió subirse al árbol, solo que el Comandante del batallón se había colocado cerca al cerezo con sus hijos quedando cubiertos por el ramaje y restos del aparato estrellado sin sucederles daño alguno. Este ha sido el primer aterrizaje de un avión que Pamplona presencia, en el año 1923.
A Camilo se le llamó también El cóndor pamplonés y las crónicas no se dejaron esperar y comentar a los pocos momentos de la llegada, y aparecen en las esquinas grandes carteles que lo saludaban.
A los homenajes civiles tributados a Camilo se suman los de los eclesiásticos y militares. Repican las campanas en todas las iglesias, a las cuatro de la tarde, copa de champaña y retreta de gala en el Casino Militar.
Habla el comandante militar y el director del periódico, y hacen entrega a Camilo Daza de una medalla de oro. A las ocho de la noche lo esperaba un retreta en el Club del Comercio. En esta vez los discursos corren por cuenta del señor Alcalde y del presidente del Club y a continuación un gran baile al que asistieron las principales familias y sociedad de Pamplona.
Esa noche se abre la suscripción para los gastos de la reparación del avión, y en el Seminario el Padre Luis Pérez Hernández (más tarde obispo de Cúcuta) hace saber al piloto que el día de la llegada lo miraban y aplaudían los futuros sacerdotes, cuyos ojos no se levantan del libro sino para admirar el paso de alguna gloriosa aparición y cuyas manos que eran ungidas no ovacionan sino los hechos que de aplauso son dignos, por nobles y por grandes. La hazaña de haber aterrizado en el Colegio Provincial de los Hermanos Cristianos, fue realizada el día 16 de marzo de 1923, después de sobrevolar los cerros la Laguna, Chivo y Garabatos que son los cerros que circundan la ciudad de Pamplona.
Se inicia la reparación del avión. Dos mecánicos se ofrecieron para trabajar en la reparación, un señor Briseño, bogotano, y otro pamplonés, Emilio Mantilla, quienes se convirtieron en los primeros mecánicos de aviación. Camilo empezó por pedir los principales repuestos a la casa constructora, entre ellos, el ala y el alerón izquierdo. Luego adelantó la reconstrucción con elementos que se consiguieron en Pamplona. Al motor por fortuna no le pasó nada pero hubo que asegurarlo nuevamente al cuerpo de la nave. Un carpintero pamplonés fabricó el fuselaje, un latonero el tanque de la gasolina, los arrieros suministraron las lonas para los forros, los cables de la luz y demás conexiones constituyeron un flexible cordaje complicado, los tacones de zapatos sirvieron de amortiguadores del tren de aterrizaje, y Emilio Mantilla hizo una hélice nueva.
Después de varios meses de espera, llegaron los repuestos de los Estados Unidos, transportados a lomo de mula desde Puerto Wilches a Pamplona. Mientras llegaban los repuestos pedidos, Camilo miraba y estudiaba los alrededores de Pamplona para escoger el sitio de despegue y que sirviera para emprender vuelo.
El avión ya reparado y se encontraba listo, pero hubo que desarmarlo en parte para el transporte al campo elegido, a 15 Km de Pamplona por camino de herradura, se encargó del transporte a 50 soldados y algunos presos.
Segundo vuelo sobre Cúcuta
Una vez listo el avión en el campo acondicionado para el despegue, Camilo pidió al mecánico Mantilla que lo acompañara en el vuelo a Cúcuta, invitación que Mantilla no aceptó y dijo: Las lágrimas de mi madre y los ruegos de mi novia me lo impiden, muchas gracias, pero no voy a acompañarlo.
Al campo de despegue del avión se hicieron presentes los hermanos de Camilo, autoridades militares y varios médicos que iban provistos de sus maletines con el instrumental, e inclusive contaban con una camilla. Camilo los miraba sonriente y les decía ´hombres de poca fe´. En realidad el avión no tenía brújula y tampoco pudo arreglarse el altímetro, indispensable para la seguridad.
El avión así acondicionado, pesaba ahora 30 kilos de exceso, el cambio del tanque de la gasolina construido por el latonero pamplonés daba 15 litros de mayor capacidad al tanque, así como otros implementos acondicionados con mayor peso. Camilo prendió el motor y esperó su funcionamiento, respondió y despegó del improvisado campo, llegando sin contratiempos a Cúcuta.
Otros vuelos
Después Camilo fue invitado a visitar otros muchos municipios nortesantanderanos, y escogió a Salazar de Las Palmas. Allí el terreno estaba en mejores condiciones y no tan quebrado como el de Pamplona. Camilo utilizó una pista acondicionada y medida por un experto del Ministerio de Guerra de Colombia de 140 metros.
De Salazar de las Palmas, regresó nuevamente a Cúcuta y preparó vuelo a Bucaramanga. Ya los periódicos El Deber y Vanguardia Liberal, con títulos destacados a todo lo largo de las primeras páginas anunciaban la visita de Camilo Daza a Bucaramanga.
Y así, sin brújula ni altímetro, pues le fue imposible montar la primera en la cabina, que no le dio resultado ni los barómetros que ensayó para remplazar al segundo, realizó el vuelo que él decía que había volado a 6.000 metros de altura para hacerles quites a los elevados cerros de esa ruta Musticua, Arboledas, Toma Bacueche y otros más elevados.
El 27 de octubre de 1923 vuela de Cúcuta a Salazar de las Palmas por primera vez, con un rotundo éxito, acompañado del secretario de la Alcaldía Carlos Arturo García, y aterriza en una improvisada pista. Hazañas como llegar a Pamplona y Salazar de las Palmas desde el año 1923 a 1979 no han vuelto a ser realizadas. Fue así como Camilo Daza aterrizó felizmente en el Hatillo.
Vida personal
Camilo Daza Alvarez nació en Pamplona el 25 de junio de 1898, obtuvo el título de piloto aviador en los Estados Unidos donde sobresalió por su pericia al verse obligado a aterrizar con una sola ala del avión que pilotaba en la realización de su primer vuelo solo. Ingresó en la Aviación Militar Colombiana con el grado de teniente, fue instructor de vuelo, participó en la guerra frente a la invasión del Perú al puerto amazónico de Leticia, entre 1932 y 1933. En España obtuvo la calificación de piloto de helicópteros, donde sufrió el más grave de los 37 accidentes registrados en su agitada vida profesional. Camilo Daza, contrajo matrimonio en Bucaramanga con la señora Genoveva Mojica, el 27 de marzo de 1926. Del matrimonio hubo siete hijos en total, tres hombres y cuatro mujeres. De estas murió una en España. De los hijos varones siguieron la carrera de la aviación el mayor Alvaro y Guillermo, como navegante en el Océano Atlántico, para los casos que Avianca tiene que valerse del mar.
Retirado temporalmente del servicio activo militar, creó su propia empresa aérea comercial en los Llanos Orientales, y posteriormente la escuela de aviación ABC, en proximidades de Bogotá. Se aproximaba a los 63 años de vida, cuando superó la barrera del sonido en vuelo, invitado por el comandante de la escuadrilla acrobática de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, quien por entonces visitó Bogotá. Murió en el Hospital Militar de Bogotá el 18 de marzo de 1975. Con el poder de su ejemplo hasta los propios linderos de la muerte, se selló una existencia extraordinaria en la historia de la aviación colombiana.
El Aeropuerto Camilo Daza, lleva su nombre a gestiones realizadas por el presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas, Juan Agustín Ramírez Calderón, ante la Aeronáutica civil, como homenaje a Camilo Daza en la inauguración de las instalaciones del Aeropuerto, siendo presidente de la República Misael Pastrana Borrero, y Ministro de Obras Públicas Argelino Durán Quintero y colocando una placa que dice:
Homenaje a quien el 2 de septiembre de 1922, por primera vez sobrevoló los valles de Cúcuta
Sociedad de Mejoras Públicas, Octubre 2 de 1971.
Recopilado por : Gastón Bermúdez V.
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