viernes, 21 de septiembre de 2012

243.- ARBORIZACION DE CUCUTA


Bellanith Vargas Garzón y  Luis Fernando Molina Prieto




El ficus, especie plantada pese a que sus raíces generan graves problemas

Estado actual de la arborización

La arborización de la Cúcuta actual, es en gran medida efecto del terremoto que devastó, el 18 de mayo de 1875, no solo a San Jose de Cúcuta, sino a San Antonio del Táchira. El nuevo trazado urbano de Cúcuta, dirigido por el ingeniero Francisco de Paula Andrade Troconis, le aportó a Cúcuta calles y avenidas espaciosas, muchas con amplio separador vial, donde los árboles tienen espacio para crecer en todo su esplendor, brindando a los espacios urbanos la sombra que los hace confortables. El trazado de Troconis, que tiene en cuenta al árbol porque le brinda espacio, por fortuna, se ha ido replicando en muchos sectores de la ciudad en la medida en que esta ha crecido, de manera que en Cúcuta, incluso en los barrios de muy poco tráfico, son comunes las calles con amplio separador vial, plantadas con grandes árboles.

Desde los puntos de vista ornamental y ambiental, Cúcuta posee una arborización urbana excelente; recordemos que la calle de Los Faroles es todo un atractivo turístico, precisamente, porque es tal el esplendor de sus árboles, que crean un inmenso túnel verde. Y esa calle no es una excepción, porque en Cúcuta, como dicen los cucuteños, frente a cada casa, hay un árbol.

Sin embargo, y como se verá a continuación, son muchas las especies introducidas que forman parte de la arborización urbana. De las setenta y una (71) especies de árboles que se incluyeron en este estudio, por contar con poblaciones representativas en el casco urbano, 37 de ellas son introducidas, es decir, el 52%; y hay que destacar, que las poblaciones más abundantes y por lo tanto predominantes en las calles, avenidas y parques de la ciudad, corresponden a especies introducidas.

Especies introducidas

En los espacios urbanos de uso público como andenes, separadores, parques, plazas, orejas de puentes y en el malecón, se encuentran altas poblaciones de especies introducidas; dentro de las que se destacan, por un lado, las que producen sombra, como el almendrón (Terminalia catappa), la acacia amarilla (Cassia siamea); el árbol nim (Melia indica), y el Ficus (Ficus benjamina) (todos ellos originarios de Asia); y por el otro , el oiti (Licania tomentosa), que llegó del sur del Brasil, con estudios que lo acreditaban como árbol reductor de la polución del aire, y que actualmente es la especie con mayor número de individuos a nivel de la ciudad, siendo casi un monocultivo en las calles del centro.

Acacia forrajera

Si bien estas especies producen sombra y reducen el impacto de la contaminación, ninguna de ellas presenta una oferta alimenticia interesante para la fauna nativa, y en consecuencia, aunque  presentan altas poblaciones, no colaboran con el fortalecimiento de la Estructura Ecológica Principal de la ciudad, especialmente, en su componente fauna.

Una especie de la India que abunda en la ciudad, aunque de manera más dispersa que las anteriores, es el Mango (Manguifera indica), una de las pocas que, siendo introducida, ofrece alimento a la avifauna nativa.

Otras especies introducidas que forman parte de la arborización de Cúcuta, pero que presentan poblaciones mucho más reducidas que las ya mencionadas, son, de mayor a menor: mirto (Murraya exótica), lluvia de oro (Cassia fistula), acacia rosada (Cassia grandis), pivijay costeño (Ficus pallida), acacio rojo (Delonix regia), patevaca (Bauhinia variegata) (todas de Asia); y ceibo dominico (Erythrina indica), de las islas del Pacífico Sur. De manera más esporádica se encuentran: tulipán africano (Spathodea campanulata), de Africa; palo santo (Guaiacum sanctum), de Las Antillas; carbonero blanco (Calliandra ahematocephala), de Brasil; y candelabros (Euphorbia láctea), de Grecia.

En cuanto a las palmas, se destaca por su alta población, la palma real (Roystonea regia), especie originaria de Cuba, que se cultiva en todos los trópicos del mundo por su carácter ornamental. Otras palmas introducidas que se encuentran, tanto en antejardines como en calles y avenidas de la ciudad, son; la palma paraíso (Veitchia merrilli), de Filipinas; la palma areca (Crysalidocarpus lutescens) y la palma cola de pescado (Caryota mitis), ambas del Asia; además de la palma abanico (Pritchardia pacífica) y el cocotero (Cocos nucifera), de las islas del Pacifico sur, y finalmente, la palma fénix (Phoenix canariensis), de las Islas Canarias.

En los espacios urbanos de carácter privado, es decir, en los antejardines, se cultivan dos grupos de árboles: los frutales y los ornamentales; siendo la mayor parte de ellos, introducidos. Los frutales más frecuentes son los cítricos, especialmente el limón (Citrus limón), con presencia esporádica de mandarina (Citrus reticulata) y naranja (Citrus sinensis) (todos de Asia).

En cuanto a ornamentales, además de las palmas ya mencionadas, se encuentran individuos aislados de especies originarias de regiones muy frías del planeta, como el pino libro (Chamaecyparis pisifera), del norte de Europa, y la araucaria (Araucaria excelsa), del sur de Chile. Estas especies carecen de oferta alimenticia para la fauna, como la mayor parte de las introducidas, pero además y debido a su forma vertical, no producen un servicio ambiental básico para las calles de Cúcuta, como es la producción de sombra.

Especies nativas

Un buen número de especies nativas forman parte de la arborización de Cúcuta, destacándose por sus altas poblaciones (nunca tan altas como las del oiti): el cují (Prosopis juliflora), símbolo de la ciudad que predomina en grandes extensiones de la Estructura Ecológica Principal; además del matarratón  (Gliricidia sepium), el chiminango (Pithecellobium dulce), el urapo (Tabebuia rosea), y el guayacán flor amarillo (Tabebuia chrysantha).

Cují

Con poblaciones medias y en algunos casos bajas, pero con presencia en diversos sectores de la ciudad, se encuentran: samán (Phitecellobium saman), ceiba (Ceiba pentandra), mamón (Melicoccus bijugatus), totumo (Crecentia cujete), níspero (Achras zapota), acacia forrajera (Leucaena leucocephala), coralito (Cordia sebestana), camajón duro (Sterculia apétala), cedro rosado (Cedrela odorata), corozo (Scheelea butyracea), guayacán carrapo (Bulnesia carrapo), brusca (Tecoma stans), habillo (Hura crepitans), y cambulo (Eritrina fusca).

Las especies nativas mencionadas, a diferencia de las introducidas, producen por lo general alimento para la fauna nativa, especialmente para la avifauna, pequeños mamíferos como los murciélagos y las ardillas, y una amplia variedad de insectos. Por tanto, son las especies nativas las que pueden fortalecer la Estructura Ecológica Principal de la ciudad, especialmente en su componente fauna; además de prestar servicios ambientales básicos para la ciudad como son la producción de sombra y la descontaminación del aire; al tiempo que generan belleza y ornamento en los espacios públicos, cubriendo así los aspectos paisajísticos que deben propiciar los arboles urbanos.

Especies con poblaciones no representativas

Dentro del casco urbano y en la periferia de la ciudad, se encuentran otras especies arbóreas tanto nativas como introducidas; especies que no se tuvieron en cuenta dentro de este estudio, por tratarse de ejemplares aislados, y en ocasiones, únicos en la ciudad. Muchas de estas especies se presentan en el documento Cúcuta Verde y Exuberante (Carvajal y Chacón, 2000), de los cuales, muchos se encuentran en sectores apartados del casco urbano, o no fueron encontrados durante el trabajo de campo desarrollado en la ciudad. Se trata de especies nativas como el hobo amarillo (Spondias mombin); jaboncillo (Sapindus saponia); vara santa (Triplaris duquel); moral (Chlorophora tinctoria); caracoli (Anacardium excelsum); orejero (Enterolobium cyclocarpum); iguamarillo (Pseudosamanea guachapele); sapotolongo (Pachira aquatica); y aguacate (Persea americana), entre otros.


Samán

En cuanto a especies introducidas podemos mencionar: caucho común (Ficus elástica); caucho lira (Ficus lirata); laurel de la India (Ficus nítida); seso vegetal (Blighia sapida); pesjua extranjera (Syzygium cumini); eucalipto de flor (Callistemon citrinus); tachuelo (Fagara rhoifolia); árbol del pan (Artocarpus communis); y algodón de monte (Thespesia popuinea).

Criterios para la selección de especies

Se seleccionaron especies que fortalecen la Estructura Ecológica Principal en tres de sus componentes: suelo, agua y fauna. Además, se incluyeron especies que dinamizan los ecosistemas, o incrementan la diversidad de la flora y la fauna propias de los mismos, aunque lo hagan de manera indirecta (Componente Ecosistema).

Componente suelo

1.-Control de la erosión y estabilización de taludes: dependiendo de las características de las raíz, algunas especies proporcionan estructura al suelo, reduciendo los riesgos de deslizamiento y minimizando los procesos de erosión hídrica y eólica (Wiesner, 2000).

2.-Fijación de nutrientes al suelo: algunos microorganismos, como las micorrizas, entran en simbiosis con las raíces de ciertas especies de árboles (especialmente las leguminosas), y gracias a este proceso, nutrientes provenientes del aire y requeridos para el desarrollo de las plantas (como el nitrógeno) son fijados al suelo. Esto además contribuye a una más fácil absorción de otros nutrientes inorgánicos que se encuentran en el suelo (como el sodio y el potasio) (Wiesner, 2000; Segovia et al., 2000). Las especies que reducen los procesos erosivos así como las que fijan el nitrógeno al suelo, son muy apropiadas para la restauración ecológica de áreas afectadas por las industrias extractivas (canteras).

Componente agua

La protección de cuencas, microcuencas, rondas hídricas y nacederos dentro y entorno a las ciudades es favorecida por algunas especies que poseen la capacidad natural de acumular agua en sus tallos, como la guadua (Guadua angustifolia); o porque su sistema radicular incrementa la capacidad de retención de agua del suelo. Estas especies regulan los caudales de los cuerpos de agua, acumulándola durante los periodos lluviosos y retribuyéndola a los ecosistemas durante las épocas de sequía.

Componente fauna

Se tuvieron en cuenta especies que ofrecen algún tipo de alimentación a la fauna propia del ecosistema, lo que incluye:

 1.-Especies productoras de néctar y polen, que alimentan aves melíferas, murciélagos e insectos.

2.-Especies productoras de frutos o semillas, que alimentan a una amplia variedad de especies de aves; murciélagos e insectos; y además, a las ardillas.

3.-Se tuvo en cuenta que los árboles que alimentan insectos son fuente indirecta de alimento para las aves que se alimentan de ellos, como el siriri (Tyranus melancholicus).

Componente Ecosistema

Algunas especies ofrecen muy poco alimento directo a la fauna circundante, pero son visitadas por aves melíferas, semilleras, insectívoras, loros y ardillas; además, crecen sobre ellas varios tipos de orquídeas y otras epifitas, o son preferidas por las aves para construir en ellas sus nidos. De manera que las catalogamos como fortalecedoras del ecosistema en su conjunto, porque su presencia incrementa la diversidad biológica del entorno, como el cují (Prosopis juliflora).

Camajón duro

Especies recomendadas para la ciudad de Cúcuta

Siguiendo los parámetros anteriores se generó una matriz para la selección, la cual se nutrió, en lo relativo a los diferentes componentes con estudios y datos publicados por expertos en el área.

Guayacan flor amarillo (Tabebuia chrysantha), Mamón (Melicoccus bijugatus), Mango (Manguifera indica),  Matarratón (Gliricidia sepium), Níspero (Achras zapota), Samán (Phitecellobium saman), Totumo (Crecentia cujete), Urapo (Tabebuia rosea), Acacia forrajera (Leucaena leucocephala), Camajón duro (Sterculia apétala), Cedro rosado (Cedrela odorata), Ceiba (Ceiba pentandra), Coralito (Cordia sebestana), Cují (Prosopis juliflora), Chiminango (Pithecellobium dulce), Guadua (Bambusa guadua).

Conclusión

Los corredores biológicos de una ciudad pueden ser, además de sus rondas hídricas; sus calles, avenidas y parques. Pero si esos espacios urbanos están plantados con especies que no ofrecen alimento a la fauna, no la atraerán, y en consecuencia, no serán verdaderos corredores biológicos. Serán espacios verdes para la circulación de carros y peatones, mas no para la circulación de las aves ni las semillas que ellas transportan. No serán corredores biológicos que conecten los ecosistemas fragmentados por la ciudad, por donde puedan circular los pájaros, los loros o las ardillas; serán simples calles bien arborizadas desde el punto de vista exclusivo de una de las especies que habita en el territorio, es decir, los seres humanos. Las arborizaciones que parten de criterios paisajistas o de servicios ambientales (exclusivos para los ciudadanos) olvidan que las funciones que la fauna nativa desempeña, a nivel de la polinización y dispersión de semillas, son las que aseguran la reproducción de la flora local y la conservación de los ecosistemas.

Es evidente que la arborización de la ciudad de Cúcuta ha respondido, ante todo, a la búsqueda de confort climático en los espacios urbanos, de manera que se han plantado especies que proyectan grandes y frescas sombras. Si bien estas especies predominantes, regulan la temperatura y reducen el impacto de la radiación solar sobre las construcciones y los espacios públicos, en su mayoría no contribuyen al fortalecimiento de la Estructura Ecológica Principal, puesto que se trata de especies introducidas que, en su gran mayoría, no alimentan a la fauna nativa.

Es necesario por tanto, incrementar paulatinamente el número de árboles nativos, especialmente, los que alimentan a la fauna, para que poco a poco los pájaros y los loros, al igual que las ardillas y otros mamíferos, los frecuenten, y con ellos, retornen la naturaleza y la vida silvestre a la ciudad.





Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

2 comentarios:

  1. Alguien me puede decir en que parte de la ciudad existen arboles de Camajón?

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  2. Buenas alguien me puede decir en que parte de Cúcuta hay un árbol de caucho necesito una hoja gracias

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