lunes, 24 de septiembre de 2012

244.- LA ANTIGUA CARCEL MODELO DE CUCUTA

Jennifer Katherine Rincón y otras fuentes


Reseña histórica municipal: El terreno se compró al General José Agustín Berti, a la señora Eulalia Buitrago según escrituras No. 146 del 29 de marzo de 1.910; a la señora Tránsito Montejo según escritura No. 141 del 21 de 1.910, al señor José María Polanco en escritura No. 147 del 29 de marzo de 1.910; a la señora Hersilia Fernández según escritura No. 148 del 29 de marzo de 1.910. Su construcción se comenzó el 1 de octubre de 1.923, bajo la dirección del ingeniero Vega Rangel.

‘Los comuneros’ cucuteños, que hace 73 años se lanzaron a las calles a manifestarse contra el recién nacido impuesto de industria y comercio, se convirtieron en los primeros prisioneros de la vieja cárcel Modelo, que entre sus directores tuvo a Virginia Sanjuán de Duplat, madre de la señorita Colombia, Leonor Duplat Sanjuán.

A un año de cumplir un siglo de vida, Luis Antonio Useche, recuerda entre risas, cómo por ir a llevar una razón hizo parte de las cerca de 250 personas que ‘inauguraron’ el penal en 1938.

El único libro que reseña la fundación de la Penitenciaría Nacional, Efemérides Cucuteñas de Pedro Mª Fuentes, señala como fecha el 24 de julio de 1938. Sin embargo, Useche, quien se dedicó al cambio de bolívares, ratificó que fue el 10 de mayo de 1938, tras la revuelta ciudadana.

Los cucuteños protestaron contra el tributo de industria y comercio aprobado por el Concejo y sancionado por el alcalde Montegranario Sánchez, al cual bautizaron ‘El trabuco’, porque disparaba para todas partes, menos en función de proteger a la comunidad.

“Fue la primera vez que en Cúcuta se hacía una manifestación de esas. Simón Cárdenas, que era el dueño de la panadería Venecia, hizo una rosca gigante que sirvió de símbolo de la protesta. Hubo piedras, gritos y enfrentamientos por todas partes”, contó.

Luis Useche no estuvo presente en la manifestación, pero dos de sus hermanos sí lo hicieron, cayendo presos por los disturbios ocasionados. En ese momento la penitenciaría estaba en la avenida 8ª con calle 13, y avanzaba la construcción de la cárcel en la avenida 7ª con calle 6 y 7, donde funcionó por más de 50 años.

Luis escuchó la noticia de que sus familiares habían caído presos y decidió ir a visitarlos. En la penitenciaría, al preguntar por ellos, lo hicieron seguir y le cerraron las rejas tras de sí.

Está es la única fotografía que registró el hecho en el que cientos 
de personas se unieron en una sola voz de protesta.

Al día siguiente él, y los más de 200 detenidos por la misma causa fueron llevados a las instalaciones de la avenida 7, por cuestiones de hacinamiento, pese a que la obra no estaba terminada.

Los trasladaron entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana. Por las calles de la ciudad todos iban orgullosos cantando el himno nacional rumbo al presidio.

Useche solo pasó tres días en la cárcel y describe este momento como una experiencia aterradora, pues no contaban con los servicios públicos necesarios y no les suministraban alimentos. Entre risas relacionó el caso de un teniente que había participado en la Guerra de los Mil Días, que no pudo contener el llanto al verse tras las rejas.

“Todos lo molestaban, había pasado por la hecatombe de los mil días y lloraba por algo tan insignificante”, apuntó.

Curiosidades en la antigua Cárcel Modelo

En 1940 se jugó un partido de fútbol entre guardias y reclusos como cierre de la semana cultural del centro penitenciario.

No más extraña que el anterior suceso fue la celebración de una boda en las instalaciones de la antigua cárcel. El 24 de septiembre de 1943 en la festividad de Nuestra Señora de las Mercedes (patrona de los reclusos) contrajeron matrimonio el recluso Ricardo Rodríguez Contreras y Josefa Rangel.

En otra ocasión hubo una fuga masiva. 42 presos escaparon por una tubería de aguas negras que pasaba por debajo de la cárcel.

Hernando Moreno* (nombre cambiado), que lleva 22 años como guardia penitenciario, define a la vieja prisión como un lugar que producía terror y pánico no solo por sus instalaciones, sino por los reclusos que purgaban las condenas.
“En ese tiempo caía en la cárcel quién era un matón, alguien realmente peligroso, por eso la gente le tenía miedo. Hoy día se mata por cualquier cosa”, describió.

Moreno calificó de escalofriantes los calabozos de castigo. No tenían más de 30 metros de profundidad y albergaban hasta 10 presos de los 700 que llegaron a estar privados de la libertad. Eran húmedos y oscuros y quien caía por castigo o simplemente porque creía que su vida peligraba en los patios, pasaba hasta seis meses sin ver la luz del sol.

Así lucían las instalaciones de la antigua Cárcel Modelo.

“El 29 de junio ‘Día del guardián’, los reclusos siempre hacían motín, era su forma de celebrarnos la fecha”, fue otro pasaje que trajo a la mente.

De cárcel a Centro Comercial

Siendo presidente el cucuteño Virgilio Barco Vargas, en marzo de 1990, la Modelo fue trasladada a El Salado, bajo la administración del teniente Abel Najar Sanabria.

En 2001, surgió la idea de construir un complejo de locales, el cual llevaría el nombre tentativo de Centro Comercial La Modelo.

Tuvieron que pasar diez años para que este proyecto empezara a materializarse. Hace dos años Cenabastos S.A lo asumió. Se decidió llamarlo Centro Comercial Las Mercedes.

Está previsto abrirlo al público con más 750 locales.

La fachada de la antigua Modelo se conservará, al igual que las dos garitas que dan sobre la avenida séptima al frente del parque Antonia Santos. Quien creería que el lugar que durante mas de 50 años albergó a cientos de criminales y uno que otro inocente, se convertiría en un centro comercial. Las antiguas celdas y pasillos oscuros darán paso a locales comerciales.


La realidad

La adecuación de la antigua Cárcel Modelo tuvo un costo de $ 4000 millones y se hizo posible tras la unión de tres inversionistas, la Alcaldía, Cenabastos S.A. y Retromáquinas S.A.

En abril de 2012, cuando se inauguró el centro comercial Las Mercedes, lo contemplado por la administración municipal y el gremio de vendedores ambulantes era consolidar este lugar como alternativa renovadora de un sector invadido por la informalidad y el desorden.

En 2015, la realidad dista mucho de la visión formulada con optimismo hace tres años y el centro comercial está enclavado en la frontera entre la desilusión por lo incierto del panorama y la obstinada esperanza que la situación mejorará.

La limitada visibilidad de los locales desde el exterior, los insuficientes accesos (para hacer cualquier tipo de adecuaciones en la infraestructura es necesaria la aprobación del Ministerio de Cultura, por ser patrimonio cultural), la escasa afluencia de compradores, la mala fama del sector, la complicidad de quienes compran a los ‘ambulantes’ y la rentabilidad libre de alquiler, servicios públicos e impuestos que ofrecen los puestos callejeros inclinan la balanza hacia la informalidad.

A partir de enero de 2016, con nueva administración, el segundo piso se adecuará para las oficinas de las secretarías de Infraestructura y Bienestar Social. Desarrollo Municipal tiene el despacho aquí, pero se encuentra bajo la misma cortina de polvo que arropa al centro comercial.




Recopilado por : Gastón Bermúdez V.

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