lunes, 24 de diciembre de 2012

306.- HERNANDO RUAN: UNA VIDA DEDICADA AL SERVICIO


La Opinión

Hernando Ruán durante su época como gobernador del departamento.

Como un visionario, un adelantado a su tiempo, califican al ex-gobernador quienes lo conocieron. El servicio desinteresado y la conversación amena, otras de sus cualidades.

El lunes 24 de enero de 2011 una afección cardiaca arrebató de esta vida al ingeniero civil Hernando Ruán.

Tenía 79 años y había forjado una imagen de hombre bueno, servicial, excelente profesional y ser humano ejemplar. Desde su nacimiento, su vida la había encaminado a la ciencia. Amante de las matemáticas y estudiante dotado de una inteligencia sin igual, obtuvo desde temprano grandes reconocimientos en el ámbito académico.

Nació en Pamplona, ciudad en la que obtuvo su bachillerato en el Colegio Provincial. Teniendo claro que lo suyo era la ingeniería, entró a estudiar en la Universidad Nacional de Colombia Ingeniería Civil.

De allí salió graduado con honores, obteniendo el premio Ponce de León, el cual le valió una beca para cursar estudios en el exterior. La Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, fue su próximo destino. Allí se graduaría un par de años después como Magister en Ingeniería Civil.

Amante de la academia, decidió continuar con su formación en Delft, Holanda, donde cursó estudios de especialización en Interpretación  de Fotografías Aéreas y Fotogrametría, así como en Ingeniería Hidráulica. Tiempo después, realizó un curso de Evaluación de proyectos de Inversión del Banco Mundial, en  Washington D. C.

De vuelta al país, inició una trayectoria en el mundo empresarial que le valió ser llamado por el presidente Misael Pastrana Borrero para que ocupara la gobernación de Norte de Santander entre 1970 y 1971.

Esa sería su única incursión en el mundo de la política activa, pero es claro que desde sus columnas en este Diario siempre expuso sus ideas acerca de cómo llevar una ciudad mejor en el campo que más conocía, la infraestructura, las soluciones viales y los mega-proyectos, como el nuevo aeropuerto para la ciudad.

Personas allegadas a su vida lo describen como un hombre de profundos valores, que luchaba por sus convicciones, que alcanzó la realización a nivel profesional y personal y que soñaba con aprender a pilotear un avión, su otra pasión además de la ingeniería.

“Mi papá fue un hombre que siempre tuvo claro lo que quería; tenía un horizonte trazado desde joven y siempre encaminó su vida a lograr eso que alguna vez soñó”, señala su hija Patricia Ruán, quien junto a Mónica, fueron el fruto de su matrimonio con María Isabel García-Herreros Cabrera.

En la ciudad de Cúcuta ocupó importantes cargos en el mundo empresarial, siendo uno de ellos la gerencia de Centrales Eléctricas de Norte de Santander, Cens, cargo que ocupó durante cinco años.
Fue precisamente desde la gerencia de Cens que logró la construcción de la Central Termoeléctrica de Tibú, su sistema de líneas de transmisión y subestaciones.

También, desde Cens, impulsó el Centro Técnico Administrativo de Sevilla; la integración de las empresas de energía eléctrica de Pamplona y Ocaña y la planificación, financiamiento e iniciación de la construcción de las líneas de transmisión Tibú - Cúcuta y Cúcuta Pamplona.

Personas allegadas a la gestión del exgobernador confirmaron que durante su gestión se caracterizó por su honestidad, su lucidez al proponer soluciones e ideas y por su capacidad de adquirir compromisos radicales cuando de su ciudad se trataba. El bienestar de Cúcuta siempre fue un tema de interés para él.

La gráfica fue tomada en 1971 durante el vuelo inaugural del avión “Caldas” de Avianca y en ella aparecen de izquierda a derecha: Daniel Raad Gómez, José Miguel López Calle, Hernando Ruán Guerrero, gobernador de la época, Teodosio Cabeza Quiñones, el mayor ( r ) Manolo Lemus Garbiras, Cayetano Morelli Lázaro y Ramón Cárdenas Silva.

No había un día en el que no estuviera pensando en cómo mejorar aspectos de la ciudad que lo había visto crecer y desarrollarse como profesional. Eran ideas de avanzada, de vanguardia. Fueron precisamente algunas de sus ideas de avanzada, las que dieron origen a varios de los proyectos por los cuales hoy es conocida la ciudad.

El Anillo Vial, entre otros, es uno de los más importantes proyectos liderados por Hernando Ruán. Y uno que se le quedó entre el tintero, pero al cual le dedicó interminables estudios, fue el nuevo aeropuerto para la ciudad.

Los últimos años de su vida los pasó en el seno de su familia, dedicado a la consultoría privada y a la lectura, otra de sus pasiones. “Le gustaba leer biografías. La última que leyó fue la de Nelson Mandela. Le conmovían las historias de personas cuyas vidas fueron ejemplos dignos de imitar”, recuerda su hija Patricia.

Con la muerte de Hernando Ruán no sólo perdió su familia, donde el vacío que dejó su partida será imposible de llenar; también perdió la ciudad pues sus ideas y comentarios lúcidos con relación a las necesidades que tiene la ciudad en materia de infraestructura vial no volverán a aparecer para guiar a los encargados de llevarlas a cabo.

Desde el cielo, de serle posible, trazará una escalera para asegurar que la llegada a ese sitio, inevitable para todos, se dé, de la mejor manera posible.




Recopilado por: Gastón Bermúdez V.


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