Manuel Waldo Carrero B.
Equipo juvenil de béisbol del colegio Provincial de
Pamplona e 1949. (De pie) 2 Alfonso Muñoz, (4) Ciro Casanova, (6) Jorge Reyes y
(7) Marcos Carrero. (De rodillas) (1) Víctor Uribe (2) Alberto Ardila, (3)
Tulio Carrero, (4) Aliri, (5) Maracucho.
No recordamos los números 1, 3 y 5 de pie.
Aunque ahora y desde hace varios años no se juega,
en Cúcuta si se jugó béisbol, y del bueno. Un deporte que se conserva y aún se
juega es el softbol en la cancha Pescadero Colpet.
En el año 1910 llegó a vivir al barrio Carora un
venezolano de nombre Federico Williams y
como allí había un campo donde era el antiguo Cementerio de Carora, que
se empezó a llamar Plaza Deportiva de Carora (donde se jugaba futbol rudimentariamente),
este señor se dio a la tarea de enseñar a jugar béisbol y conformó varios
equipos, que tenían por primera vez la participación femenina con el carácter
de madrinas entre las más bellas estudiantes de los colegios.
Al paso del tiempo, años 40, vino a vivir a esta
ciudad, y aquí jugó y promocionó el béisbol, hasta su muerte, Tomás Arrieta,
técnico de aviación, el famoso jugador barranquillero de quien, después, sus
restos fueron trasladados a Barranquilla y el estadio de béisbol de su ciudad
lleva su nombre. Con él un grupo de beisbolistas volvieron a practicar ese
deporte en la cancha de Carora donde se había iniciado, conformaron varios
equipos y jugaron un torneo.
En 1942, época en que había muchos estudiantes
venezolanos en colegios de Cúcuta y Pamplona se incrementó el auge del juego
del béisbol, que se había iniciado como el segundo deporte de Cúcuta desde
principios del siglo.
Aquí en el Instituto Nariño, fundado en 1943, de
Ramón Cárdenas Silva, en el Colegio San José de León García-Herreros y en
Pamplona en el Colegio Provincial de los Hermanos Cristianos, había internado
lo que facilitaba la venida de los venezolanos, especialmente del Táchira y del
Zulia, siendo su capital Maracaibo, cuna de grandes jugadores.
El mejor equipo era el del Instituto Nariño, casi
siempre campeón de los torneos. Ganó invicto un torneo en 1945, en los Primeros
Juegos Inter-colegiados Departamentales, que se realizaron en Pamplona, y se
distinguieron sus jugadores como campeón bateador Adalberto Fuenmayor, campeón
cátcher Pablo Granados y campeón pitcher Rafael Barrios.
Otros equipos eran el del Colegio San José, el de
los gringos de la Petrolea, el de la “Cumotors”, distribuidora de vehículos,
cuyo propietario y algunos empleados eran muy aficionados, el del Colegio
Provincial de Pamplona, y otros de particulares dirigidos por Gonzalo Girón,
dueño de un taller mecánico, Carlos Ramírez Paris, llamado el Maracucho y más
tarde ‘Trompo Loco’, quien era el mayor impulsador del béisbol con las
trasmisiones por La Voz de Cúcuta y Radio Guaimaral, y se inventaba sus propios
términos; como su famoso grito ¡
y,,,se,,,romaniza…!, cuando el bateador se ponchaba.
En 1947, era el principal deporte en la ciudad, el
que más espectadores traía al estadio y el de más audiencia por las
trasmisiones radiales de “Trompo Loco”, que las iniciaba pregonando “Cuando la
voz de ¨play ball¨ retumbe en el ámbito del General Santander, una nueva era ha
nacido para el deporte nortesantandereano”.
A nombre del consulado de Venezuela, para ese
deporte, Manuel Waldo Carrero Becerra, nacido en Chinácota, donde aprendió a
jugar béisbol con los estudiantes venezolanos del colegio San Luis Gonzaga,
pero por sangre paterna, perteneciente a la colonia venezolana y por su
condición económica, era el encargado de la compra de guantes, bates, bolas,
uniformes, etc. Estas personas también hacían parte de los equipos como
directores técnicos y jugaban los sábados y domingos, desde las nueve de la
mañana.
Había otro campo de juego en los años 50, en el
sitio de Corral de Piedra, de donde tomo su nombre el naciente estadio especial
para béisbol, que había sido de una hacienda de la familia García Lozada, y la
había comprado el Departamento, donde se construyó la Plaza de Ferias y un lote
cercano fue dado en préstamo cuando la gobernación de Miguel García-Herreros para
el campo de béisbol, cuyo encierro se hizo con la marcha del ladrillo traído por
los aficionados.
Aquí se practicó el béisbol hasta cuando Germán
Guerrero Vargas, de la Defensa Civil, con la noticia que Venezuela iba a
deportar 5000 indocumentados solicitó al gobierno permiso para alojarlos allí
transitoriamente; al final, no llegaron ni 100 pero acabó con el campo
deportivo. Así se dejó de practicar el béisbol ahí, cuya liga estaba presidida
por el Doctor Rosendo Cáceres Durán, quien hizo todo lo posible para que
permaneciera este deporte en Cúcuta.
Esta misma liga construyó una nueva cancha en
terrenos de la universidad Francisco de Paula Santander, donde se jugó el
campeonato nacional juvenil. También se jugó en la hoy llamada, Plaza de
Banderas y hasta en las calles de los barrios de Cúcuta, como el Barrio
Popular, donde había un equipo dirigido por un Sr. Hernández que hacía de
pitcher. La madrina era una espectacular morena de ese barrio, que fue el
primero construido como tal en la ciudad, a la que se unía por la vía de la
línea del ferrocarril que pasaba por la estación Rosetal, (donde una vez fue el
matadero municipal), por frente del que después fue Hotel Tonchalá.
En los torneos a veces venían equipos de Rubio, San
Antonio, San Cristóbal, Ureña, y Táriba, y hasta de Maracaibo, de donde eran
los principales jugadores venezolanos como León y Enrique Hoblat, Toro, Villasmil, Mendoza, Negrón,
y otros del llano como Gregorio Gilly, El Negro Grieco, Nereo Hurtado, Guevara,
de San Cristóbal, Manuel Antonio Contreras Carrero, etc… Varios de estos
jugadores también fueron grandes basquetbolistas.
Otros que jugaban cuando venían de vacaciones del
Provincial de Pamplona eran los del equipo juvenil de ese colegio de 1949: Alfonso
Muñoz, Ciro Casanova, Jorge Reyes, Marcos Carrero, Víctor Uribe, Alberto
Ardila, Tulio Carrero, uno llamado Alirio y el Maracucho.
Caso singular era el mocho Moncada que se acomodaba
un guante especial en la mocha y bateaba
con una sola mano.
De Colombia vinieron novenas de Coveñas,
Barranquilla, Cartagena y Medellín e imposible no recordar al que hacía de
“umpire” (árbitro), Eugenio Sandoval Ferrero, ‘Severidad’.
Después del juego, a los equipos visitantes les
gustaba que los llevaran a tomarse unas cervezas y a comer menudencias y pichón
donde la “Turra Petra”, que ayudaba a los taxistas que se ubicaban al frente
del “Salón Blanco” y que también tenían su equipo que ellos llamaban de los
“Blancos”, porque así vestían siempre.
Otros fueron La Tachirense, Buenos Aires, Alfa,
Carora y Piratas quien ganó el torneo petroleros en Bucaramanga, derrotando a
la novena de esa ciudad y a las de Barrancabermeja y Colpet de Tibú.
Luego vino el Estadio General Santander donde se
hizo un convenio para jugar béisbol por las mañanas y fútbol por las tardes;
había muchos aficionados para ambos deportes. Carlos Ramírez París narraba los
partidos de béisbol y gracias a eso este deporte alcanzó gran popularidad y se
conocieron los nombres de los dirigentes y jugadores, tanto locales como
nacionales: como “Petaca” Rodríguez y “Chita” Miranda.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
actualmente donde se juega beisbol en cucuta, tiene algun nombre de alguna escuela
ResponderEliminaren el barrio zulima estan empezando
EliminarEsto me trae bellos recuerdo yo jugué en los equipos de guiaral.que dirija el señor cuberos porra y mi hermano jairo soto recuerdo los equipos de sevillano y el sena
ResponderEliminarEn Cúcuta hay alguna escuela de béisbol para niño de 11 años
ResponderEliminarDonde hay Academia de béisbol acá en Cúcuta??
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