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Almacén de
Tito Abbo
Almacén
LEY
Almacén
Éxito
En la esquina noroccidental de la avenida 5ª con calle
12, a solo una cuadra larga del parque Santander, sobre la avenida quinta, se
construyó la casa que fue bautizada con el nombre de B. Piombino & Cía en
1854 y “20 años después quedó en firme su establecimiento local”. Los primeros
accionistas vinieron del reino italiano: Bartolomé y Miguel Piombino y Pedro de
La Torre. Eran oriundos de Génova, la misma tierra de Cristóbal Colón.
Esa brújula innata de explorar los condujo a la
incipiente Cúcuta convirtiéndose en los primitivos fundadores de esa casona, de
la considerada esquina caliente para el comercio. En sus primeros años se
dedicaron a la importación y venta al mayor y al detal de telas de procedencia
italiana y otros países.
A finales de 1874 cambió el rótulo y se denominó
Chiossoni Bruno & Cía con los aportes de los señores Miguel y Eduardo
Chiossoni con David y Benedicto Bruno. Un tiempo después con la incorporación
de Pedro y Vicente Lagomagiore para quedar con el nombre de Bruno Lagomagiore
& Cía. En 1875 sobrevino el terremoto.
Más allá, de 1890 a 1895 la firma se trasformó en
Lagomagiore & Cía, con esta denominación asumieron la gerencia dos nuevos
socios. Víctor Bisagno y Ricardo Oliva; y ahí el nombre de Bisagno Oliva &
Cía hasta 1902, cuando asumió la gerencia Luis Lelio Reppeto para quedar el
rótulo comercial como Reppeto & Cía y de ahí duró hasta bien pasada la
guerra de los Mil Días. Cuando ocurrió la muerte repentina y extraña del socio
Reppeto, el 15 de abril, tomó la dirección de la casa Eduardo Rivoli. Quedó
registrada, entonces, bajo el nombre de Rivoli & Cía..
En 1924 se asoció el distinguido ciudadano italiano
Tito Abbo, procedente de su residencia de Rubio, Venezuela. El rótulo sufrió
otra metamorfosis: Rivoli Abbo & Cía hasta 1944 cuando fue incorporado uno
de sus dos hijos de nombre Tito. Su otro hijo Guillermo Abbo Fontana se
incorporó a la casa como socio al lado de su padre.
Con estos dos socios la firma quedó llamándose Tito
Abbo Júnior & hermanos. Así se registra en la monografía del municipio de
Cúcuta escrita por Luis Gabriel Castro. Ese negocio tomó tanto prestigio que no
sólo se dedicaban a la venta de mercancía importada, de finas marcas de brandy,
sello rojo, sello negro, vinos franceses, españoles, aceite de oliva italiano,
sombreros, encajes, perfumes, cosméticos, electrodomésticos, sino también que
servía de banco a los prósperos exportadores de café, como lo rememora Héctor
Ibáñez, quien fue gerente de ventas durante doce años.
Hoy (2007) Héctor Ibáñez con 89 años de edad a
cuestas, dice que en esa época la ciudad era pequeña, pero con mucho
movimiento. Donde hoy se levanta el Lecs eran las bodegas de Abbo. Recuerda
Héctor Ibáñez como hoy, ese 1 de julio de 1957, cuando el rótulo volvió a caer
y fue remplazado por las tres letras del primer dueño Luis Eduardo Yépez, LEY.
Ese fue, también, un gran acontecimiento. Aunque el almacén de cadena adquirió
el local con toda la mercancía, cinco años después, marcó el hito de ser el
primer supermercado de Cúcuta de autoservicio.
Esta fotografía
corresponde al cóctel celebrado con motivo de la inauguración de Almacenes Ley
de la avenida quinta, hoy Éxito. Esta era una de las edificaciones más bellas
de la ciudad para la época y era de propiedad de don Tito Abbo. A la
celebración asistieron importantes personalidades de la gobernación, de la Diócesis,
del comercio y de la banca. En ella recordamos de izquierda a derecha: Amílcar
Vergel Cabrales, Ricardo Mendoza, Sixto Jaramillo C. y Luciano Jaramillo C.,
entre otros
Allí permaneció Don Héctor sólo seis años porque alzó
“tolda” aparte en la calle 11 con avenida 5 esquina, donde hoy es Davivienda.
Abrió su propio almacén, “Tony” que permaneció al servicio dos décadas hasta
que decidió irse al buen retiro, pensionado.
Daniel Hernández laboró en el LEY desde 1959, dos años
después de estar funcionando, hasta 1964. Después se convirtió en socio del
almacén La Corona, a pocos pasos del LEY, sobre la avenida quinta, y hoy es su
propietario y gerente. Empezó como jefe de bodega y terminó como sub administrador.
“El LEY adaptó la estructura que era de un solo piso a supermercado, porque
antes eran por secciones con vendedoras”.
El almacén sufrió dos incendios: uno, el 11 de julio
de 1965 y el otro, el 3 de marzo de 1988 a las 8:03 minutos de la noche
arrasando con las instalaciones. Además el domingo 17 de mayo de 1992 fue
objeto del terrorismo y una bomba volvió a “borrar” la fachada.
“Don Julio” (festejo de aniversario) cumplió la misma
edad del almacén, 50 años, y a comienzos, Hernán Berrío Cadena, un inquieto
trabajador que también salió pensionado, encarnó esa figura que lucía sombrero
negro y smoking. Berrío Cadena se defiende hoy en día con su negocio de
llaveros, agendas, gorras, tapetes y demás prendas publicitarias.
Ibáñez recuerda que la vez que los representante de la
cadena LEY brindaron dijeron una frase muy sabia que hoy recobra vida: “Que el LEY
sea todo un éxito”. Y así, cinco décadas después, viernes 6 de julio, la otrora
casa de la esquina de la avenida quinta con calle 12, que dio albergue a
famosos negocios volvió a cambiar de rótulo: EXITO.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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