Johanna Campo Becerra
La
Bagatela vista actual
Sirvió de Casa de Nariño y a la vez de Capitolio
Nacional, porque en el siglo XIX la Bagatela, en Villa del Rosario, tenía dos
pisos y cumplía la misión de albergar al Gobierno y al Congreso.
Detrás de ese telón histórico y político, la casona de
mediados del siglo XVIII guarda parte del pasaje de una estrategia de
desprestigio contra el precursor Antonio Nariño.
Al pasar en carro o en bus por aquel lugar, en el siglo
XXI muchos no saben que en esa casona blanca estuvieron Simón Bolívar,
Francisco de Paula Santander y otros héroes de la historia patria.
En el testamento del general Pedro Fortoul, primo de
Santander, aparece como de su propiedad una casa localizada donde está
Bagatela. La mitad era de tapia y el resto de bajareque y teja. Cuentan los
relatos que allí funcionaba una tienda y
que allí nació el militar rosariense, el 27 de mayo de 1780.
Acelerando el paso de las manecillas del reloj, hay
que saltar al Congreso de Angostura (Venezuela), el 17 de diciembre de 1819,
cuando se determinó el surgimiento de la Gran Colombia (Colombia, Ecuador y
Venezuela), con capital en Villa del Rosario.
El vicepresidente Juan Germán Roscio emitió un decreto
el 20 de noviembre de 1820 para dar la orden de traslado del Gobierno a Villa
del Rosario, para que el Congreso Constituyente iniciara sesiones a partir del
1 de enero de 1821.
Luego de mirar aquí y allá en búsqueda del sitio
adecuado para el montaje del Palacio de Gobierno, se hizo contacto con María
del Carmen Ramírez, quien facilitó la
casa que hoy se conoce como La Bagatela. Para esa época era de dos plantas.
Después de ser destruida por el
terremoto del 18 de mayo de 1875 cambió su estructura, siendo la de hoy absolutamente
distinta a la gran casona bicentenaria.
Ocurrió que llegó la fecha para iniciar la
Constituyente, pero muchos de los congresistas no llegaron. Roscio motivó a los
habitantes del poblado diciéndoles que será recordado por materializar el sueño
de Bolívar de fusionar a tres naciones en una.
Después de esa acción política ocurrida el 15 de
febrero de 1821, Roscio permaneció en Villa del Rosario para poder instalar el
Congreso. Sin embargo, hubo un giro inesperado.
En la zona se desató una epidemia de fiebre amarilla
que les arrebató la vida a muchas ilustres figuras. El 10 de marzo de 1821 la
enfermedad se llevó a Juan Germán Roscio. El mismo destino fatal le esperaría a
otro vicepresidente enviado por Bolívar.
Era Luis Eduardo Azuola y Rocha a quien la fiebre también llevó a la tumba.
Otro vicepresidente
Otra carta que se jugó Bolívar para llevar a feliz
término el Congreso Constituyente de 1821, fue la del precursor Antonio Nariño,
que acababa de salir de la cárcel.
Le dio el título de vicepresidente de la Gran Colombia
y lo despachó para estas tierras, a donde llegó el 27 de abril de 1821.
En mayo firmó un decreto en el primer piso de La
Bagatela para que en la segunda planta de esa vivienda empezara a deliberar el
Congreso de la Gran Colombia. Así lo hizo porque ya en esa localidad estaban 57
diputados y los ministros de Relaciones
Exteriores y de Gobierno.
El seis de dicho mes, los legisladores se fueron hasta
el Templo Histórico a la misa del Espíritu Santo para la instalación del
Congreso de la Gran Colombia.
En la villa hubo celebración durante tres días. El
alborozo patrio se tomó a los barrios que la formaban: El Rastrojo, Sogamoso,
Bochalema, El Pueblito, El Tamarindo y Los Ejidos, que es donde se levantó el
Villa del Rosario actual.
Sobre las sesiones de la corporación, el historiador
Luis Gabriel Castro en el libro La capital de la Gran Colombia, reseñó que se
hacían en la segunda planta de La Bagatela, entre las 9:00 de la mañana y las
2:00 de la tarde.
Otro episodio que vigorizó la importancia histórica de
la edificación es aquél correspondiente a septiembre de 1821 cuando se designan
como presidente y vicepresidente de la Gran Colombia a Bolívar y Santander y el
2 de octubre determinó que al otro día se posesionaran.
Historiadores han dejado en claro que La Bagatela
rosariense no tiene nada que ver con el periódico antimonárquico que dirigió
Nariño. Allí se hizo fue la Gaceta Oficial de la Gran Colombia, donde se daba a
conocer todo lo relacionado con el Congreso que deliberó allí.
¿Nariño el acosador?
Antonio Nariño se cruzó con ‘la viuda’ inglesa Mary
Courthope Ballard, que vivió con James Towers English, un militar británico que
ayudó a reclutar soldados ingleses para luchar en el Ejército Libertador
comandado por Bolívar.
De grandes ojos oscuros enmarcados por unas cejas
perfectas sobre un cutis blanquísimo, rostro angular del cual se destaca su
bella nariz y una boca con labios harto sensuales, busto generoso y cintura
pequeñísima, es la descripción que de la
dama inglesa se hace en el libro Nariño y el caso de la viuda inglesa, de Juan
Vitta Castro.
A English, en Margarita (Venezuela) la fiebre amarilla
lo derrotó y llevó al lecho de muerte el 26 de septiembre de 1819. Mary quedó
en tierras americanas desamparada y haciendo reclamos de millonarias
indemnizaciones.
Nariño, con su natural bondad, accedió de inmediato a
recibirla y hasta alojarla en su propia casa, sin sospechar siquiera que de
todo esto se generaría un episodio de intento de seducción forzosa y de chantaje
a la bella mujer, como lo escribió Vitta.
Al más alto funcionario de la Gran Colombia la inglesa
vino a pedirle la indemnización por la muerte de su marido, el pago de los
sueldos atrasados que el Ejército Libertador le debía y la pensión.
De Nariño, Mary recibió un no, puesto que los asuntos
relacionados con la economía y manejo de dinero los manejaban otras esferas
gubernamentales que se encontraban asentadas en Santafé, muy lejos de esta
tierra.
Al salir del despacho de La Bagatela, ella se fue a
buscar al general irlandés John Devereux. Resulta que por toda la villa y la
Gran Colombia se empezó a correr la versión de que a Nariño se le fue la mano
con la inglesa.
“Al más caro de nuestros próceres se le pretende
inventar una aventura senil con una vieja pedigüeña que reclama, detrás de los
ejércitos libertadores y de los primeros congresistas, una pensión como viuda
de un soldado de fortuna que acompañó, sin pena ni gloria, a los ejércitos del
Orinoco y de Apure”, se lee en el escrito del presidente Alberto Lleras
Camargo, que leyó en la sesión solemne de la Academia de Historia del 9 de
abril de 1965, en el Teatro Colón de Bogotá.
Y a tal extremo fueron llevadas las cosas que hasta
Devereux retó a Nariño a una especie de duelo por haberle faltado al honor y al
respeto a su paisana viuda. “Era con sorpresa, mezclado con sentimientos de
indignación que he sabido de la extraña y sin igual conducta de su excelencia, insultando la
señora viuda del general English”, le escribió el irlandés, en tono indignado.
La explicación de Antonio Nariño sobre lo ocurrido
aparece en una carta que le enviara al Libertador Simón Bolívar:
“Una señora inglesa que dice ser la viuda del general
English y que después de haber vivido en mi casa con un coronel inglés que la
acompaña, ha querido que se les pague la casa y se les de dinero a carretadas;
ayer me saltó nuevamente y le contesté el estado en que estamos, añadiéndole
que todo el mundo notaba aun el que le pagara la casa, pues estaba viendo que
continuamente compraba y mantenía porción de caballos, lo que no denotaba una
gran miseria”.
Al considerar una falta de respeto contra la
institucionalidad, Nariño mandó a encarcelar a Devereux, diciendo que lo iba a
enjuiciar para que sirviera de ejemplo y le “quite la gana a estos aventureros
de venirnos a tratar como tratan a sus colonos de las indias orientales”.
El cierre del episodio
La
Bagatela vista antigua
Cuatro párrafos tomados del libro Nariño y el caso de
la viuda inglesa, sintetizan el cierre de este oscuro pasaje.
-En el Congreso Constituyente Devereux tenía un
poderoso grupo de aliados como don Pedro Gaul, don Vicente Azuero y don Diego
F. Gómez, entre otros. Ese bloque quiso
enlodar el nombre de Nariño, haciendo correr la especie de su falta de respeto
hacia la viuda English, hecho que, por las pruebas, jamás existió.
-En todo caso para el Precursor que socavó su precario
estado de salud. Esto se sumaba a los ataques contra sus ideas y contra todo lo
que llegó a proponer. Nariño presentó su renuncia a la Vicepresidencia y
emprendió su último viaje hacia Villa de Leyva.
-La viuda Mary English logró que la deuda le fuera
reconocida, aunque no pagada y obtener reconocimiento en la sociedad inglesa.
-Después de haber estado en Londres, la mujer regresó
a estas tierras terminando convertida en ama de un par de haciendas
‘Pescadero’, en vecindades de Cúcuta, dedicadas al cultivo de cacao.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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