miércoles, 4 de diciembre de 2013

488.- CUCUTA TENDRA SU SANTO?



La Opinión-Cúcuta/El Universal-Cartagena/Revista Semana




El proceso a la beatificación y posteriormente la canonización del padre García-Herreros, es una gran noticia para Cúcuta, y se convierte en motivo de orgullo pues 86 de los 90 obispos del país votaron a su favor para que iniciase el camino de la santificación.

"Fue un hombre extraordinario que dedicó su vida a servir a los más necesitados", así lo aseguró el cardenal Rubén Salazar.

El sacerdote cucuteño se convierte entonces en el tercer colombiano en iniciar el camino para ostentar bien el título de santo o de beato, categorías que la Iglesia reconoce a quienes han seguido no solo el ejemplo de Cristo sino que se hacen partícipes de algunos de sus dones.

Por ahora la iglesia seguirá haciendo un riguroso examen a su vida, su reputación, sus escritos, sus virtudes y posteriormente verificará sus milagros.

El padre Rafael García Herreros nació en Cúcuta el 9 de enero de 1909. Sus padres fueron el general Julio César García Herreros Orbegozo y María Unda Pérez.

Hizo sus primeros estudios en el colegio de las Hermanas de la Presentación, de donde pasó al colegio Provincial. Así transcurrieron los primeros 14 años de su vida en Cúcuta.

El 3 de febrero de 1923 fue presentado por su padre en el Seminario Conciliar de Pamplona. En noviembre de 1927 terminó sus estudios en el Seminario Menor.

El 25 de enero de 1928 recibió una carta del eudista Luis Pérez Hernández, invitándolo a que ingresara a la comunidad. Desde esa época inició estudios en filosofía, latín, griego, inglés, ciencias, historia, eclesiástica y exégesis de la Biblia. Desde febrero de 1931 hasta 1943 adelantó estudios de teología, dogma, moral, hermenéutica, derecho canónico, hebreo, arte, liturgia, ascética y pedagogía.

Se incorporó a la comunidad Eudista el 7 de febrero de 1932. Recibió las dos últimas órdenes menores el 23 de septiembre de 1933. En noviembre del mismo año se le concedió el subdiaconado, y en marzo de 1934 la ordenación diaconal. El 19 de agosto de 1934, en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, en Bogotá, recibió la ordenación sacerdotal de manos del entonces Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Giobbe.

Los primeros diez años de sacerdocio los dedicó a la formación de sacerdotes, en los seminarios de Santa Rosa y Jericó (Antioquia), Mérida (Venezuela), Cartagena, Pamplona (Norte de Santander), San José de Miranda (Santander) y Cali, en las cátedras de filosofía, latín y griego.

El 10 de octubre de 1950 se trasladó a la casa general de los Eudistas en Roma, al ser admitido como estudiante de filosofía en la Universidad Gregoriana.

El padre Rafael García Herreros fue un sacerdote eudista movido por el amor a Dios y a los hombres. Se comprometió en su anhelo por lograr la promoción integral de los menos favorecidos.


Esta fotografía corresponde a la reunión social organizada para celebrar las Bodas de Oro del matrimonio García Herreros- Unda el 14 de octubre de 1955. En ella recordamos de izquierda a derecha a: Luis Unda Ferrero, el padre Rafael García Herreros, Beatriz Cabrera, Miguel García Herreros Unda, Ana Elvira García Herreros Unda, Luis Felipe Ramón, Julio García Herreros Orbegozo, Julio García Herreros Unda, María Unda Pérez, Gisela Ramírez Lares, Antonio García Herreros Unda, y Matilde Garcia Herreros de Perez.

En noviembre de 1961 organizó el Banquete del Millón en donde comprometió a gobernantes, reinas de belleza, políticos, personalidades nacionales. A este evento, asistieron la mayoría de los presidentes de la República, desde Alberto Lleras Camargo hasta Belisario Betancur.

Además de los barrios El Minuto de Dios extendió sus acciones al Instituto de Desarrollo de las Comunicaciones (Indec), a la Corporación Minuto de Dios, la programadora de televisión Lumen 2000, la editorial, el centro carismático Minuto de Dios, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, la Corporación Ejecutiva Minuto de Dios, emisoras Minuto de Dios, la Fundación de Asesoría Rurales, la Corporación Industrial Confecciones Minuto de Dios.

Vivió un corto tiempo con los indios motilones del Catatumbo en Caño Brandy, a quienes evangelizó y enseñó mejores formas de vida.

Falleció el 24 de noviembre de 1992, mientras se celebraba el Banquete del Millón en el Salón Rojo del Hotel Tequendama. El ‘Tele’ Padre, como se le conocía, frecuentaba a Cúcuta, y en su tierra natal también dejó huellas con sus programas.

Su obra

A su trabajo de predicación a través de los medios de comunicación se sumó su constante esfuerzo por recoger fondos para dar casa a los más necesitados, institucionalizando para ello el Banquete del Millón, una idea con verdadero sentido social con la cual logró regalar un techo a miles de familias colombianas sin recursos. En Cúcuta y en Bogotá fundó las ciudadelas El Minuto de Dios, además de la corporación que lleva el mismo nombre y cuyo faro de guía sigue siendo la doctrina que predicó hasta el fin de sus días, en 1992, el padre García Herreros.

En Cúcuta, sagradamente se realizaba, a réplica del original, el Banquete del Millón, además de mantener en el departamento programas de asistencia social dirigidas a comunidades marginadas del Catatumbo.

Sus posiciones despertaron también una que otra polémica: en 1955, cuando se mostró a favor de la pena de muerte; en 1968, cuando invitó a la actriz francesa y símbolo sexual Briggitte Bardot a hacer el ‘escándalo del bien’ en el Banquete del Millón; o a principios de los años noventa, con su intervención mediadora con el narcotráfico, cuando sostuvo conversaciones con Pablo Escobar.

Desde ya, todos hacemos votos para que este cucuteño logre la santidad, pues como bien lo describió su biógrafo,  el padre Diego Jaramillo: “Quizá ningún otro colombiano de la generación actual pueda mostrar tantas realizaciones concretas de lo que un día se tildó de utópico. Parece que sus obras hubieran sido regalo de Dios para confundir los prudentes cálculos de los hombres”.



Molestia de la Conferencia Episcopal en algún momento

“Una cosa es hacer un llamado a la conversión y al arrepentimiento, invocando la misericordia de Dios, y otra muy distinta es presentar a un delincuente responsable de muchos crímenes y del gravísimo daño hecho al país, como si fuera ejemplo del hombre bueno”.

La frase es de Monseñor Pedro Rubiano Sáenz, entonces presidente de la Conferencia Episcopal, quien de manera pública dejo constancia de su profunda molestia por las actuaciones del sacerdote eudista Rafael García Herreros en relación con Pablo Emilio Escobar Gaviria.

El jefe del cartel de Medellín recién se había fugado de La Catedral, cuando el Gobierno decidió trasladarlo de sitio de reclusión al constatar que allí seguía cometiendo crímenes. El sacerdote utilizó su programa para decir que era un “hombre bueno”.

Monseñor Rubiano dijo en la misiva que García Herreros estaba “desorientando a la opinión” y “sembrando dudas sobre lo que debe ser el ideal de comportamiento de la vida en comunidad”. “Es lamentable que usted, que ha sido admirado por su severidad y claridad de pensamiento, esté al final de una vida meritoria sembrando desorientación y esparciendo dudas sobre lo que debe ser el ideal del comportamiento y de la responsabilidad en relación con la vida en la comunidad, con el país y con la humanidad”, añadió.

Esta carta es una de las piezas que han recobrado quienes se muestran sorprendidos por la decisión de la Iglesia Católica de buscar su canonización. Aunque alaban las obras del sacerdote -recordado por su obra y, especialmente, por su espacio de tres minutos diarios en el ‘Minuto de Dios’ en horario triple A- se preguntan si será factible que el Vaticano lo eleve a la categoría de Santo.

Previo a este hecho, el sacerdote apareció varias veces en televisión con la sorpresiva sentencia de que “don Pablo era un hombre bueno”. Esto ocurría en momentos en que el país vivía una de las etapas más dolorosas de su historia por cuenta de los atentados con carro bombas, puestos especialmente en los lugares más concurridos.

Ya durante la estadía del capo en la cárcel La Catedral en Envigado (Antioquia), García-Herreros lo confesaba y oraba con él. Cuando Escobar escapó de la cárcel el 21 de julio de 1992, el padre García le pidió por los medios de comunicación que se entregara de nuevo y le ofreció al gobierno servir otra vez como mediador.

Algunos analistas lo defienden porque consideran que sin su mediación hubiera sido imposible alcanzar hechos positivos. Se recuerda, por ejemplo, que fue pieza fundamental en la liberación del entonces periodista de El Tiempo, Francisco Santos, y de Maruja Pachón (hermana de Gloria Pachón, viuda de Luis Carlos Galán) en 1991 por los consejos que le dio al jefe del Cartel de Medellín.

Sobre estos hechos, el cardenal Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, aseguró en el anuncio de la canonización que la supuesta amistad entre García–Herrero y Pablo Escobar tenía como único propósito frenar la ola de sangre que agobiaba al país en esos momentos  (pero la posición de la Conferencia Episcopal fue muy diferente en 1992). De todas formas opina que en la Conferencia Episcopal aprobaron unánimemente que se iniciara el proceso porque pensaron que, indudablemente, el padre García-Herreros fue un colombiano extraordinario. Él exaltó, por ejemplo, su pobreza. Manejó millones de pesos y sin embargo murió en la absoluta pobreza. Era un hombre que sabía que el dinero era para servir a los demás y no para apropiárselo. Considera que el padre García-Herreros es un ser humano fascinante, pero también están conscientes de que hay cosas un poquito oscuras, o no tan claras, como su famosa relación con Pablo Escobar. ¿Qué significó verdaderamente esa relación? ¿En qué sentido el padre logró una amistad, entre comillas, con Escobar? Piensa que el mismo proceso que se ha iniciado servirá para aclarar esos puntos oscuros y para ver cómo, incluso en esos episodios, él actuó movido por el amor de Cristo, arriesgando tal vez muchas cosas, pero movido siempre por la búsqueda del bien común.

En otros sectores de la iglesia católica se afirma que el sacerdote también es recordado por otras obras que realizó y que son las razones para el inicio de su beatificación.

En 1947, construyó un barrio para los pobres en Cali con el aporte de 100.000 familias adineradas y con la venta de algunos de sus escritos. Años después creó el barrio El Minuto de Dios en Bogotá, después de que le donaran esos terrenos.

Estas diferentes facetas de García–Herreros podrían hacerlo santo. Pero, para ello la Sede Apostólica debe constatar los milagros del padre que se relacionó con Pablo Escobar. 

Una Huella Santa

Cuenta Juan Pabón Hernández: ¨Cuando Miguel García Herreros Unda, José Antonio Rubio, Leonardo Molina Lemus y yo íbamos en mi Renault 4 a la Academia de Historia, en juiciosa constancia, animados por una interesante mística intelectual, conversábamos de todo un poco, cada uno desde su estilo: el que menos hablaba era yo, por supuesto, porque tenía mucho que aprender de ellos.

El recuerdo viene al caso por la magnífica propuesta de la conferencia episcopal, de desarrollar el proceso de santidad del Padre Rafael García-Herreros Unda. En diversas ocasiones, el Dr. Miguel, con su voz ahuecada y ronca se refirió a él como un santo en potencia, contando cosas y detalles de tantos de esos que lo hicieron patrimonio humanístico de la región primero y, luego, de la nación.

Quizá todo el mundo los sabía, porque la actitud generosa y dedicada del padre Rafael a la caridad cristiana, ora en actos de misericordia hacia los pobres, ora en defensa de la etnia motilona, en fin, siempre dispuesto a darse completamente al servicio a los demás, esa actitud, se había convertido ya en un eco nacional como el mayor ejemplo de la solidaridad. Pero en la voz del Dr. Miguel  se escuchaban mejor.
 
Y yo asocio esa propuesta episcopal con la simpleza de santidad que anunció San Josemaría Escrivá de Balaguer: cada uno de nosotros, desde su espacio, desde su trabajo y desde su relación con los demás, puede serlo; claro que el padre se pasó, y corresponde a niveles más meritorios que los que cualquiera de los mortales, tan frágiles a lo mundano, podemos alcanzar.

El Minuto de Dios es una huella majestuosa en la historia de la caridad, con todas las proyecciones que generó, la universidad y las instituciones; se sembró en el alma de los colombianos, tan profundamente, que el eco de la voz de su fundador, tan ahuecada y ronca como la de su hermano Miguel, aún se escucha por los rincones de la patria y se cobija en cada una de las casas de los pobres de Colombia: esa es la esencia de su santidad¨.


Avanza proceso de beatificación

La Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano aceptó a Silvia Correale como postuladora de la beatificación del padre Rafael García Herreros, fundador de “El Minuto de Dios”. 

Así lo dio a conocer el Provincial de los Eudistas del Minuto de Dios, que informaron que la aceptación de Correale como postuladora se da a un día del natalicio del padre García Herreros, que es el domingo 17 de enero de 2021, cuando cumplió 112 años de su nacimiento. 

La solicitud de su beatificación comenzó en Colombia en el 2013, proceso que ha contado con el apoyo del embajador de Colombia ante la Santa Sede, Jorge Mario Eastman. 

La obra emblemática del sacerdote fue la fundación de “El Minuto de Dios” y sus mensajes y enseñanzas recopilados en 33 volúmenes y en el Museo Rafael García Herreros, que lo llevarían a ser considerado por la Iglesia Católica como un ejemplo para los colombianos y los cristianos. 

Dentro de los años 2014 a 2018, el Tribunal de la Causa recibió y estudió los documentos y testimonios sobre la vida, obra y virtudes del padre García Herreros, documentos que ya los tiene Roma. 

La fase romana de beatificación del sacerdote la impulsa Correale, abogada argentina y doctora en derecho canónico, que también fue la postuladora para la canonización de la primera santa colombiana, la madre Laura Montoya.


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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