somoslarevista.com / Juan
Pabón Hernández
El 30 de diciembre de 2012, la recién pintada capilla
de “La Milagrosa”, estaba especialmente
decorada con jarrones dorados y anturios rojos. La Eucaristía, oficiada por el
sacerdote Juan Ignacio Latorre Chacón,
con 52 años de ejercicio pastoral, fue muy alegre hasta que con nostalgia contó
el impacto recibido después de 10 años de estar oficiando en la capillita, y se
enteró a través de los medios de comunicación, que por “viejo”, sería enviado
como confesor de la Catedral.
La noticia no gustó ni a fieles ni al sacerdote. Los
primeros aducen que se sienten a gusto en la misa oficiada por el Padre
Latorre, a quien han seguido en distintos lugares a donde lo han enviado porque
se ha convertido en el amigo y consejero de todos. El segundo porque cuando
llegó por primera vez a “La Milagrosa” hace 10 años, no iban sino como 10
personas a misa y poco a poco fue ganando a sus feligreses quienes diariamente copan
la capacidad del pequeño templo.
Conversamos con los protagonistas de la noticia y la decisión tomada por la curia diocesana de
Cúcuta, cayó como un “balde de agua fría” entre los fieles que día a día
asisten a la Eucaristía en la hermosa capilla. “El padre nos manifestó que es
decisión del obispo de la Diócesis de Cúcuta, Julio Cesar Vidal, trasladarlo a
la catedral San José para que se desempeñe como confesor. Sin embargo, él no se
quiere ir y la comunidad que asiste diariamente a sus celebraciones eucarísticas
teme que se pierda el trabajo ejecutado”, es el decir de quienes asisten. De
igual manera, el sacerdote dice que acatará a decisión de su Obispo pero que le
gustaría quedarse hasta que sus fuerzas fallen, acompañando y guiando a su
grey. Aseguró que no se siente ni enfermo ni viejo y que el cambio a la
Catedral como confesor si puede afectar su salud por su reciente neumonía.
Por su parte, Monseñor Julio César Vidal sostiene que
la decisión está tomada y que “es normal que la comunidad se resista y que el
sacerdote se encuentre amañado y no se quiera ir, pero en la Catedral estará
bien atendido y lo necesitamos allí”, adujo el Obispo.
Ante la noticia que al parecer no tiene regreso,
comenzaron a recoger firmas para solicitar la revocatoria de la decisión.
Muchas personas mostraron su inconformidad y dijeron, no volverán a la capilla
de “La Milagrosa” en protesta por la forma como el sacerdote recibió la noticia
a través de los medios la cual les pareció ofensiva, aduciendo, lo sacaran con
el argumento de que es “viejo”.
Lo cierto es que el Padre Latorre ya no permanecerá
como sacerdote de “La Milagrosa”, a no ser que a Monseñor Vidal se le ablande
el corazón y decida dejarlo una temporada más como es el querer de los fieles
quienes diariamente a asisten a la Eucaristía. En su reemplazo fue asignado el
padre Onofre Peñaranda, quien según el Obispo es un honorable escritor, más
joven y quien seguramente podrá atender mejor a los fieles que asisten a la
capilla.
Juán Pabón Hernández haciéndose eco de los feligreses
solicita una reconsideración a la decisión:
Aún recuerdo la vieja capilla de Las Vicentinas, con
su almacén vecino del voluntariado de damas, tan juiciosas; entonces, así se
concentraba la labor pastoral: en la actividad misionera de las monjas y el
trabajo dedicado de sus benefactoras.
Capilla La
Milagrosa, Esquina Av. 1ª calle 15, barrio La Playa
Lo que no recuerdo es cómo se produjo el cambio y se
dedicó a la Virgen de la Medalla Milagrosa: quizá porque comencé a asistir a
misa allí cuando trasladaron al padre Juan Ignacio Latorre. Lo había conocido
antes, en otras parroquias, como en Guaimaral, por ejemplo, con su clásica
manera de conducir a la feligresía y un comportamiento amable y generoso en su
atención a la gente.
Debo comentar que su forma de vestir, clásica también
y muy de acuerdo con su condición de pastor, además de su conducta sosegada y
siempre servicial, atrajeron a muchos. Porque a los fieles nos agradan los
sacerdotes que conservan esa dignidad, tanto en la forma como en el fondo.
Entonces comenzó a crecer la capilla y se fue
proyectando como un sagrado recinto para la devoción a la santísima Medalla
Milagrosa, y la gente fue ayudando y todos estábamos contentos, porque la
sensación de visitar el santuario nos dejaba constantes aportes de
espiritualidad, sencillos, sin tantos aspavientos, así como es el padre.
El padre Juan Ignacio Latorre Chacón
(foto 1967), hermano de Humberto Latorre Chacón ex-gobernador del Departamento.
Ahora me entero de que ha sido trasladado como
confesor a la Catedral de San José; la verdad, no me parece justo, porque se
subvalora así una entrega de tantos años al ejercicio de su apostolado y, en
especial, la gran obra realizada por el padre Latorre.
Si el voto de obediencia es obligatorio, también lo es
el de reconocer su condición de ejemplo sacerdotal, por cuanto tiene aún mucho
para dar a sus fieles. Con gran respeto por el obispo y por todos los órdenes
de dirección diocesana, me convierto en eco de la pena de todos los asistentes
a la Medalla Milagrosa, para solicitar una reconsideración. Es distinto con los
otros traslados, con sacerdotes que todavía están en disponibilidad para ir y
venir: pero con el padre Latorre hubieran podido darse las opciones y las
excepciones para dejarlo continuar su maravillosa labor.
Lamentablemente no fue posible revertir la decisión, y una vez cumplida la fecha establecida el padre Latorre hubo de dejar la capilla de la Santísima Medalla Milagrosa.
Nota.- El Padre Juan Ignacio Latorre Chacón nació en Pamplona, estudiando su secundaria en el Seminario Menor y ordenándose de sacerdote en Teología y Filosofía en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino de dicha ciudad el 28 de febrero de 1960. Falleció en Cúcuta el 15 de agosto de 2017.
Lamentablemente no fue posible revertir la decisión, y una vez cumplida la fecha establecida el padre Latorre hubo de dejar la capilla de la Santísima Medalla Milagrosa.
Nota.- El Padre Juan Ignacio Latorre Chacón nació en Pamplona, estudiando su secundaria en el Seminario Menor y ordenándose de sacerdote en Teología y Filosofía en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino de dicha ciudad el 28 de febrero de 1960. Falleció en Cúcuta el 15 de agosto de 2017.
Recopilado
por: Gastón Bermúdez V.
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