sábado, 18 de enero de 2014

510.- CRISIS, EL TEMA FAVORITO



Alvaro Hernández V.

Que vaina con el mismo temita de siempre,  que se nos volvió costumbre desde  tiempos remotos cuando la moneda venezolana no fue más. Nos caracteriza una constante quejadera y nos encanta pronunciar la palabra crisis sin darnos cuenta del poder que tiene la palabra; si el colectivo tiene este tema como su lema principal,  pues la verdad es que siempre atraeremos la crisis;  ¿por qué no aprendemos de otras culturas y de otras regiones que así tengan el agua al cuello siempre confiesan que están bien, cada vez mejor?

Hay una crisis terrible en Cúcuta, esto esta jodidísimo, no hay nada que hacer es lo que siempre escuchamos, pero no nos damos cuenta después de tantos años que Cúcuta no  está en crisis, los que estamos en crisis somos nosotros, ciudadanos conformistas, pasivos, envidiosos y egoístas que no pensamos en el bien común si no en el particular, ¿acaso nos importa lo que al de al lado le pase? ¿Acaso hemos tenido o ha surgido un liderazgo fuerte, capaz e influyente, no  importa del sector que salga pero que oriente sobre el camino a seguir?  Cómo debemos actuar, qué debemos hacer, qué planes de contingencia se pueden establecer, en fin y me cuesta decirlo, como lo hacen los paisas; lo que hemos hecho es andar como islas quejándonos y quejándonos y desde entonces no hemos cambiado la actitud ni nuestro modo de pensar, somos una región que no sabe para dónde va, que no tiene claro lo que quiere  y en la que cada quien busca su propio protagonismo.

En la visita del presidente casi le salimos a deber  con todo lo que mencionaron sobre  enormes cifras de dinero que él había enviado a la región. No, no es así,  nosotros no  tenemos por qué agradecer lo que por derecho propio nos pertenece;  que es eso de dar gracias y gracias, no señor eso es poquito para lo que nos deben. Esta ha sido una región maltratada, olvidada y explotada en sus épocas doradas y mucho dinero salió de aquí en divisas para invertirlas en otras regiones; no señor el gobierno nacional está en deuda por muchísimos años con Cúcuta y el norte de Santander. Que no se le olvide al gobierno central que la nación está en deuda creciente con Cúcuta, ciudad que ha tenido una carga social muy grande. O nadie le dijo al presidente que mirara por la ventanilla del avión cuando sobrevoló Cúcuta, la mano de invasiones y rancherías que conforman nuestra ciudad? Casi un  70% del área de esta capital está poblada por habitantes del estrato uno; nadie le dijo que esos asentamientos estaban habitados por colombianos de distintas regiones de Colombia que llegaron con su pobreza a cuestas y a recostarse y que la responsabilidad la teníamos nosotros. Nadie le dijo que las  3000 viviendas es poquito para la carga social que tiene este municipio con gente que  no es de aquí.  Definitivamente mientras no estemos claros, con una sola voz, un solo criterio, y con proyectos claros que no sea siempre lo mismo, nunca saldremos de la crisis. 

Acaso alguien ha convocado a los estudiantes de colegios y universidades, donde están las ideas frescas, la creatividad, la innovación a que aporten sus ideas? En tiempos de crisis, nos quedamos en lo mismo, vendiendo ropa y zapatos, zapatos y ropa, no diversificamos ni convocamos para ver dónde están las ideas que traerían las posibles soluciones; fíjense,  los santandereanos en pocos años crearon un proyecto turístico que hace poco ni imaginaban generando hoy para la región grandes dividendos por turismo; qué ofrecemos nosotros en ese sector tan atractivo para cualquier ser humano? Nada, Cúcuta no tiene nada que ofrecer al visitante o es que, ¿acaso hay ideas y proyectos turísticos de beneficio para la región?  Seguimos en la misma, que el bolívar, que los almacenes tienen que cerrar, que las fábricas no dan más.

Acaso hemos sido innovadores? Acaso tenemos precios competitivos?; no creen ustedes que la crisis está es en nosotros? Como es posible que aquí, una ciudad perdida en los confines valga la propiedad raíz casi igual que en Miami. Los precios de los restaurantes son iguales a cualquier restaurante lujoso de Estados Unidos o Europa y lo digo con propiedad; los taxistas se rasgan las vestiduras pagando la gasolina más barata del mundo y cobran igual que en Cartagena ciudad turística por excelencia donde todos los taxis tienen el aire acondicionado funcionando con gasolina colombiana; los precios en Cúcuta son exorbitantes. Tenemos que comenzar por ahí, aterrizando  a una realidad que no queremos aceptar: cobremos lo que es, queremos ganarnos en un artículo esta vida y la otra.

Recuerdan las Cadivi? Esos miles de millones que hace unos diciembres rodaron por Cúcuta? Quienes fueron la mayoría que aprovecharon esa bonanza momentánea? Los de afuera, llegaron de todos lados junto a unos pocos de acá, mientras tanto la mayoría de los cucuteños mirábamos pasar los dólares sin hacer nada, además que mucha de esa ganancia como siempre voló para otros destinos. Puerto libre? Mamola,  pasaría lo mismo, llegarían cuanto vivo y poderoso tiene este país tanto legales como  ilegales a manejar el negocio del contrabando y unos cuantos de acá arrodillados porque nos encanta colaborar con el de afuera y bloquear al propio.

Qué pena pero esa es la realidad palpable de nuestra personalidad e idiosincrasia. Si no cambiamos de actitud, de modo de pensar, trabajando unidos, innovando, si no involucramos a los jóvenes y estudiantes, a la academia que está tan perdida, juntos trabajando por un solo objetivo, nos pueden dar el cielo que seguiremos por secula seculorum en crisis.



Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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