jueves, 20 de febrero de 2014

527.- LA PRIMERA ¨SEMANA DE LA RADIO¨ EN CUCUTA


Gerardo Raynaud

Desde 1933, el 28 de octubre para ser más exactos, cuando se fundó la primera estación de radio en la ciudad, la Voz de Cúcuta, la actividad radial ha sido una de las pocas que se ha mantenido vigente hasta nuestros días. Esto a pesar de los cambios y la innovación de las comunicaciones. Aún, con la novedad que se dio a raíz de la introducción de las señales de frecuencia modulada FM-, dejando relegadas las emisoras que todavía transmiten en AM con pobre calidad y bajo cubrimiento. En la mayoría de los países, en la actualidad, han dejado de tener vigencia las emisoras en AM y son unos “dinosaurios” que se ven sólo en algunos de los más atrasados lugares del mundo, por eso es extraño que todavía sea Colombia, una de esas zonas. Las grandes cadenas nacionales, todavía son renuentes a trasladar sus señales  en su totalidad a la frecuencia modulada y eso debe tener una explicación que desconozco.

Esta crónica nos remonta a los años dorados de la radio local. Comenzando el año 1952 había solamente 2 emisoras, la Voz de Cúcuta que entonces tenía 19 años y se había consolidado como la emisora de los cucuteños y la Radio Victoria, que más tarde se convertiría en la Voz del Norte, órgano informativo que se proyectaba como respuesta a las necesidades espirituales de los feligreses de la ciudad, pero más especialmente a la difusión del ideario político del partido azul.

Por ese entonces, se presentía que en el mercado radiofónico regional, cabía una nueva emisora, más independiente que las existentes y sin muchos preámbulos, regresando a su tierra, en situación que hoy llamaríamos, “desplazado” de Venezuela, después de haber sufrido pena de cárcel por sus actividades como sindicalista petrolero, pero con la conciencia tranquila y la visión puesta en la gestión de una empresa que contribuyera al progreso de su ciudad, el 13 de marzo, Carlos Ramírez París, comienza su aventura con la Radio Guaimaral cuyo lema, de todos nosotros conocido fue “la emisora chica para grandes cosas”.

Como se entenderá, con nuevos afanes, la torta publicitaria se agrandó y ahora las oportunidades eran mayores, las posibilidades de trabajo que se les ofrecía a los periodistas empíricos eran cada vez mejores y además todos los medios, disponibles entonces, se complementaban sin angustias ni envidias. Los periodistas, por esos años no tenían mayores restricciones que las censuras gubernamentales les imponían, en algunos campos y aún así, trataban de eludirlas sin contemplaciones.

Dentro de este ambiente relajado impuesto por los mismos medios, en octubre de ese año, de común acuerdo, el círculo de periodistas radiales acordó el lanzamiento de la “Primera Semana de la Radio” con una programación muy interesante y amena, que resultó de interés y que atrajo una participación considerable, pues había un atractivo plan de premios para quienes concursaran. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que el promotor de la iniciativa no fue otro que nuestro conocido “trompoloco”, dueño de la recién establecida emisora, que por entonces barría en el “rating”, tal como se pudo comprobar durante el evento tema de esta crónica. El entusiasmo producido por el concurso “Opine usted para la semana de la Radio” así lo ratifica.

Las emisoras distribuyeron unos cupones para que el público participara y manifestara sus inquietudes respecto de varios interrogantes que se les planteaba y la verdad sea dicha, el nivel de participación superó las expectativas. Hoy en día, son pocas las intervenciones donde se logra un porcentaje tan elevado como el de entonces. Pero ¿qué se les preguntaba a los participantes? Veamos, primero, cuál era la emisora que más sintonizaban. Después, las preguntas se enfocaban a definir cuáles eran los programas y locutores de su agrado. Las respuestas fueron muy significativas para el conocimiento de la audiencia de entonces, toda vez que no existían los estudios de medios de que hoy se dispone para tomar decisiones respecto de la programación y la pauta.

Los resultados cuantitativamente mostraron que la nueva Radio Guaimaral tenía un porcentaje de sintonía cercano al 70%, mientras que las otras dos emisoras se repartían equitativamente el 15% cada una. Fueron depositados en las urnas del concurso 1.904 cupones, que además respondían los interrogantes arriba mencionados con los siguientes producidos: El Mejor Programa Radial le fue otorgado al programa de la locutora Merceditas Antolínez, que se transmitía diariamente de lunes a viernes de 10 a 10 y 30 am. y que obtuvo 983 votos. Desafortunadamente, no pude encontrar la información del nombre del programa, aunque creo que se transmitía por Radio Guaimaral.

Como Mejor Locutora fue galardonada la joven Nieves Josefa León de la misma Radio Guaimaral. Y tal como hoy, los programas de mayor sintonía eran los deportivos, así que como programa más sintonizado resultó ganador “Atalaya Social y Deportiva” que trasmitía el propio C.R.P. de 7 a 8 de la noche. Los programas “Radio deportes”, “Esfera Deportiva” y “Meridiano” se clasificaron en los puestos siguientes.

El Mejor Locutor le correspondió a Álvaro Barreto, el popular “mocho”, quien obtuvo cerca del 15% de los votos, seguido de Carlos Ramírez París con algo menos del 10%, después se distribuían el beneplácito del público con proporciones similares, Pedro Pablo Díaz González, Julio Palacios Pérez, Jorge León, Arnolfo Alarcón, Alfonso Sandoval Burgos y Francisco Uribe Z.  Como Mejor Locutor Deportivo fue reconocido Gilberto Maldonado Moreno.

Entre los participantes que remitieron sus cupones se había acordado entregarles dos premios que consistían en tres camisas Primavera y un par de zapatos donados por el almacén Los Tres Grandes y la suma de $20 en efectivo entregados por el Radio periódico “Lo del día”. Los ganadores fueron el señor José Luis González, residenciado en el barrio Carora y la señora Élcida Suárez de Corredor del barrio El Contento. Al finalizar las festividades programadas se hizo entrega de los galardones y los premios, cerrando la jornada con una exhortación a todas las empresas radiofónicas de Colombia para que este ejemplo perdurara.


Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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