jueves, 28 de agosto de 2014

625.- JULIO H, LA AMISTAD POR ENCIMA DE LA DIFERENCIA



Jorge Báez Vera

(Dedicatoria: a  Julio H. Palacios Sánchez…víctima de  la intolerancia y del no respeto por la diferencia… a su madre, a sus hermanos)

RECORDANDO:- Asesinado en Cúcuta el periodista radial Julio H. Palacios Sánchez, 11 de enero de  2005. Dos sicarios le propinaron varios disparos hacia las 5:30 a.m., cuando iba para la emisora Radio Lemas, donde realizaba un informativo diario. El comunicador alcanzó a regresar consciente a su casa desde donde sus hijos lo trasladaron al centro asistencial de la capital de Norte de Santander. El médico José Claro, de la Clínica San José, dijo que pese a los esfuerzos realizados por quienes atendieron al periodista, éste falleció a las 8.23 a.m. a causa de heridas de bala en el pecho y el abdomen.

El Pato Rojo, un restaurante al final del Malecón, junto al patinódromo, allí fue la última vez que compartí con Julio H.

Lo hicimos por invitación de Edgar Granados, para que limáramos asperezas, pues él,  común amigo, dizque estaba, “jarto” de vernos pelear,  en los micrófonos, por una aguda  controversia que sosteníamos, sus dos amigos.

Controversia originada en políticas y ejecutorias  que yo como funcionario público  implementaba y defendía  y que,  Julio H, como periodista  no compartía, y que como era característico en él, atacaba, precisamente por no compartir,  pelea, que a Edgar le mortificaba en grado sumo, pues,  él no sólo era amigo de los dos, sino que era testigo de la clase de amistad  que me unía a Julio H.

Julito, como siempre le dije, antes que periodista era mi amigo, amistad que nació, por  ser el hermano mayor de ALVARO, mi compañero  de aulas en el  CORSAJE,  y de MARTICA Y LA “PILARICA” PILAR,  integrantes del  clan femenino, liderado  por la PELUSA , ESPERANZA COLMENARES,  casi todas alumnas del Carmen Teresiano, y con quienes compartíamos, reuniones bailables sabatinas, tertulias en la puertas de sus casas, paseos al río, caminatas a Los Vados, en fin, nuestros pares femeninos, amistad que prevaleció a la salida del colegio, y luego continuo  ya como profesionales.

La misma amistad que aun me une a ÁLVARO, y sus hermanas, y naturalmente a Doña Miriam, su madre, de quien Julio heredó la persistencia y la vehemencia para  liderar cualquier causa.

Ahhhh  Doña Miriam, no olvido sus corre–corre,  y sus aceleres, que la hicieron la siempre  reelegida, miembro de la Junta Directiva de  la Asociación de Padres de  Familia, del Colegio Sagrado Corazón de Jesús, nuestro querido CORSAJE, y gracias a cuya labor muchos logros se alcanzaron por parte del colegio.

Hijo de periodista, Julito, se hizo periodista,  por herencia y por vocación, no me imagino a Julio, ejerciendo profesión diferente al periodismo, yo  creo que fue cuestión de genes… Profesión a la que dio su vida, y por la que la perdió, ante la mirada indiferente  de una sociedad pasiva, que permite, maten a quienes expresan su opinión y defiende sus causas, permitiendo que prevalezca la intolerancia.

No se sabe que es más grave, si esa intolerancia o la indiferencia de quienes permitimos, que se acabe con la vida de los libre pensadores como  Julio H, que dada su condición natural, todo lo polemizaba, y con todo mundo controvertía, de ahí, que su hermano ALVARO haya dicho de él,  en red social: 

Estar con él era navegar en el mismo río,  pero a veces por orillas opuestas.”

Cada vez que compartía con Julio H, era agarrón seguro, no terminábamos de saludarnos... hola  Julito… hola Jorgito… y ahí empezábamos… cualquiera era la disculpa… y siempre la había… Julio godito; dizque liberal yo, Julio terco, y yo obstinado… Julio, periodista con ínfulas  de abogado; yo abogado  creyéndome periodista. 

En fin, muchas las diferencias… pero con una gran ventaja los dos: tolerantes entre sí; siempre nos respetamos como personas y como contradictores, porque antes que todo, éramos amigos y  siempre entre nosotros prevaleció la amistad, sobre la diferencia.

Por eso cuando en una red social, Martica, su hermana, recordó su partida, en fecha que yo prefiero olvidar, con una sonrisa en los labios,  hice memoria de ese día en el  Pato Rojo,  cuando después de la velada, en la que si nos es por Édgar, nos damos en la jeta, y sin resolver las diferencias, nos despedimos con el abrazo de siempre… sin pensar que sería  nuestro  último contacto físico y afectivo.

 Chao, Julito….cuídese”…  “Chao Jorgito, cuídese también”. “Julito, el que debe cuidarse es usted, no me le vaya a pasar algo, me haría mucha falta”... Contestando Julio…”…aunque sea  para pelear,  ¡güevón!”  

Ah falta que me hace Julio H… sobre todo, para pelear…

COMENTARIO DE FRANCISCO ESPINOSA DAVILA: Jorge, he leído tú artículo/comentario/homenaje a Julio H, con dedicación a su Familia, a la que desde la infancia y juventud estaba muy unido.

Fui amigo y testigo en primera plana de los inicios periodísticos de Julio H “Lito” en los domingos matinales de “radio Guaimaral”, acompañado de su hermanito Alvaro, gran amigo y compañero “Corsajista”, ya que acudíamos a sus emisiones y Alvaro participaba con sus dotes literarios como declamador de poemas y yo haciendo “bulto” con mis aderezos periodísticos que también tenía en mis genes por mi tío materno e insigne periodista de la época “Luis Felipe Dávila Díaz”. 


Luego Julio H. pasó a la plantilla de la entonces “Radio Reloj” y fue allí donde le dejé por última vez antes de mi partida a España, pero siempre seguí en la distancia sus andanzas periodísticas.

Gracias Jorgito por este hermoso detalle, estoy seguro que Doña Miriam, Alvaro, Marthica, Pilar y Sergio sus hermanos estarán orgullosos de su hijo y hermano. 

Dios le tiene en su seno y no te extrañe Jorge que estará liando desde su prisma periodístico esa batalla dialéctica que le caracterizaba en vida.






Recopilado por: Gastón Bermúdez V.

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