Jorge Báez Vera
(Dedicatoria:
a Julio H. Palacios Sánchez…víctima de la intolerancia y del no
respeto por la diferencia… a su madre, a sus hermanos)
RECORDANDO:- Asesinado
en Cúcuta el periodista radial Julio H. Palacios Sánchez, 11 de enero
de 2005. Dos sicarios le propinaron
varios disparos hacia las 5:30 a.m., cuando iba para la emisora Radio Lemas,
donde realizaba un informativo diario. El
comunicador alcanzó a regresar consciente a su casa desde donde sus hijos lo
trasladaron al centro asistencial de la capital de Norte de Santander. El
médico José Claro, de la Clínica San José, dijo que pese a los esfuerzos
realizados por quienes atendieron al periodista, éste falleció a las 8.23 a.m.
a causa de heridas de bala en el pecho y el abdomen.
El Pato Rojo, un
restaurante al final del Malecón, junto al patinódromo, allí fue la última vez
que compartí con Julio H.
Lo hicimos por invitación de Edgar Granados,
para que limáramos asperezas, pues él, común amigo, dizque estaba,
“jarto” de vernos pelear, en los micrófonos, por una aguda
controversia que sosteníamos, sus dos amigos.
Controversia originada en políticas y ejecutorias que yo como
funcionario público implementaba y defendía y que, Julio H,
como periodista no compartía, y que como era característico en él,
atacaba, precisamente por no compartir, pelea, que a Edgar le mortificaba
en grado sumo, pues, él no sólo era amigo de los dos, sino que era
testigo de la clase de amistad que me unía a Julio H.
Julito, como siempre le dije, antes que periodista era mi amigo, amistad
que nació, por ser el hermano mayor de ALVARO, mi compañero de
aulas en el CORSAJE, y de MARTICA Y LA “PILARICA” PILAR,
integrantes del clan femenino, liderado por la PELUSA , ESPERANZA
COLMENARES, casi todas alumnas del Carmen Teresiano, y con quienes
compartíamos, reuniones bailables sabatinas, tertulias en la puertas de sus
casas, paseos al río, caminatas a Los Vados, en fin, nuestros pares femeninos,
amistad que prevaleció a la salida del colegio, y luego continuo ya como
profesionales.
La misma amistad que aun me une a ÁLVARO, y sus hermanas, y naturalmente a
Doña Miriam, su madre, de quien Julio heredó la persistencia y la vehemencia
para liderar cualquier causa.
Ahhhh Doña Miriam, no olvido sus corre–corre, y sus aceleres,
que la hicieron la siempre reelegida, miembro de la Junta Directiva
de la Asociación de Padres de Familia, del Colegio Sagrado Corazón
de Jesús, nuestro querido CORSAJE, y gracias a cuya labor muchos logros se
alcanzaron por parte del colegio.
Hijo de periodista, Julito, se hizo periodista, por herencia y por
vocación, no me imagino a Julio, ejerciendo profesión diferente al periodismo,
yo creo que fue cuestión de genes… Profesión a la que dio su vida, y por
la que la perdió, ante la mirada indiferente de una sociedad pasiva, que
permite, maten a quienes expresan su opinión y defiende sus causas,
permitiendo que prevalezca la intolerancia.
No se sabe que es más grave, si esa intolerancia o la indiferencia de
quienes permitimos, que se acabe con la vida de los libre pensadores como
Julio H, que dada su condición natural, todo lo polemizaba, y con todo mundo
controvertía, de ahí, que su hermano ALVARO haya dicho de él, en red
social:
“Estar con él era navegar en el mismo río, pero a veces por
orillas opuestas.”
Cada vez que compartía con Julio H, era agarrón seguro,
no terminábamos de saludarnos... hola Julito… hola Jorgito… y ahí
empezábamos… cualquiera era la disculpa… y siempre la había… Julio godito; dizque
liberal yo, Julio terco, y yo obstinado… Julio, periodista con ínfulas de
abogado; yo abogado creyéndome periodista.
En fin, muchas las
diferencias… pero con una gran ventaja los dos: tolerantes entre sí; siempre
nos respetamos como personas y como contradictores, porque antes que todo,
éramos amigos y siempre entre nosotros prevaleció la amistad, sobre
la diferencia.
Por eso cuando en una red social, Martica, su hermana, recordó su partida,
en fecha que yo prefiero olvidar, con una sonrisa en los labios, hice
memoria de ese día en el Pato Rojo, cuando después de la velada, en
la que si nos es por Édgar, nos damos en la jeta, y sin resolver las
diferencias, nos despedimos con el abrazo de siempre… sin pensar que
sería nuestro último contacto físico y afectivo.
”Chao, Julito….cuídese”…
“Chao Jorgito, cuídese también”. “Julito, el que debe cuidarse es usted,
no me le vaya a pasar algo, me haría mucha falta”... Contestando Julio…”…aunque
sea para pelear, ¡güevón!”
Ah falta que me hace Julio H… sobre
todo, para pelear…
COMENTARIO DE FRANCISCO ESPINOSA DAVILA: Jorge, he leído tú artículo/comentario/homenaje a Julio H, con
dedicación a su Familia, a la que desde la infancia y juventud estaba muy
unido.
Fui amigo y testigo en primera plana de los inicios periodísticos de Julio H
“Lito” en los domingos matinales de “radio Guaimaral”, acompañado de su
hermanito Alvaro, gran amigo y compañero “Corsajista”, ya que acudíamos a sus
emisiones y Alvaro participaba con sus dotes literarios como declamador de
poemas y yo haciendo “bulto” con mis aderezos periodísticos que también tenía
en mis genes por mi tío materno e insigne periodista de la época “Luis Felipe
Dávila Díaz”.
Luego Julio H. pasó a la plantilla de la entonces “Radio Reloj” y
fue allí donde le dejé por última vez antes de mi partida a España, pero
siempre seguí en la distancia sus andanzas periodísticas.
Gracias Jorgito por
este hermoso detalle, estoy seguro que Doña Miriam, Alvaro, Marthica, Pilar y
Sergio sus hermanos estarán orgullosos de su hijo y hermano.
Dios le tiene en
su seno y no te extrañe Jorge que estará liando desde su prisma periodístico
esa batalla dialéctica que le caracterizaba en vida.
Recopilado por: Gastón Bermúdez V.
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