Gerardo Raynaud
El
año 58 del siglo pasado fue un año especialmente importante para el país. Puede
asegurarse que fue el despegue definitivo a la democracia y desde entonces, a
pesar de los esfuerzos por demostrar lo contrario, ésta se ha ido consolidando
a través del paso del tiempo hasta nuestros días.
Quisiera
recrear el ambiente político que se vivía entonces, a raíz de la proximidad de
las elecciones, las primeras de una nueva etapa de la vida republicana, que
constituiría lo que fue un experimento exitoso para la época, el Frente
Nacional.
Cabe
aclarar que, aunque el nombre coincida con un partido político francés, representante
de la extrema derecha, ni uno ni otro tienen afinidades ideológicas.
El
nuestro fue un experimento pactado a dieciséis años, durante los cuales el
poder se repartía ‘milimétricamente’ entre los dos partidos tradicionales, todo
con miras a consolidar una paz política que al cabo del tiempo se logró.
Las
elecciones de ese año 58 se programaron para el día 16 de marzo, las de
Congreso, Asambleas y Concejos y para el 4 de mayo, las presidenciales.
Era
toda una novedad que a partir de ese año, las mujeres, así como los varones
mayores de 21 años –que no estuvieran privados del voto por sentencia judicial
o por expresa prohibición de la ley- tendrían el derecho a participar.
La
identificación de los ciudadanos, recién había sido modernizada y la Registraduría
Nacional del Estado Civil comenzaba a expedir las ‘nuevas cédulas, las
laminadas’; quienes las tenían no necesitaban inscribirse, pues aparecerían en
las listas parciales de sufragantes, que tal como hoy, eran de 400 por cada
mesa.
Y
también como hoy, quienes tenían su cédula laminada y fueran a votar en el
sitio donde le fuera expedida, no requería de inscripción previa.
Por
el contrario, quienes aún conservaban la ‘vieja cédula’, la de cartón y
pensaban votar, debían inscribirse previamente ante el respectivo Registrador
Municipal o su Delegado y debía presentar uno cualquiera de los siguientes
documentos, ‘siempre que de él se deduzca inequívocamente la identidad y la
mayor edad del solicitante,
1.
la cédula de ciudadanía antigua
2.
la libreta militar
3.
la cédula de identidad militar otorgada a los militares en retiro
4.
la tarjeta de identidad postal
5.
el carnet de afiliación al Instituto Colombiano de los Seguros Sociales
6.
el pasaporte colombiano
7.
la cédula de Policía
Y
aún más, quienes no pudieran exhibir ninguno de los anteriores documentos
podrían inscribirse presentando la copia de la partida de bautismo o la de
matrimonio o el acta de registro civil de nacimiento o de matrimonio, pero
declarando bajo la gravedad del juramento
que era la misma persona a quien se refiere el documento, todo lo cual
se hacía constar el Formulario I2 que además de su firma (si supiera hacerla) y
la del funcionario que realiza la inscripción, debía llevar la impresión
dactilar del inscrito así como la dirección de su domicilio.
Si
a pesar de no poder presentar ninguno de los anteriores, aun tenía la opción de
inscribirse con una declaración jurada sobre su identidad y su edad, acompañado
de dos (2) testigos idóneos y cedulados, quienes suscribirían con su firma,
impresión dactilar y dirección de residencia, el Formulario I2-A, al igual que
el funcionario que recibiera la inscripción.
Sin
embargo, el Registrador podía, a su juicio, solicitar a los curas párrocos o a
los funcionarios respectivos, copia de las actas de registro o de las partidas
para verificar la veracidad del registro. De comprobarse las inexactitudes, con
respecto a la mayoría de edad –que era lo importante entonces- la inscripción
se anulaba.
Los
ciudadanos –varones y mujeres- quedaban habilitados, desde entonces, para votar,
una vez inscritos en las listas de sufragantes, lo que hoy se ha transformado
en el Censo Electoral y en el moderno Sistema Electoral Colombiano.
Pero,
simultáneamente mientras esto sucedía en el escenario político, los periodistas
deportivos, que se habían convertido en ‘cronistas deportivos’, pasadas las
fiestas de fin de año y todavía con las secuelas que les dejaron los convites
navideños, fueron convocados por la Señorita Norte de Santander, Merceditas
Suárez Rodríguez, en su residencia, para concretar una idea que se venía
gestando de tiempo atrás, pero que le hacía falta un impulso creador que les
permitiera materializar esa fantasía, ‘El Círculo de Cronistas Deportivos del
Norte de Santander’.
Esa
reunión preliminar se desarrolló dentro de la mayor camaradería y luego de
departir alegremente en torno a unas copas de fino licor, se decidió
unánimemente su constitución, se nombró una junta provisional que se encargara
de adelantar los detalles de la organización y cuya presidencia recayó en la persona
de Alejandro Gutiérrez Calderón, cuyo pseudónimo periodístico era ‘The Ball’,
quien en compañía de Bernardo Ramírez Pineda y Jesús María Sepúlveda,
vicepresidente y secretario tesorero se encargarían de materializar la naciente
asociación.
Hechos
los trámites previos de rigor para la constitución, la Asamblea General fue
convocada y se reunió el 11 de enero del año del título y de ello da fe el
siguiente comunicado de prensa que por su originalidad paso a transcribir:
“A
las 8:30 de la noche del 11 de enero de 1958, en el Palacio Real de su Majestad
Merceditas I señorita Norte de Santander y Reina del Periodismo
Nortesantandereano, por convocatoria especial de esta soberana, se reunieron en
Asamblea General los cronistas deportivos, Jesús María Sepúlveda (Suso), Roque
Mora, Álvaro Barreto (el Mocho), Luis Tobito Acevedo, Francisco Navarro,
Bernardo Ramírez Pineda, Herman González (Ferzález), Arnulfo Alarcón y
Alejandro Gutiérrez Calderón con el fin de fundar el Círculo de Cronistas
Deportivos del Norte de Santander.
Presidió
la Asamblea su Majestad Merceditas I y se resolvieron los siguientes puntos;
fundar el Círculo en mención dándole el nombre ya acordado, afiliándolo a la
Asociación Nacional de Cronistas Deportivos; elección de la junta directiva del
Círculo, compuesto de un presidente, un vicepresidente y un secretario
tesorero.
Fueron
postulados para presidente Jesús María Sepúlveda y Alejandro Gutiérrez
Calderón, saliendo éste último por aclamación de 5 votos contra 4.
Para
vicepresidente fue elegido por unánime aclamación Bernardo Ramírez Pineda y
para secretario tesorero, después de una larga discusión fue aclamado por 8
votos a favor y 1 en contra, don Jesús María Sepúlveda.
Posesionados
de sus cargos se acordó que el próximo 17 de enero se verificaría una Asamblea
extraordinaria para acabar de detallar puntos orgánicos.
Su
Majestad Merceditas I homenajeó muy gentilmente a los cronistas deportivos
reunidos.
Así
pues, ha quedado constituido el Círculo de Cronistas Deportivos Nortesantandereanos,
que estaba en mora de subsistir.” Firma el comunicado; The Ball.
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